El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue inducido a creer que su consejero de seguridad nacional, el teniente general Michael Flynn, no estaba bajo investigación cuando lo despidió el año pasado, según los memorándum legales enviados por los abogados del mandatario, al asesor especial Robert Mueller.
El problema es significativo porque el entonces director del FBI, James Comey, más tarde acusó a Trump de presionarlo para que cerrara una investigación de Flynn diciéndole: «Espero que ustedes puedan encontrar un camino claro para que se vaya Flynn. El es un buen chico. Espero que puedan dejarlo ir».
La Casa Blanca declaró que el informe de Comey «no era una descripción veraz o precisa de la conversación«.
Pero como sea que haya sido la conversación, los memorándum dejan claro que Trump recibió información muy diferente a la que recibió Comey, sobre la situación de Flynn.
Los memorándum confidenciales se filtraron a The New York Times, quien los publicó el 2 de junio. Estos proporcionan algunos detalles que no se habían dado a conocer antes.
Trump aceptó la renuncia de Flynn el 13 de febrero de 2017, luego de que la entonces fiscal general Sally Yates informara al abogado de la Casa Blanca, Don McGahn, que Flynn engañó al vicepresidente Mike Pence sobre el contenido de sus llamadas al embajador ruso en los Estados Unidos, Sergey Kislyak.
A finales de 2016 y principios de 2017, como parte del trabajo de transición de Flynn, se le pidió que hablara con diplomáticos extranjeros para sentar las bases de las relaciones futuras. El hizo tres conversaciones con Kislyak.
Las agencias de inteligencia de EE. UU. Interceptaron las llamadas, lo hicieron oficialmente como parte del espionaje rutinario a Kislyak, y al menos algunas partes se filtraron a los medios. Una de las revelaciones indican que el 29 de diciembre de 2016, Kislyak y Flynn discutieron las sanciones impuestas a algunas personas y entidades rusas, por el entonces presidente Barack Obama.
En respuesta a la filtración, Flynn fue interrogado por algunos funcionarios del gobierno, y al parecer,no relató las conversaciones con precisión. Eso llevó a que Pence diga que Flynn no discutió las sanciones.
Documentos de la corte revelaron más tarde, que Flynn le pidió a Kislyak que no intensificara aún más la situación después de impuestas las sanciones.
El 24 de enero de 2017, solo cuatro días después de la toma de posesión de Trump, dos agentes del FBI, uno de ellos el agente especial Joe Pientka, visitaron a Flynn en la Casa Blanca y pidieron hablar con él.
«Los agentes no vieron cambios en la conducta o el tono de [Flynn] que podría significar que no estaba siendo fiel», según notas tomadas por el comité judicial del Senado, que cuestionó a Comey sobre la entrevista de Flynn en marzo del año pasado. Comey luego negó haber hecho la declaración.
El 26 de enero de 2017, Yates se acercó a McGahn diciendole «que Flynn pudo haber hecho declaraciones falsas a otros en la administración sobre el contenido de las llamadas»; «que las declaraciones potencialmente falsas de Flynn podrían hacerlo susceptible a influencias o chantajes externos, porque los rusos sabrían que habría mentido»; y «que las declaraciones de Flynn al FBI fueron similares a las que había hecho al [entonces secretario de prensa de la Casa Blanca Sean] Spicer y al vicepresidente», según el memorándum de McGahn fechado el 15 de febrero de 2017, citado en el filtrado documento legal.
McGahn informó a Trump y a algunos otros funcionarios el mismo día, pero no tenían suficiente información sobre lo que sucedía realmente en el Departamento de Justicia respecto a Flynn. Primero decidieron obtener más información antes de actuar.
«Parte de esta preocupación fue un reconocimiento de McGahn, sobre que no estaba claro desde la reunión con Yates, si se podía tomar una acción sin poner en peligro una investigación en curso», escribió McGahn.
McGahn pidió otra reunión con Yates y se encontraron al día siguiente.
«Durante la reunión, McGahn buscó aclaraciones con respecto a las declaraciones previas de Yates sobre el contacto de Flynn con el embajador Kislyak», escribió McGahn. «Entre los temas discutidos estaba si el despido de Flynn por parte del Presidente comprometería cualquier investigación en curso. Yates no estaba dispuesto a confirmar o negar que hubiera una investigación en curso, pero sí indicó que el Departamento de Justicia (DOJ) no se opondría a que la Casa Blanca tomara medidas contra Flynn».
McGahn declaró además que «Yates también indicó que el DOJ no se opondría a que la Casa Blanca revelara cómo el DOJ obtuvo la información transmitida a la Casa Blanca con respecto a las llamadas de Flynn con el embajador Kislyak».
El 8 de febrero de 2017, cuando el entonces jefe de personal Reince Priebus y otros interrogaron a Flynn sobre las llamadas, Flynn dijo que “o no estaba seguro de si discutió las sanciones o no recordaba haberlo hecho», escribió McGah.
Flynn también dijo que «agentes del FBI se reunieron con él para informarle que su investigación había terminado».
Le preguntaron a Flynn sobre las llamadas nuevamente el 10 de febrero, y dijo «que el FBI le dijo que lo estaban cerrando».
Más tarde ese día, McGahn y Priebus concluyeron que Flynn necesitaba irse y se lo recomendaron a Trump. El lunes siguiente, Trump aceptó la renuncia de Flynn.
Comey testificó que al día siguiente, Trump pidió hablar con él a solas. Comey era muy consciente de la situación de Flynn.
«El general Flynn en ese momento estaba en peligro legal. Hubo una investigación del FBI abierta sobre sus declaraciones, en relación con los contactos rusos, y esa fue mi evaluación en ese momento «, testificó Comey ante el comité de inteligencia del Senado el 8 de junio de 2017.
Pero basado en lo que Trump sabía en ese momento, el caso de Flynn ya había terminado. El Departamento de Justicia no dijo si Flynn fue investigado o no, pero según Flynn, el FBI había cerrado el caso. Incluso se le permitió mantener su credencial de seguridad.
«A todos los efectos, propósitos y apariencias, el FBI había aceptado la posición de Flynn; llegó a la conclusión de que estaba confundido pero era sincero y decidieron no investigarlo más, permitiendo que conservara su autorización», dice uno de los memorándum legales.
Fue entonces cuando supuestamente Trump le pidió a Comey que «lo dejara ir»… lo que Trump, niega.
En cualquier caso, Comey dijo que no lo dejó ir. Fue Trump quien lo hizo. Ni el presidente ni nadie de la Casa Blanca volvieron a plantear el tema con Comey, dice la nota.
El 30 de noviembre de 2017, Flynn se declaró culpable de un cargo de mentir al FBI.
El equipo de Mueller ha pedido retrasar la sentencia de Flynn varias veces. En febrero, el juez del caso exigió que los fiscales presenten toda la evidencia exculpatoria.
El periodista de la Gran Época Ivan Pentchoukov contribuyó a este informe.
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.