El gobierno de Nueva Zelanda anunció el jueves que pondrá fin a sus requisitos de cuarentena para los viajeros que lleguen y llevará a cabo una reapertura gradual de sus fronteras.
El país ha estado imponiendo estrictos controles fronterizos durante gran parte de los dos últimos años debido a la pandemia de COVID-19. A la mayoría de los viajeros que llegan se les ha exigido una cuarentena de 10 días en una habitación de hotel gestionada por el ejército. Este requisito estaba creando un cuello de botella en la frontera.
Los últimos cambios, esbozados en un plan de cinco pasos, significan que los neozelandeses vacunados contra COVID-19 que regresen de Australia ya no tendrán que entrar en cuarentena a partir del 27 de febrero.
Asimismo, los neozelandeses vacunados contra COVID-19 que regresen de países distintos de Australia podrán entrar antes del 13 de marzo sin necesidad de pasar la cuarentena. Lo mismo se aplica a los trabajadores cualificados extranjeros vacunados, así como a los viajeros en régimen de vacaciones laborales.
Hasta 5000 estudiantes internacionales podrán entrar en el país sin cuarentena a partir del 12 de abril. Para entonces, también podrán entrar los titulares de visados temporales de ultramar con un visado válido.
En julio, todos los turistas de Australia y de otros países exentos de visado que estén completamente vacunados podrán entrar sin cuarentena.
Pero la mayoría de los turistas y otras categorías de visados, incluidos los de estudiante, tendrán que esperar hasta octubre para poder entrar en el país sin pasar la cuarentena.
A pesar de no necesitar la cuarentena, los viajeros tendrán que autoaislarse durante 10 días.
Mientras tanto, todos los viajeros no vacunados, incluidos los que no cumplen los requisitos de vacunación de Nueva Zelanda, pero que por lo demás pueden entrar en el país, seguirán teniendo que entrar en cuarentena.
La apertura de las fronteras de forma controlada permitirá que la gente se reúna y ayudará a suplir la escasez de mano de obra, al tiempo que garantizará que el sistema de atención sanitaria pueda gestionar el aumento de casos previsto, declaró la Primera Ministra Jacinda Ardern.
«Nuestra estrategia con omicrón es frenar la propagación, y nuestras fronteras forman parte de ello», dijo a un público empresarial en Auckland. La variante altamente contagiosa del virus actualmente dominante en todo el mundo se detectó recientemente en Nueva Zelanda, y el número de casos está aumentando lentamente.
Con información de Reuters.
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