La editora nacional recién nombrada del Washington Post se ha abstenido de cualquier cobertura que involucre al FBI y su departamento matriz, el Departamento de Justicia.
Matea Gold fue anunciada como editora nacional del periódico el 26 de enero.
Gold está casada con Jonathan Lenzner, quien se convirtió en jefe de personal del director del FBI, Christopher Wray, en diciembre de 2021 luego de desempeñarse como fiscal federal en funciones del distrito de Maryland.
Debido al cargo de Lenzner, Gold «se ha abstenido de supervisar la cobertura de la agencia o del Departamento de Justicia», dijo un portavoz del Post a The Epoch Times en un correo electrónico.
Steven Ginsburg, el director editorial del periódico, asumirá la responsabilidad que Gold ha decidido no asumir.
“Matea llamó la atención de los editores gerentes sobre esto en diciembre, cuando estaba claro que su esposo iba a aceptar el cargo», agregó el portavoz. «Es un tributo a su liderazgo e integridad que haya hecho esta recomendación de manera proactiva. Confiamos plenamente en el profesionalismo y los altos estándares de Matea».
La recusación fue reportada por primera vez por RealClearInvestigations y no se mencionó en algún comunicado del periódico, ni hubo alguna señal de que haya alertado a los lectores sobre el conflicto de intereses.
«El editor en jefe que supervisará esta cobertura la ha estado supervisando durante los últimos cinco años como editor nacional, por lo que no hay cambios aquí para los lectores», dijo la portavoz del Washington Post.
Gold dedicó cuatro años como editor de investigaciones y de la sección política nacional del Post, «publicando algunos de los reportajes más delicados del Post», decía el anuncio. Esos incluyeron artículos relacionados con la investigación del FBI sobre la supuesta colusión entre la campaña de Donald Trump y Rusia.
El fiscal especial John Durham está indagando los orígenes de la investigación, que se basó en un expediente endeble compilado por un exespía británico contratado por la campaña de Hillary Clinton, la oponente de Trump en 2016.
The Post corrigió varios reportajes sobre el expediente en noviembre de 2021 luego de que los documentos judiciales comprometieran las afirmaciones de los artículos.
Gold también ayudó a crear una versión ilustrada del artículo del fiscal especial Robert Mueller y una serie de investigación sobre la irrupción del 6 de enero al Capitolio de EE. UU.
«Los reporteros y otros editores acuden a Matea en busca de orientación y dirección. Es implacable en la búsqueda de hechos clave y verdades más amplias y obliga a los reporteros a hacer mejor su trabajo, ya sea identificando objetivos críticos o proporcionando un apoyo inquebrantable. Ella es muy competitiva como parece, nunca quiere que le ganen, siempre apoya a su personal», dijo el Post.
Gold no respondió a una solicitud de comentarios.
El FBI no respondió preguntas acerca del compromiso de Lenzner de no hablar sobre su trabajo con su cónyuge.
La abstención de Gold tiene sentido, dijo Andrew Schotz, exmiembro del comité de ética de la Sociedad de Periodistas Profesionales a The Epoch Times.
«No querríamos que una editora nacional cubriera al FBI cuando su marido tiene un papel destacado en él», dijo.
Han surgido conflictos similares en el pasado entre los empleados de los medios y sus cónyuges. Uno de los más destacados es la relación entre Alan Greenspan y Andrea Mitchell. Cuando se casaron en 1997, Greenspan era presidente de la Junta de la Reserva Federal. Mitchell trabajaba y continúa trabajando para el NBC, donde durante años evitó en gran medida cubrir noticias relacionadas con su marido.
En tales casos, los medios de comunicación tienen que tomar decisiones difíciles, incluso la frecuencia con la que se aborda el asunto, según Schotz.
«No sé si hay una buena respuesta, pero al menos hay que pensar en cómo dar los pasos necesarios para abordar el conflicto real», dijo.
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