La fiscalía general del estado de Nueva York informó hoy que demandó a la farmacéutica Purdue, fabricante del analgésico OxyContin, por largos años de «prácticas engañosas e ilegales» relacionadas con el poderoso y altamente adictivo opioide.
Con esta demanda, el estado se suma a una extensa lista de más de 400 ciudades como la de Nueva York, condados y organizaciones que han demandado a farmacéuticas acusándolas de publicidad engañosa y de ocultar información sobre la potencial adicción.
En el documento de la demanda de hoy presentada en la Corte Suprema del Estado, la fiscal general de Nueva York, Bárbara Underwood, alega publicidad engañosa por parte de la farmacéutica para alentar las ventas del opiáceo, utilizado para el dolor no relacionado con el cáncer.
Underwood alega que la farmacéutica no abordó adecuadamente los riesgos del medicamento.
«Purdue creó efectivamente el márketing para el uso de la poderosa receta del opioide para tratar el dolor crónico, y ha dominado el mercado desde mediados de la década de 1990 generando más de 30.000 millones de dólares en ventas desde esa fecha», indica además el documento legal.
Tras la salida del medicamento al mercado en 1999 y 2015, hubo 568.699 muertes por sobredosis, de los cuales un 66 % se relacionan con el consumo de opiáceos sintéticos, según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Agrega el estado de Nueva York en su demanda, que a través de sus acciones Purdue y sus dueños ganaron millones de dólares a costa de pérdidas de vidas y decenas de millones de dólares en daños a comunidades inundadas de opioides y su efecto negativo.
Underwood destacó en la demanda, que Purdue continuó con su márketing engañoso a pesar de declararse culpable de conducta criminal en el 2007 y haberse comprometido a corregirlo.
La fiscal se refirió así al hecho de que tres ejecutivos de la farmacéutica se declararon culpables de acusaciones federales por haber engañado a reguladores, médicos y pacientes, sobre el riesgo de adicción del OxyContin y la facilidad con la que podía abusarse del analgésico.
Como consecuencia, la empresa pagó 600 millones de dólares.
«Purdue debe pagar ahora penalidades y daños al estado de Nueva York por su conducta ilegal, devolver sus ganancias ilícitas y disminuir el resultante daño infligido», señala además el documento.
Underwood destacó en un comunicado, que una investigación reveló «un patrón de engaño e indiferencia temeraria a la salud y bienestar de los neoyorquinos mientras Purdue se llenaba los bolsillos, explotando deliberadamente nuestras comunidades, provocando una epidemia de opioides que ha destruido familias».
Por su parte, el gobernador Andrew Cuomo aseguró que la crisis del opioide «fue manufacturada por distribuidores sin escrúpulos».
Las sobredosis por opiáceos han aumentado un 30 % en el país en solo 14 meses, entre 2016 y 2017, según el CDC.
En octubre de 2017, el presidente Donald Trump declaró oficialmente como «emergencia de salud pública» el consumo de estas sustancias, e instó a las autoridades a reducir el impacto en EE.UU., donde se calcula que dos millones de personas sufren de adicción a analgésicos recetados o ilícitos.
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