El obispo auxiliar de la Diócesis de Managua, Silvio Báez, recomendó este martes a la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia «no ser flojos» en las negociaciones con el Gobierno de Daniel Ortega para superar la profunda crisis sociopolítica que afecta a Nicaragua.
«Yo lo que les he recomendado es: no rompan el diálogo, porque si no, les van a echar la culpa de que fueron ustedes los que no quisieron dialogar, pero tampoco deben ser flojos, deben exigirles, llegar y estar ahí, y hacer verdaderamente que escuchen la voluntad de la mayoría del pueblo de Nicaragua», dijo Báez, antes de partir a su nueva misión en el Vaticano.
Báez, un crítico de Ortega, recomendó firmeza a la oposición porque conoce, según dijo, lo que es estar en una mesa de negociaciones con el régimen, dado que fue uno de los miembros del Episcopado que medió entre la Alianza y los representantes de Ortega en el diálogo nacional de 2018.
«No es fácil estar en una mesa con una gente como la del régimen, que no tiene absolutamente ninguna voluntad de dialogar ni ceder nada, lo único que quieren es mantenerse en el poder indefinidamente», resaltó.
Este martes, representantes de la Alianza y el régimen sostendrán un encuentro para valorar un posible reinicio de las más recientes negociaciones, por petición del nuncio apostólico en Nicaragua, Waldemar Stanislaw Sommertag, y el representante de la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos, Luis Ángel Rosadilla, quienes actuaron como «testigos y acompañantes».
El diálogo nacional que se dio entre mayo y julio pasados, fracasó cuando Ortega incumplió con 15 compromisos adquiridos, antes de abandonar el mismo, alegando ser víctima de un «golpe de Estado fallido», del que acusó al Episcopado, Báez incluido.
Posteriormente sostuvieron un proceso de negociaciones del 27 de febrero al 3 de abril, que resultó en la firma de acuerdos en dos grandes temas de un total de cuatro, y que según la oposición el régimen volvió a incumplir, frente a una Alianza que se limita a emitir comunicados en los que expone sus quejas, lo que le ha valido críticas en las calles.
«A la Alianza Cívica, le he recomendado que sea cercana al pueblo, que mantenga informada a la gente, porque es la mayor fuerza que tiene», dijo el obispo.
Báez dejó claro que «los miembros de la Alianza Cívica han sido ejemplares», y reiteró que «no es fácil».
La Alianza ha insistido en que es difícil avanzar en las negociaciones si el régimen no cumple con los dos compromisos adquiridos, como son la libertad definitiva a cientos de manifestantes presos, y el respeto por la Constitución de Nicaragua en lo referente a la libertad de expresión y prensa.
La crisis de Nicaragua, iniciada en abril de 2018, ha dejado 325 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), mientras que ONG locales elevan la cifra a 568 y el régimen reconoce 199.
Adicionalmente se cuentan entre 779 y 809 «presos políticos», casi el doble de los que reconoce el régimen, que los identifica como «terroristas», «golpistas» o «delincuentes comunes».
La Organización de los Estados Americanos (OEA) tiene en proceso la aplicación de la Carta Democrática Interamericana, por rompimiento del orden constitucional, que de ejecutarse suspendería a Nicaragua del organismo continental.
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