Casi 160 observadores de China en todo el mundo firmaron una carta abierta esta semana en apoyo a la académica neozelandesa, Anne-Marie Brady. Algunos dijeron que la profesora está siendo acosada administrativamente por la Universidad de Canterbury debido a su investigación sobre las operaciones de influencia del régimen chino.
La carta, publicada el 7 de octubre y firmada por al menos 159 expertos internacionales en asuntos relacionados con China, fue redactada en apoyo a Brady mientras enfrenta una revisión de su trabajo por parte de la universidad. Está dirigida al vicecanciller adjunto de investigación de la Universidad de Canterbury, Ian Wright, y denuncia la revisión, al tiempo que pide a su empleador que se disculpe.
El documento de investigación (pdf), titulado «Sosteniendo un bolígrafo en una mano, empuñando un arma en la otra«, es una investigación de la profesora sobre cómo el Ejército Popular de Liberación de China (EPL) se aprovechó de los canales civiles para alcanzar propósitos militares en Nueva Zelanda.
Brady se especializa en el estudio de la política exterior e interior de china en la Universidad de Canterbury, en Christchurch. Su nombre saltó a la fama después de que publicó un artículo de investigación, en septiembre de 2017, llamado «Magic Weapons» (Armas mágicas) (pdf), que detalla cómo el Partido Comunista Chino (PCCh) planeaba conseguir influencia en todo el mundo. El documento usó para el estudio de caso a Nueva Zelanda.
Anne Marie Brady is being harassed by her own university in New Zealand for her work on Chinese Influence Operations. I will donate to her legal defense this week and hope others donate as well. @anderscorr @UCNZ @Anne_MarieBrady https://t.co/5XAbk3o95Z
— ??Kyle Bass?? (@Jkylebass) October 18, 2020
En su último artículo, Brady escribió que el PCCh «está preparando a China para lo que el liderazgo chino cree que es una guerra inevitable».
“El gobierno de Nueva Zelanda necesita trabajar con empresas y universidades para diseñar una estrategia que evite la transferencia de tecnología de uso militar a China”, afirmó la investigación.
El documento también alegó que varias universidades de Nueva Zelanda tienen vínculos con la empresa de telecomunicaciones 5G del régimen chino, Huawei, y que algunos académicos han participado en el bien financiado programa de contratación de Beijing, el Plan de los Mil Talentos, que ha sido objeto de un estrecho escrutinio en Estados Unidos por sus aparentes amenazas a la seguridad nacional.
El Plan de los Mil Talentos (PMT) fue lanzado por Beijing en 2008 y es el programa de contratación estatal más destacado de China. Existen cientos de operaciones similares a nivel del gobierno central y local, con el objetivo de atraer a prometedores expertos chinos y extranjeros en los campos de la ciencia y la tecnología para impulsar el desarrollo de innovación en China. El PCCh juega un papel central en la ejecución del plan de contratación.
“Al acceder a universidades o empresas de tecnología en estados con un sector de tecnología avanzada, como Nueva Zelanda, el PMT puede establecerse dentro de la red internacional de académicos que trabajan en un área temática determinada”, afirmó el documento.
“Los vínculos comerciales y educativos de Nueva Zelanda con organizaciones e individuos afiliados al PMT ponen en riesgo la seguridad nacional, y genera riesgos de reputación, ética y propiedad intelectual. Algunos de estos vínculos violan potencialmente los compromisos internacionales y las leyes nacionales de Nueva Zelanda».
La vicerrectora de la universidad, Cheryl de la Rey, ordenó una revisión del informe, después de que Brady presentara, en el verano, el documento al parlamento de Nueva Zelanda. Según Wright, de la Rey dijo que el documento tiene «errores manifiestos de hecho e inferencias engañosas».
La larga lista de signatarios de la carta en apoyo a Brady incluye académicos e investigadores de China, como Adrian Zenz, investigador principal de estudios sobre China en la Victims of Communism Memorial Foundation (Fundación Conmemorativa de las Víctimas del Comunismo); Louisa Greve, directora de promoción global del Proyecto de Derechos Humanos Uyghur; Luke de Pulford, coordinador de la Alianza Interparlamentaria sobre China; y Benedict Rogers, director ejecutivo y fundador de Hong Kong Watch y vicepresidente de la Comisión de Derechos Humanos del Partido Conservador del Reino Unido.
“Nos sorprende leer que su vicecanciller adjunto de investigación, el profesor Ian Wright, entregó un comunicado a la prensa confirmando que la universidad estaba atendiendo las denuncias y dándoles vigencia al explicar que alegan que el documento contiene ‘errores manifiestos de hecho e inferencias engañosas’”, decía la carta.
La carta describió el trabajo de Brady como «innovador» y dijo que ha tenido un «profundo impacto internacional».
«Nosotros, que conocemos esta área, no podemos ver errores manifiestos o inferencias engañosas basadas en el material de prueba proporcionado en el informe. El documento no hace inferencias. La gente que lo estudia puede sacar algunas [inferencias] engañosas o no, pero eso no significa que el documento las haya hecho».
«Ella [Brady] ha sido objeto de una campaña de acosos y amenazas debido a las graves implicaciones de su importante investigación», continuó.
“Le pedimos que emita una disculpa rápida y completa a la profesora Brady en nombre de la Universidad de Canterbury por no rechazar las quejas contra la profesora Brady y, en cambio, apoyar a los denunciantes publicando sus críticas. El profesor Wright debería disculparse públicamente por permitir que su declaración dé crédito a las quejas, ya sea que haya sido su intención o no».
El signatario estadounidense Anders Corr, director de Corr Analytics, dijo a The Epoch Times que Wright, quien ha comentado negativamente en los medios sobre Brady, es «un experto en volcanes submarinos convertido en generalista y no tiene absolutamente ninguna experiencia en política china». Sugirió que los firmantes de la carta, que son casi todos expertos en China, son los «únicos con la competencia para juzgar su trabajo».
«Sin embargo, la profesora Brady, que es una experta, no está autorizada a responder públicamente a sus acusaciones públicas por una mordaza legal de la universidad», dijo Corr.
“En efecto, Ian Wright es un verdugo que difama el buen nombre de la profesora Brady mientras, aparentemente, busca una excusa para despedirla por un artículo que señala una verdad inconveniente: el gobierno y las universidades de Nueva Zelanda están en la cama con el ejército de China y muy bien podrían estar violando el derecho nacional e internacional, al tiempo que se pone en riesgo la paz mundial».
The Epoch Times se puso en contacto con los abogados de Brady y con la Universidad de Canterbury en busca de comentarios, pero no recibió respuesta antes de la publicación.
Por otra parte, la Fundación para la Democracia de China está ayudando a financiar colectivamente el apoyo legal para Brady con una campaña de 20,000 dólares neozelandeses (USD 13,278). Hasta ahora, se han donado 5,810 dólares neozelandeses (USD 3857) de Nueva Zelanda, Canadá, Gran Bretaña, Australia, Hong Kong, Bélgica, Alemania, Japón y Estados Unidos.
No es la primera vez que Brady enfrenta acoso por su trabajo sobre la influencia china. En 2018, dijo que fue acosada y que robaron su casa y su oficina.
Mimi Nguyen Ly y Eva Fu contribuyeron a este artículo.
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