Un cambio en la normativa sobre armas en la ciudad de Nueva York amplió la capacidad de los no residentes para portar armas de fuego en la Gran Manzana, en una medida que ha suscitado elogios encontrados por parte de los defensores de los derechos de las armas, que afirman que las leyes sobre armas de Nueva York siguen siendo demasiado restrictivas.
Citando la necesidad de cumplir las recientes sentencias de la Corte Suprema de EE.UU., el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) adoptó el 8 de agosto una regla de emergencia que permitirá a los no residentes solicitar permisos de portación oculta.
Con efecto inmediato, la nueva norma establece un proceso por el cual las personas que no residan en el Estado de Nueva York, no tengan su empleo principal en la ciudad de Nueva York y no tengan su lugar principal de negocios en la Gran Manzana, podrán solicitar al NYPD una licencia de portación.
La nueva norma también modifica el proceso de compra y adición de armas de fuego a la licencia de armas de la ciudad de Nueva York, al tiempo que elimina el requisito de que los propietarios de armas presenten el contenido de sus cuentas en las redes sociales durante los últimos tres años.
La notificación de la policía de Nueva York sobre la adopción de la nueva norma, que ha sido firmada por el alcalde de la ciudad, Eric Adams, cita dos decisiones de la Corte Suprema de Estados Unidos relacionadas con los derechos de la Segunda Enmienda.
La primera es una sentencia de 2022 conocida como New York State Rifle & Pistol Association vs Bruen, que declaró inconstitucional una ley de armas de Nueva York que restringía la posibilidad de llevar una pistola en público para defensa propia. La decisión anuló una ley neoyorquina que exigía a los solicitantes demostrar una “causa justificada” para obtener una licencia de portación.
El segundo fallo es el conocido como Estados Unidos vs Rahimi, que permitía desarmar temporalmente a una persona si una corte consideraba que suponía una amenaza creíble para la seguridad física de otra persona.
La notificación afirma que los cambios en las leyes de armas de la ciudad de Nueva York “garantizarán que la ciudad pueda regular adecuadamente la tenencia de armas de fuego en NYC y al mismo tiempo cumplir con la decisión Bruen”.
“Retrasar la aplicación de estas normas adicionales obstaculizaría gravemente la capacidad de la ciudad de Nueva York para regular de forma eficaz y legal la tenencia de armas de fuego dentro de su jurisdicción”, se lee en la notificación.
Aunque la norma de emergencia sobre armas permite a los no residentes solicitar permisos de portación en la ciudad de Nueva York, para los que antes no existía ningún proceso, también somete a esas personas a las condiciones del sistema de licencias de Nueva York. Esto incluye el requisito de completar 18 horas de formación para que se les expida un permiso, presentar un formulario que refleje los resultados de una comprobación de antecedentes y sólo se les permitirá adquirir una pistola en un periodo de 90 días.
La nueva norma ajusta el número de pistolas que una persona puede poseer con una licencia específica. En el caso de los permisos de residencia, se permite más de una pistola, siempre que se presenten pruebas de protección adecuada. En el caso de las licencias de portación, se permiten dos pistolas, y más si la persona presenta pruebas de que cumple los requisitos de salvaguardia residencial.
Varios grupos de defensa de los derechos de las armas elogiaron el cambio, aunque criticaron el sistema general de licencias.
Erich Pratt, vicepresidente Senior de Gun Owners of America, dijo en un comunicado que el cambio es “una gran noticia para los incontables millones de estadounidenses que trabajan o visitan Nueva York cada año”.
“Es fundamental que todo el mundo pueda ejercer su derecho inherente a la autodefensa, pero hasta ahora, los antiarmas de Nueva York le negaban a la mayoría de los estadounidenses ese derecho básico”.
El grupo de defensa de los derechos de porte de armas, Foundation for a Safer NY, afirmó en un comunicado que, a pesar de los cambios, la norma sobre permisos de portación de la ciudad de Nueva York “sigue vulnerando nuestros derechos, y que no se nos debería exigir que pidiéramos permiso para obtener nuevas armas de fuego. Menos aún rogarles que nos permitan añadirlas a nuestros permisos”.
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