El número de pacientes hospitalizados en Estados Unidos con COVID-19 descendió de manera consistente en las últimas semanas, alcanzando un mínimo que no se veía desde principios de agosto, según los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Los hospitales registraron un promedio de 41,162 pacientes con COVID-19 entre el 28 de octubre y el 3 de noviembre, según los datos.
Se trata del promedio de siete días más bajo desde el 1 de agosto.
Las hospitalizaciones por COVID-19 alcanzaron un mínimo de 12,032 a fines de junio, pero pronto aumentaron considerablemente, impulsadas por una oleada de ingresos a los establecimientos de salud en los estados del sur. A principios de septiembre había más de 93,000 personas hospitalizadas con la enfermedad.
A medida que los casos, las hospitalizaciones y las muertes disminuían en muchos estados en las últimas semanas, incluso con el aumento en los estados del norte y del oeste, las cifras de hospitalización han estado descendiendo sistemáticamente.
Según las nuevas admisiones por COVID-19 es poco probable que las hospitalizaciones vuelvan a aumentar pronto. Las 1.5 admisiones por cada 100,000 habitantes del 3 de noviembre fue la tasa más baja desde el 25 de julio, según los datos de los CDC.
La tasa de admisiones a los centros de salud disminuyó recientemente en todos los grupos de edad.
Un conjunto de previsiones nacionales indican que las admisiones hospitalarias diarias seguirán bajando, aunque existe la posibilidad de un nuevo repunte. Sin embargo, las previsiones en conjunto a nivel estatal y territorial proyectan que el número de nuevos pacientes con COVID-19 disminuirá en 15 jurisdicciones, mientras que aumentará en sólo una.
Los casos de COVID-19 y las muertes también han descendido en las últimas semanas en cantidades significativas y se prevé que sigan bajando en un futuro próximo.
La Dra. Rochelle Walensky, directora de los CDC en Estados Unidos, señaló las cifras en descenso en una reciente sesión informativa, pero animó a la población a seguir, no obstante, con las medidas de mitigación, como llevar mascarilla en el interior y permanecer en casa cuando se esté enfermo.
Las autoridades de salud pública también están instando a los padres a que vacunen a los niños de entre 5 y 11 años, aunque tengan poco riesgo de contraer casos graves de COVID-19.
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