La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, promulgó una medida que convierte en delito la falsificación de tarjetas de vacunación COVID-19.
La medida (S.4516-C/A.7536-B), denominada ley de “Veracidad en la Vacunación”, entra en vigencia de inmediato.
La ley tipifica como delito grave de clase D falsificar las tarjetas de la vacuna anti-COVID, al enmendar la definición legal de «instrumento escrito» en el código penal para incluir explícitamente el formato de tarjeta de la vacuna anti-COVID que muestre información como la fecha en que una persona recibió su vacunación, el tipo de vacuna y su número de lote.
Los delitos graves de clase D no violentos se castigan desde libertad condicional hasta un máximo de siete años de cárcel.
La nueva ley también enmienda la ley penal para crear un delito de “manipulación informática en tercer grado” —un delito mayor no violento de clase E— por ingresar, alterar o destruir intencionalmente “material informático” relacionado con los registros de la vacuna anti-COVID.
Los delitos graves de clase E no violentos se castigan con un año y 4 meses de cárcel o cuatro años de libertad condicional.
Sean Ross Collins, portavoz de la senadora estatal Anna Kaplan, quien copatrocinó la legislación, le dijo a Axios que la posesión criminal de un instrumento falsificado es ahora «un delito menor de clase A con una sentencia máxima de 1 año de prisión».
Una declaración de la oficina de Hochul dice: “Las personas que tergiversan su historial de vacunación, no solo ponen en peligro su propia salud, sino la salud de todos aquellos con quienes entran en contacto. Esta legislación garantiza que a medida que Nueva York se abra y muchas empresas opten por confiar en la verificación del estado de vacunación, no se tolerará la falsificación de los registros de vacunación».
Hochul, una demócrata, dijo en un comunicado: “Necesitamos asegurarnos de aprender las lecciones de la pandemia para no cometer los mismos errores dos veces. Estas nuevas leyes nos ayudarán a mejorar nuestra respuesta a la pandemia ahora, tomar medidas enérgicas contra el uso fraudulento de los registros de vacunación y ayudarnos a comprender mejor las áreas de mejora que debemos realizar en nuestro sistema de atención médica para que podamos estar aún más preparados en el futuro”.
Actualmente, Nueva York exige la prueba de la vacuna anti-COVID para los trabajadores y clientes en lugares cerrados, incluidos restaurantes, gimnasios y teatros.
Check Point Software Technologies, una compañía global de ciberseguridad, señaló en septiembre que las ventas de tarjetas de vacunas falsas han aumentado drásticamente desde el anuncio del presidente Joe Biden de su orden de vacunación.
El 9 de septiembre, Biden anunció que ordenaría al Departamento de Trabajo que creara una regla para que las empresas con más de 100 empleados exijan vacunas anti-COVID o pruebas semanales. El mismo día, firmó una orden ejecutiva para exigir que todos los trabajadores federales, contratistas del gobierno y sus empleados se vacunen contra el COVID-19, sin la opción de aplicarse las pruebas de COVID-19.
Un comunicado de la oficina de Kaplan reconoció que ha habido “numerosos informes de alto perfil de atletas profesionales, oficiales de alto rango de la policía de Nueva York, trabajadores del FDNY y de saneamiento, y personal de instalaciones médicas que intentan eludir las normas de seguridad y salud pública mediante el uso de tarjetas falsas y pasaportes digitales”.
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