Una observadora electoral voluntaria y trabajadora en el condado de Pima, en Arizona, afirmó que los funcionarios electorales del estado le habían dicho que le permitiera votar a las personas que no estuvieran debidamente inscritas, para que votaran en Arizona el día de las elecciones.
“Tenía que permitirle que votaran a las personas que literalmente se acababan de mudar aquí. Un gran porcentaje tenía direcciones de dos complejos de apartamentos”, dijo Anna Orth en una reunión de republicanos del Senado del Estado de Arizona, el lunes.
Orth comentó que «muchas» de estas personas fueron «residentes por no más de un mes», y agregó que, durante su tiempo como observadora electoral, estimó que alrededor de 2000 personas parecían ser votantes de otros estados.
Según el sitio web de las elecciones del condado de Pima, la gente puede votar sí han «vivido en el condado de Pima por, al menos, 29 días antes de las elecciones generales».
Estas personas, dijo, tenían “licencias de conducir de otro estado”, pero intentaron demostrar que podían votar presentando una “factura de electricidad” u otro tipo de factura que sugiriera que vivían en el lugar.
Orth luego alegó que habló con un observador electoral que dijo que él era de Los Ángeles y le dijo que «estaba allí para convertir a Arizona en azul», es decir, en demócrata.
«Estamos aquí específicamente para convertir este estado en azul. Este es uno de nuestros problemas. Vengo de otro distrito en [el condado de] Maricopa”, recordó que le dijo el hombre. Había un grupo de ellos, agregó la mujer.
El trabajo del hombre, dijo Orth, era asegurarse de que votara cualquiera que no pudiera votar. Cuando se le preguntó más, el hombre supuestamente dijo que estaba en contacto con varios abogados para asegurarse de eso, según Orth, quien dijo que presentó una declaración jurada sobre sus reclamos.
Orth estuvo allí en un intento por reforzar el equipo legal del presidente Donald Trump mientras se impulsa a los senadores estatales, liderados por el Partido Republicano en estados clave, con el propósito de reclamar su autoridad constitucional para certificar electores. Un evento similar se llevó a cabo la semana pasada en Gettysburg, Pensilvania, también con testigos que dijeron haber visto fraude o irregularidades.
El condado de Pima no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
La secretaria de estado de Arizona, Katie Hobbs, ha dicho que las afirmaciones del equipo de Trump, sobre el fraude electoral y las irregularidades, no son precisas. Otros secretarios de estado en lugares como Pensilvania, Michigan y Georgia dijeron que tampoco han sido notificados sobre pruebas de fraude.
La agencia de seguridad cibernética del Departamento de Seguridad Nacional dijo a principios de este mes que las elecciones del 3 de noviembre fueron las «más seguras» en la historia de Estados Unidos. De igual forma, la agencia agregó que no hay evidencia de que las elecciones hayan sido comprometidas por actores extranjeros o internos.
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