En su última medida para atender a los inmigrantes ilegales transportados desde la frontera sur del país, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, dijo que abrirá nuevos «centros de emergencia humanitaria» para asegurarse de que los recién llegados tengan cubiertas sus necesidades.
«Esta no es una crisis cotidiana de personas sin hogar, sino una crisis humanitaria que requiere un enfoque diferente», dijo Adams el jueves en un comunicado en el que anunció el plan. Comparó la reciente afluencia de «solicitantes de asilo» con la ola de inmigración que pasó por Ellis Island hace unos 100 años, y acusó a los líderes de los estados fronterizos de descuidar su «deber moral» de apoyarlos.
«Está claro que nos enfrentamos de nuevo a una crisis humanitaria creada por la mano del hombre. Mientras otros líderes han abdicado de su deber moral de apoyar a los solicitantes de asilo que llegan, la ciudad de Nueva York se niega a hacerlo», dijo Adams.
Adams se refería a los gobernadores de Texas y Arizona, que han gastado millones de dólares en enviar a Washington D.C. autobuses llenos de migrantes detenidos en la frontera, así como a las autoproclamadas «ciudades santuario» de Nueva York y Chicago.
Según la oficina del gobernador de Texas, Greg Abbott, hasta ahora más de 10,000 inmigrantes ilegales han aceptado voluntariamente los boletos de autobús de ida a las «ciudades santuario» dirigidas por los demócratas. Hasta el 16 de septiembre, se calcula que Texas ha enviado a unos 2500 inmigrantes ilegales para que la Gran Manzana se haga una idea de lo que tienen que soportar las ciudades fronterizas de Texas.
Con la apertura de nuevos «centros de ayuda y respuesta de emergencia humanitaria», los autobuses llegarán directamente a esas instalaciones o serán dirigidos allí desde la terminal de autobuses de la Autoridad Portuaria de Manhattan, según el plan de Adams. «Una vez que lleguen, todos los solicitantes de asilo que lo deseen recibirán opciones de asentamiento, así como información inmediata sobre salud, seguridad y asuntos legales. Los solicitantes de asilo que no encuentren o no puedan encontrar un alojamiento inmediato permanecerán en los centros de ayuda humanitaria durante aproximadamente 24 a 96 horas».
«El tiempo de evaluación adicional garantizará que los solicitantes de asilo comprendan sus opciones y puedan llegar a su destino deseado de forma rápida y sin problemas», añadió.
El anuncio del jueves se produce después de que Adams confirmara la muerte por suicidio de una «solicitante de asilo» que estaba alojada en un refugio operado por la ciudad en Queens. Adams afirmó que fue culpa de Abbott que la joven colombiana se quitara la vida, a pesar de que los viajes en autobús son voluntarios.
«Creo que el gobernador de Texas y otros tienen la culpa de crear esta crisis humanitaria provocada por el hombre», dijo el lunes en una rueda de prensa. «No hemos fallado en esta ciudad. Esta ciudad está ayudando a la gente».
En respuesta, la oficina de Abbott dijo que Adams debería pedir al presidente Joe Biden que arregle sus políticas fronterizas que siguen causando tragedias como ésta.
«La alcaldesa Adams debería pedir al presidente Biden que tome medidas inmediatas para asegurar la frontera, algo que el presidente sigue sin hacer», dijo la secretaria de prensa de Abbott, Renae Eze, en un comunicado. «La muerte de cada migrante, incluidos los 53 migrantes que murieron en un tráiler en San Antonio, es culpa del presidente Biden y sus imprudentes políticas de frontera abierta».
«Los migrantes en los autobuses de Texas eligieron voluntariamente ir a Nueva York, después de haber firmado al abordar una renuncia de consentimiento voluntario disponible en varios idiomas que estaban de acuerdo con el destino. Cada autobús está abastecido con comida y agua y hace paradas a lo largo del viaje para repostar y cambiar de conductor», añadió Eze, señalando que los pasajeros pueden realmente bajar del autobús en cualquiera de las paradas si sus casos fueron procesados por el gobierno federal y resultaron en su liberación.
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