En un conflicto entre Beijing y Taiwán, Europa se vería obligada a elegir entre el bando democrático y el comunista, pero esto aún no se entiende del todo en los países europeos, dijo un experto francés, quien alentó a que haya más discusiones transatlánticas entre funcionarios de alto nivel y expertos.
«Esto [la crisis de Taiwán] es algo nuevo para que algunos europeos entiendan que una crisis (…) incluso un conflicto podría ocurrir entre China, Taiwán y tal vez con la participación de Estados Unidos», dijo el Dr. Nicolas Regaud, representante especial para el Indo-Pacífico del Director General de Relaciones Internacionales y Estrategia del Ministerio de las Fuerzas Armadas de Francia.
Los países europeos no pueden mirar y no hacer nada si el régimen comunista ataca a la democrática Taiwán, dijo Regaud en un seminario en línea titulado «Superando al PCCh [Partido Comunista Chino]: El papel de los aliados europeos en la competencia estratégica entre Estados Unidos y China», celebrado por el Instituto del Proyecto 2049, el 5 de mayo.
«No hay manera de que Europa, o la Unión Europea, puedan ser espectadores distantes. Esta se vería obligada a tomar partido», algo que «todavía no se entiende del todo en Europa», dijo a continuación, indicando que la elección obligatoria estaría sobre la mesa, y que no hacer nada «pondría en peligro la articulación de la confianza» y pondría a prueba la «solidaridad transatlántica».
Estados Unidos invitó a Europa a enfrentarse conjuntamente al régimen comunista por su falta de respeto a la ley y el orden internacionales y a su coacción hacia su propio pueblo, así como a los países que se atreven a hacerle frente, como Australia.
Sin embargo, Europa prefiere un método global en lugar de un mundo «en blanco y negro». Además, como construcción política unida, los Estados europeos son más «frágiles» en muchos aspectos, cuya seguridad y prosperidad se han construido sobre el derecho internacional y el multilateralismo, dijo Regaud.
Esto no significa que Europa sea neutral, sino todo lo contrario, indicó.
El 5 de mayo se puso en marcha un nuevo mecanismo de control de las inversiones extranjeras en Europa, iniciado por Francia y Alemania. La iniciativa está dirigida al espionaje económico y técnico del régimen chino en Europa, que es un área de convergencia entre Europa y Estados Unidos con respecto a China. Regaud sugirió que hay mucho que compartir en relación con el mecanismo y la medida de protección de sus propios intereses.
La Comisión Europea adoptó una normativa para frenar a las empresas que se han beneficiado de subvenciones extranjeras que implican aportes financieros de «gobiernos no comunitarios» que «proporcionan a sus beneficiarios una ventaja injusta a la hora de adquirir empresas de la UE, participar en contrataciones públicas en la UE o realizar otras actividades comerciales en la UE».
La reciente reunión de alto nivel del Grupo de las Siete democracias occidentales en Londres, también se centró en contrarrestar los desafíos del régimen chino y de Rusia mediante el cortejo de nuevos aliados.
Regaud mencionó que estas acciones políticas son cruciales, y nadie esperaría que las naciones europeas envíen fuerzas a la región del Indo-Pacífico si se produce un conflicto. Sin embargo, podrían enviar algunos activos para mostrar su solidaridad.
Algunas fuerzas europeas ya demostraron su oposición a la intimidación del PCCh, como el envío de grandes buques chinos a las aguas en disputa, el Arrecife de Whitsun, en el Mar de China Meridional.
Francia lidera estas acciones, ya que tiene territorios en los océanos Índico y Pacífico y mantiene tropas en la región del Indo-Pacífico. El Reino Unido le siguió al anunciar que un portaaviones realizaría ejercicios en el Mar de China Meridional. Alemania también decidió enviar una fragata a la zona.
Los países europeos ya no son «ingenuos» con el régimen comunista, como dijo el vicepresidente de la UE, Josep Borrell. En marzo, el Consejo de la Unión Europea pidió a la Comisión Europea y al alto representante que elaboren una estrategia para el Indo-Pacífico antes de septiembre de este año, en la que se alude a los desafíos del régimen chino en materia de derechos humanos, cumplimiento del derecho internacional y tensiones en las cadenas de suministro.
Regaud también subrayó que los intereses económicos no son suficientes para que los países europeos se comprometan política y estratégicamente en las zonas del Indo-Pacífico.
«Si así fuera, Alemania habría sido el actor estratégico más comprometido en la región, cosa que no es», señaló.
La canciller alemana, Angela Merkel, impulsó el fortalecimiento de los lazos económicos con el régimen chino, que culminó con el acuerdo de inversión entre la UE y China alcanzado a fines de 2020, el cual se suspendió recientemente debido a la preocupación por los derechos humanos.
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