El presidente saliente, Barack Obama, reveló a principios de 2017 que conocía los detalles de las llamadas telefónicas que hizo el asesor de seguridad nacional de la administración Trump, Michael Flynn, sorprendiendo a una de las principales funcionarias del Departamento de Justicia, según documentos recientemente publicados.
El jueves, el departamento decidió desestimar el caso penal contra Flynn, que se apoyaba en las llamadas telefónicas.
Sally Yates, la fiscal general adjunta en ese momento, recordó reunirse con Obama en la Casa Blanca el 5 de enero de 2017, junto con una serie de otros funcionarios, incluido el entonces director del FBI, James Comey.
Después de despedir a todos menos a Yates, Comey, la entonces Asesora de Seguridad Nacional Susan Rice y el entonces vicepresidente Joe Biden, Obama les dijo que se había «enterado de la información sobre Flynn» y la discusión del teniente general con el embajador ruso, Sergey Kislyak.
Obama le dijo al trío que no quería información adicional sobre el asunto, pero quería saber si la Casa Blanca debería, a la luz de la información, tratar a Flynn de manera diferente.
Yates «estaba tan sorprendida por la información que estaba escuchando que tuvo dificultades para procesarla y escuchar la conversación al mismo tiempo», escribieron los agentes del FBI que la entrevistaron, en un informe que realizaron sobre dicha entrevista.
Yates les dijo a los agentes que no sabía de qué estaba hablando Obama, pero al analizar la conversación descubrió el sentido de lo que decía. Ella no sabía quién le contó a Obama los detalles. Recordó que Comey mencionó la Ley Logan, una ley de siglos de antigüedad que nunca ha sido aplicada con éxito.
Flynn fue jefe de la Agencia de Inteligencia de Defensa durante la administración de Obama. El presidente lo despidió por supuesta insubordinación.
Comey dijo a los miembros del Congreso, en marzo de 2017, que informó al entonces Director de Inteligencia Nacional, James Clapper, sobre las llamadas telefónicas interceptadas a fines de diciembre de 2016 o principios de enero de 2017.
Clapper informó a Obama, Biden y al equipo superior de Obama sobre las llamadas y sobre otros asuntos relacionados, dijo Comey.
«No difundimos esto [redactado] en ninguna inteligencia terminada, aunque nuestra gente juzgó que era apropiado, por razones que espero sean obvias, tener el nombre del Sr. Flynn desenmascarado», dijo Comey, según una transcripción recientemente desclasificada.
Desenmascarar es un término utilizado por los funcionarios de inteligencia para revelar el nombre de un ciudadano estadounidense.
Los dos documentos fueron publicados el 7 de mayo, por el Departamento de Justicia, como parte de su moción para desestimar el caso contra Flynn.
El Departamento de Justicia pidió el jueves que se desestimara el caso, argumentando que el interrogatorio de Flynn del 24 de enero de 2017 «no estaba vinculado ni justificado en la investigación de contrainteligencia del FBI sobre el Sr. Flynn».
La investigación en sí «ya no estaba justificada», dijo Timothy Shea, fiscal interino de Estados Unidos para el Distrito de Columbia, en la moción de desestimación. «En palabras del FBI, la Agencia Federal de Investigación se había preparado para cerrar porque se había dado una ‘ausencia de información derogatoria’», agregó.
Flynn se declaró culpable de un cargo de mentir durante el interrogatorio, pero recientemente pidió retirar su declaración.
Debido a que el interrogatorio no se realizó como parte de una investigación legítima, «realmente sentimos que no se puede establecer un crimen aquí», dijo el jueves el Fiscal General William Barr a CBS.
La llamada en cuestión con Kislyak no contenía «nada inconsistente con las políticas de la administración de Obama, y… era en interés de Estados Unidos», dijo.
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