Los servicios de inteligencia de Nueva Zelanda denunciaron este viernes la injerencia extranjera ejercida por parte de China y Rusia, entre otras naciones, y que puede causar un «daño significativo» a la seguridad nacional.
En un informe publicado hoy, el Servicio de Inteligencia de Seguridad de Nueva Zelanda (NZSIS) subrayó que es «consciente» de las acciones de espionaje e injerencia extranjera «en y contra» el país oceánico vinculados a los servicios de inteligencia de Beijing.
«La posición geográfica de Nueva Zelanda en el Indopacífico, nuestros vínculos con otros países del Pacífico y nuestros intereses compartidos en una región estable, próspera y resiliente atraerán la atención de servicios de inteligencia extranjeros», precisó el documento.
Este informe se publica en un contexto de preocupación en torno a la seguridad y estabilidad de la estratégica región del Pacífico, tras la firma en 2022 de un pacto de seguridad y cooperación militar entre China e Islas Salomón que contempla en envío de las fuerzas de seguridad chinas a petición de Honiara.
Además, Nueva Zelanda y Australia -que históricamente han sido las potencias influyentes de la región- han denunciado en el pasado actividades de intromisión extranjera o ciberataques por parte de personas o grupos vinculados a China.
Para NZSIS, la mayor parte de las actividades «maliciosas» de intromisión extranjera tienen como blanco «injustificado» a las comunidades de inmigrantes y las comunidades que son consideradas como disidentes por algunos gobiernos extranjeros.
«Lo más destacable es el ataque continuado a las comunidades chinas de Nueva Zelanda. Vemos que estas actividades son realizadas por grupos e individuos vinculados al brazo de inteligencia de la República Popular China», según NZSIS.
Asimismo, NZSIS apuntó que un número indeterminado de agencias de inteligencia extranjera espían de forma «persistente y oportunista (…) dentro y fuera» del territorio neozelandés tanto al Ejecutivo de Wellington como a empresas, instituciones de investigación y organismos contratados por el Estado.
El objetivo de este espionaje, apuntan, es robar secretos militares, derechos de propiedad intelectual e incluso datos personales.
El informe apunta brevemente que las campañas de desinformación por parte de Rusia han aumentado tras la invasión de Moscú a Ucrania, en febrero de 2022.
La inteligencia neozelandesa también alerta del riesgo de conductas más agresivas por parte de Irán contra las comunidades de disidentes que viven en Nueva Zelanda.
Este informe es la primera evaluación exhaustiva que la NZSIS hace sobre las diversas amenazas que afronta Nueva Zelanda tales como el terrorismo y extremismo violento, la injerencia extranjera, el espionaje y los ataques cibernéticos.
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