Siguiendo una de las órdenes ejecutivas del presidente Biden, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. ha puesto en marcha la nueva Oficina de Cambio Climático y Equidad en la Salud (OCCHE, por sus siglas en inglés).
Los funcionarios del HHS afirmaron que adaptarían las «lecciones aprendidas» de la respuesta del gobierno al COVID-19 para abordar el efecto del cambio climático en la salud pública, en un mensaje recibido con una mezcla de aprobación y, en algunos sectores, de profunda preocupación por la extralimitación del gobierno.
«Siempre hemos sabido que la salud está en el centro del cambio climático, y ahora vamos a redoblar la apuesta por una necesidad: luchar contra el cambio climático para ayudar a proteger la salud pública en nuestras comunidades», dijo el secretario del HHS, Xavier Becerra, en un comunicado de prensa en el que anunciaba el lanzamiento de la OCCHE.
La OCCHE ha sido creada como parte de la Oficina de la Subsecretaria de Salud, la Dra. Rachel Levine.
El director interino de la OCCHE es el Dr. John Balbus, cuya experiencia incluye trabajar como director del HHS para el Programa de Investigación del Cambio Global de Estados Unidos y como científico jefe de Salud para un grupo activista medioambiental, el Fondo de Defensa del Medio Ambiente.
Un portavoz del HHS dijo que la oficina tiene un presupuesto de 3 millones de dólares y una plantilla de ocho personas.
Levine vinculó, en un comunicado de prensa, explícitamente la nueva oficina con la respuesta del gobierno al COVID-19.
«El COVID-19 puso de manifiesto las desigualdades a las que se enfrenta nuestra nación. Desgraciadamente, algunos de los mismos grupos desproporcionadamente afectados por el COVID-19 serán los mismos que más luchen contra los efectos del cambio climático en nuestra salud», dijo Levine. «Utilizaremos las lecciones aprendidas del COVID-19 para abordar estas disparidades, priorizando y protegiendo la salud de la nación».
«El COVID-19 demostró la importancia vital de los trabajadores esenciales para la nación», dijo un portavoz del HHS a The Epoch Times en un correo electrónico, cuando se le pidió que explicara algunas de las «lecciones aprendidas» de la pandemia.
«Muchos trabajadores esenciales tienen empleos [de bajos ingresos] que los hacen más vulnerables a las condiciones de salud subyacentes relacionadas con las privaciones en los determinantes sociales de la salud. Además, estos trabajadores esenciales están más expuestos a los efectos del cambio climático».
«La oficina no solo trabajará para proteger a las poblaciones vulnerables de la exposición a los riesgos climáticos, sino también para reducir las disparidades sanitarias y las tasas de las condiciones de salud subyacentes para disminuir los riesgos para la salud de las exposiciones a las que probablemente se enfrentarán estas poblaciones con el futuro cambio climático».
La orden ejecutiva del 27 de enero por la que se creó la oficina, «Orden ejecutiva para hacer frente a la crisis climática en el país y en el extranjero«, establecía que la OCCHE «abordará el impacto del cambio climático en la salud del pueblo estadounidense».
Las responsabilidades de la nueva oficina incluyen el apoyo al establecimiento de nuevas regulaciones sobre las emisiones de gases de efecto invernadero por parte del sector sanitario, así como «informar sobre las acciones de adaptación de la salud bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático».
Los activistas del cambio climático y los funcionarios públicos fueron algunos de los que celebraron el lanzamiento de la nueva oficina.
«La protección de la salud y el bienestar de los estadounidenses siempre ha estado en el centro de la lucha contra el cambio climático; ¡ahora se revaloriza!», escribió EarthShare en un tuit.
«Aplaudo esto, y en particular el vínculo con la equidad sanitaria. Los barrios de Nueva York que históricamente se han visto privados de recursos públicos —a menudo comunidades de color con bajos ingresos— corren un mayor riesgo de sufrir las amenazas sanitarias y económicas de nuestro clima», escribió en un tuit el Dr. Dave A. Chokshi, comisario del Departamento de Salud y Salud Mental de la ciudad de Nueva York.
Pero la nueva oficina se ha topado con el escepticismo y la preocupación de otros, como el experto en energía Alex Epstein, que destacó su potencial control sobre las emisiones de gases de efecto invernadero de los hospitales.
«¿Va la Administración a subirles los precios para que usen menos energía? ¿Va [la] Administración a obligar que los respiradores e incubadoras funcionen con energía solar y eólica poco confiable?», escribió Epstein en un hilo de Twitter en el que exponía sus objeciones a la OCCHE.
Una de las mayores redes hospitalarias del país no respondió inmediatamente a las solicitudes de comentarios sobre estas preocupaciones.
Otros se preocuparon por el peligro potencial de ampliar las facultades relacionadas con la salud pública, como las ejercidas durante la pandemia del COVID-19, a una nueva oficina.
«Como se predijo: la ‘salud pública’ será la herramienta elegida para otras tiranías», escribió Jay W. Richards, investigador principal de William E. Simon de la Heritage Foundation, en un tuit.
«Los estadounidenses fueron sorprendentemente complacientes con restricciones injustificadas y sin precedentes en nombre de la salud pública», dijo Richards en un correo electrónico cuando se le pidió comentarios. «Como resultado, cualquier político que desee aumentar su poder se daría cuenta de que es una forma probada de conseguir que los estadounidenses renuncien a sus libertades sin luchar. Por lo tanto, habría un fuerte incentivo para enmarcar otras cuestiones políticas en términos de salud pública. De ahí que se convierta en una herramienta predilectA».
Richards explicó que predijo la reformulación del activismo contra el cambio climático en términos de salud pública en su libro de 2020, «The Price of Panic».
«Incluso si la actividad humana está causando un cambio climático catastrófico, es una extraña manipulación poner un tema de política climática y energética en el HHS, y describirlo como un tema de salud pública», añadió. «Yo esperaría que esta nueva oficina empezara a promover restricciones similares a las del COVID en las actividades ordinarias que implican el uso de energía e hidrocarburos. De hecho, ese parece ser el objetivo de la oficina».
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