La legislatura del Estado de Nueva York ha aprobado una enmienda de «igualdad de derechos» a la Constitución estatal que reforzaría las protecciones de los programas de «discriminación positiva» y fortalecería el derecho de la mujer al aborto al considerar la denegación del procedimiento como un acto de discriminación en base al sexo.
La Enmienda por la Igualdad de Derechos (S.8797B), aprobada por la legislatura estatal el 1 de julio, pretende modificar la Constitución del Estado de Nueva York añadiendo una nueva sección que amplía la lista de clases protegidas contra la discriminación y estipulando que una de esas clases incluye el derecho al aborto.
«Esta enmienda aclara que cualquier acción del Estado que discrimine a una persona por el resultado de un embarazo es una clasificación basada en el sexo», dice el preámbulo de la enmienda.
«El Estado no utilizará su autoridad policial o su poder económico para gravar, limitar o favorecer cualquier tipo de decisión reproductiva», añade.
«Codificar el derecho al aborto»
Actualmente, la sección 11 de la Carta de Derechos de la Constitución del Estado de Nueva York contiene una disposición que sigue la redacción de la cláusula federal de protección de la igualdad y prohíbe la discriminación por motivos de raza, color, credo o religión.
La nueva enmienda va más allá, introduciendo otras clases protegidas al prohibir también la discriminación por motivos de etnia, origen nacional, discapacidad y sexo, incluidos el embarazo y los resultados del mismo, la orientación sexual, la identidad de género y la expresión de género.
El preámbulo deja claro que considera que la discriminación por embarazo —incluido el aborto— es un tipo de discriminación por sexo y que pretende reforzar el acceso al aborto tratando como acto de discriminación «el hecho de no proporcionar acomodaciones razonables» a quienes desean interrumpir un embarazo no deseado.
Antes de que se convierta en ley, la enmienda debe ser aprobada de nuevo en la próxima sesión legislativa antes de ser sometida a referéndum para su aprobación final.
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, celebró la aprobación de la enmienda, que sucede tras la reciente decisión de la Corte Suprema que eliminó las protecciones federales para el aborto.
«A la luz de la horrible decisión de la Corte Suprema de eliminar los derechos reproductivos, el Estado de Nueva York está dando un paso sin precedentes hacia la codificación del derecho al aborto en nuestra Constitución Estatal», dijo Hochul en un comunicado.
Enviando el mensaje equivocado
Kristen Curran, directora de relaciones gubernamentales de la Conferencia Católica del Estado de Nueva York, tuvo una opinión crítica sobre la enmienda, argumentando que envía el mensaje equivocado sobre el aborto mientras no proporciona un apoyo significativo a las mujeres, los niños y las familias.
«Lamentablemente, este proyecto de ley consolida el mensaje que Nueva York ha estado enviando a las mujeres desde hace tiempo: El aborto es positivo, empoderador y la clave del éxito. Esto no podría estar más lejos de la verdad», dijo Curran en un comunicado.
«Las mujeres, los niños y sus familias merecen apoyo y compasión», continuó. «La leche de fórmula para bebés escasea, criar una familia es inasequible, y las consecuencias de la pandemia siguen pasando factura. El Estado de Nueva York debería dedicar recursos a ayudar a las mujeres y a las familias, no a promover el aborto a través de una financiación ilimitada, anuncios y una legislación llamativa».
Impulso a la «acción afirmativa»
Además de tratar de consagrar el derecho al aborto en la Constitución estatal, la enmienda también incluye un texto que amplía la definición de discriminación para incluir no solo la «intención» sino también el «efecto».
Hasta ahora, los tribunales de Nueva York han interpretado la constitución estatal en consonancia con las disposiciones federales sobre igualdad de protección, prohibiendo únicamente la discriminación de carácter intencional.
«Esta enmienda va más allá al prohibir los impactos discriminatorios que resultan de las acciones del gobierno, proporcionando así una herramienta legal fundamental para desmantelar los actos que en efecto perpetúan y/o resultan en la desigualdad. Permitir que la ley reconozca el impacto dispar es un paso necesario para eliminar los sistemas de desigualdad», afirma el preámbulo de la enmienda.
Esto sugiere un desplazamiento de las metas en el debate sobre la igualdad de derechos hacia una posición de «igualdad de resultados» que los críticos de las políticas progresistas argumentarían que va más allá de proporcionar igualdad de condiciones y equivale a una promoción activa de los intereses de los grupos favorecidos.
Una declaración de la mayoría del Senado de Nueva York (pdf) parece decir lo mismo, al afirmar que «esta enmienda preserva las leyes diseñadas para prevenir o desmantelar la discriminación por estas características, como la discriminación positiva».
Además, el preámbulo de la enmienda dice que la legislación refleja «un compromiso y un camino para erradicar el racismo sistémico que se teje a través del tejido de nuestra sociedad», lo que podría alertar a algunos conservadores.
La idea de que las instituciones y las estructuras sociales de Estados Unidos están marcadas por el racismo sistémico es una cuestión que suscita un fuerte debate y controversia, y los de la derecha tienden a descartar la idea como un vehículo para la discriminación inversa y el socialismo progresivo.
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