El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, reimpuso este miércoles restricciones a la actividad económica y las reuniones tras un aumento de casos positivos del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), también conocido como nuevo coronavirus, y de personas hospitalizadas en todo el estado y sus vecinos, que fueron epicentro de la pandemia durante la primera ola.
En una conferencia telefónica, Cuomo ordenó que a partir de este viernes los bares y restaurantes con licencia para vender alcohol y los gimnasios cierren a las 22.00 hora local, y que las reuniones en residencias privadas se reduzcan como máximo a 10 personas al considerarlas una «gran fuente de contagio» de cara a la temporada navideña.
«Estamos viendo lo que se ha predicho durante meses: un aumento nacional y global, y Nueva York es solo un barco en la marea de la covid-19», dijo el gobernador, quien señaló que estas medidas buscan «simetría» con las adoptadas por las autoridades de Nueva Jersey y Connecticut, en estados limítrofes, para evitar que la gente intente evadirlas.
Cuomo informó de que la proporción de positivos sobre testados ha ascendido al 2.9 % en un total de 164,000 test realizados en las últimas 24 horas y hay 1628 personas hospitalizadas en todo el estado, la cifra más alta desde mitad de junio, con más de 300 en unidades de cuidados intensivos.
En la cercana Nueva Jersey, la tasa de positivos se sitúa en torno al 5 % y se ha prohibido a los restaurantes servir en el interior a partir de las 22.00 hora local a partir de este jueves, mientras que la ciudad de Newark, un núcleo urbano cercano a un aeropuerto que da servicio a Nueva York, ha decretado toque de queda.
Este miércoles, el alcalde de Nueva York ciudad, Bill de Blasio, advirtió que esta es la «última oportunidad para frenar una segunda ola» e instó a actuar «ahora» tras un aumento de la tasa de positivos local al 2.52 %, cifra que también se remontan a junio, cuando comenzaba la reapertura.
La Gran Manzana tiene zonas de los distritos de Brooklyn y Queens en designación «roja» y «naranja», con restricciones severas, y este miércoles se ha sumado el distrito de Staten Island como «zona amarilla» por su alarmante evolución en comparación con el resto de la ciudad, de acuerdo al gobernador Cuomo.
«Las medidas son apropiadas en este momento, en anticipación de lo que vemos como un contagio potencial. Si no son suficientes para ralentizarlo, cerraremos más el grifo y parte de ello será reducir el número de gente que puede cenar en el interior de establecimientos», destacó Cuomo.
Los restaurantes podrán ofrecer solo comida para recoger a partir de las 22.00 hora local, agregó el gobernador, que reclamó al Gobierno local desplegar al cuerpo de policía para asegurar que se cumple la normativa, además de apelar a la responsabilidad individual de los ciudadanos.
Nueva York, que fue el estado más afectado por el covid-19 en los primeros meses de la crisis en EE.UU., ya no tiene las cifras más altas de casos acumulados -536,000, por detrás de Texas, California y Florida- pero sí de fallecidos, casi 34,000, según cifras de la Universidad Johns Hopkins.
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