Documentos recientemente desclasificados revelan que la CIA –que se supone está estrictamente limitada en los tipos de vigilancia y otras operaciones secretas que puede realizar en suelo estadounidense– monitorea de manera rutinaria los sistemas informáticos del gobierno.
Esa información está contenida en dos cartas anteriormente secretas de «notificación del Congreso» escritas en 2014 por el inspector general de la Comunidad de Inteligencia en ese momento, Charles McCullough. En las cartas, McCullough revela que la CIA interceptó y recopiló, en secreto, correos electrónicos enviados entre personal del Congreso y el jefe de protección de delatores y fuentes de la CIA. Se dijo que la recopilación se realizó como parte del «monitoreo de contrainteligencia de rutina de los sistemas informáticos del gobierno» de la CIA.
Varias fuentes familiarizadas con las notificaciones del Congreso en ese momento, pero que no pudieron hablar de ello hasta ahora porque el material estaba clasificado, dijeron que es extremadamente preocupante que la CIA haya interceptado comunicaciones privadas del personal del Senado sobre delatores de la Comunidad de Inteligencia.
«La mayoría de estos correos electrónicos se referían a denuncias pendientes y en desarrollo de delatores», escribió McCullough en cartas dirigidas a demócratas y republicanos que en su momento estaban en los Comités de Inteligencia de la Cámara y del Senado: la senadora demócrata Dianne Feinstein, de California; el senador republicano Saxby Chambliss de Georgia; el representante republicano Mike Rogers de Michigan; y el reresentante demócrata Dutch Ruppersberger, de Maryland.
McCullough dijo que estaba preocupado porque la CIA había «potencialmente puesto en riesgo la confidencialidad de los delatores y [por] el consiguiente ‘efecto escalofriante’ que el actual sistema de monitoreo [de contrainteligencia] podría tener sobre la denuncia de irregularidades de la Comunidad de Inteligencia».
Las intercepciones en cuestión se llevaron a cabo bajo el entonces liderazgo del director de la CIA John Brennan y del director de Inteligencia Nacional, James Clapper. Ambos hombres respondieron con lentitud, según el senador republicano Chuck Grassley de Iowa, cuando él originalmente intentó que se desclasificaran las notificaciones del Congreso. Un miembro del equipo del senador Grassley en ese momento estaba entre aquellos cuyos correos electrónicos fueron interceptados por la CIA.
Brennan y Clapper, que ahora trabajan en la industria privada y son consultores para la NBC y CNN respectivamente, han sido ampliamente criticados por una variedad de presuntos errores y abusos de vigilancia.
Ambos hombres participaron en los controvertidos «desenmascaramientos» de las elecciones de 2016, identificando a nombres de estadounidenses protegidos que «incidentalmente» fueron capturados por la vigilancia del Gobierno. Originalmente, cuando se le preguntó bajo juramento en 2017 sobre las solicitudes de desenmascaramiento realizadas por algún embajador de Estados Unidos, incluida la embajadora del presidente Barack Obama en las Naciones Unidas, Samantha Power, Brennan declaró ignorancia, “Yo no sé. Tal vez tenga un vago recuerdo, pero no estoy… no podría responder con confianza”. Más tarde se reveló que se habían realizado cientos de solicitudes de desenmascaramiento en nombre de Power en 2016. Brennan también reconoció que solicitó desenmascarar los nombres de ciudadanos estadounidenses en numerosas ocasiones.
En cuanto a Clapper, él admitió durante una audiencia judicial del Senado el 8 de mayo de 2017, haber realizado al menos una solicitud de desenmascaramiento relacionada con el «Sr. Trump, sus asociados o cualquier miembro del Congreso”. Clapper también reconoció haber revisado personalmente los documentos desenmascarados y que pudo haber compartido material desenmascarado con otros funcionarios.
Clapper y Brennan han dicho que respetan el derecho a la privacidad de los estadounidenses y que no violaron ninguna norma o ley.
En 2013, Clapper fue criticado por demócratas y republicanos después de negar bajo juramento que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) estaba involucrada en espiar en masa a decenas de millones de estadounidenses. Poco después de ese testimonio ante el Congreso, las revelaciones del delator de la NSA, Edward Snowden, demostraron que no era cierto. Clapper luego argumentó que no había engañado intencionalmente.
En 2014, Brennan se disculpó con los senadores del Comité de Inteligencia después que se revelara que la CIA había monitoreado de manera inapropiada las computadoras del personal del Comité. Antes Brennan había negado con vehemencia que se produjera el espionaje.
Las nuevas notificaciones públicas del Congreso sobre la vigilancia de la CIA de la información de denunciantes, solo se dieron a conocer después de que Grassley recurriera al actual inspector general de la Comunidad de Inteligencia, Michael Atkinson, quien asumió el 17 de mayo. Los sucesores de Brennan y Clapper, designados por el presidente Donald Trump, ignoraron las solicitudes de desclasificar los documentos, según Grassley.
«El hecho de que la CIA, bajo el gobierno de Obama, estuviera leyendo los correos electrónicos del personal del Congreso sobre los denunciantes de la Comunidad de Inteligencia, plantea serias preocupaciones políticas, así como posibles problemas constitucionales de separación de poderes que deben ser discutidos públicamente», escribió Grassley en una declaración.
Sharyl Attkisson es autora de «Stonewalled», bestseller del New York Times, cinco veces ganadora del premio Emmy y presentadora del programa nacional de televisión de investigación de Sinclair «Full Measure with Sharyl Attkisson”. Recibió el premio Edward R. Murrow por sus informes investigativos y ha reportado a nivel nacional para CBS, PBS y CNN.
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