El Partido Demócrata escogió oficialmente a la vicepresidenta Kamala Harris para la presidencia el 5 de agosto, cuando los delegados terminaron la votación de nominación.
Harris y el expresidente Donald Trump están ahora empatados en una carrera que ha llevado la política presidencial a un territorio desconocido en la era moderna.
En tres días, a finales de julio, Trump sobrevivió a un intento de asesinato en la campaña electoral, fue nominado formalmente por su partido y nombró al senador JD Vance, de Ohio, como su compañero de fórmula.
Menos de una semana después, el presidente Joe Biden se retiró de la carrera y apoyó a Harris. Ella se convirtió en la candidata demócrata el 5 de agosto sin haber ganado ni una sola elección primaria, algo que no ocurría desde 1968.
“Es como un rompecabezas gigante, con las piezas cambiando prácticamente todos los días, o al menos un par de veces por semana”, declaró a The Epoch Times Susan MacManus, politóloga de Florida.
Ken Kollman, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Michigan, hizo un comentario similar.
“Las cosas se han complicado mucho”, le dijo Kollman a The Epoch Times.
A pesar de estas circunstancias inusuales, las viejas reglas de la política siguen vigentes, según los expertos políticos. El ganador será probablemente el candidato que consiga hacer tres cosas bien: mantener a sus electores de base, apelar a los votantes independientes en función de los problemas y conseguir el voto el día de las elecciones.
Esta es la situación de la carrera hasta la fecha, y lo que cada bando está haciendo para ganar ventaja.
Virtual empate
Las encuestas muestran que la carrera está esencialmente empatada en este momento. Harris y Trump se encuentran dentro del margen de error en las encuestas nacionales.
Un promedio de encuestas del 5 de agosto compilado por FiveThirtyEight da a la vicepresidente una ventaja del 1.7 por ciento a nivel nacional. Una encuesta de TIPP Insights, también publicada el 5 de agosto, muestra a Harris un punto por encima.
Los candidatos están muy cerca el uno del otro en la mayoría de los estados disputados de Pensilvania, Michigan, Georgia, Wisconsin, Arizona, Nevada y Carolina del Norte, los cuales podrían determinar el voto del Colegio Electoral.
Los últimos sondeos muestran una ligera ventaja de Harris en Pensilvania y Wisconsin, y de Trump en Arizona, Nevada y Carolina del Norte. Otros sondeos muestran un empate en Michigan y Georgia.
La entrada de Harris en la carrera ha cambiado significativamente el panorama, ya que Trump había aventajado a Biden en varios puntos porcentuales. Sin embargo, el repunte en las encuestas podría ser un efecto de luna de miel debido a su entrada en la carrera, según TIPP Insights.
Los analistas coinciden en que la carrera aún está muy reñida. Para contrarrestar el ímpetu de Harris, Trump tendrá que asentar un nuevo mensaje, dijeron los expertos a The Epoch Times.
El reinicio de Trump
La campaña de Trump parece estar buscando nuevos mensajes ahora que Biden ha abandonado la carrera, según Aaron Dusso, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Indiana, Indianápolis.
“Creo que les sorprendió, como a la mayoría de nosotros, que Biden decidiera echarse a un lado”, dijo Dusso. “No estaban realmente preparados para eso”.
Para recuperar tracción, los expertos dicen que la campaña de Trump debe ir más allá de los ataques personales y las promesas generales y montar una campaña basada en temas concretos.
Las campañas basadas en la personalidad no beneficiarán a ninguno de los dos bandos, según MacManus, quien añadió que ambos candidatos harían bien en abordar “cómo van a resolver un problema, y cómo no lo va a hacer su oponente”.
El profesor de historia política estadounidense Jeff Bloodworth dijo que la campaña de Trump debería centrarse en esta pregunta: “¿Está usted (o el mundo) mejor” bajo la administración Biden-Harris que durante la administración Trump?
“Ese fue el subtexto de la campaña Trump-Biden. Ese debería ser el texto de la contienda Trump-Harris”, dijo Bloodworth, que enseña en la Universidad de Gannon en Erie, Pensilvania.
“Es la economía”, dijo Edwin Benton, profesor de ciencias políticas en la Universidad del Sur de Florida. “Siempre, lo que está en la mente del público es su bolsillo, las cuestiones económicas”.
Hay pruebas de que la campaña de Trump está cambiando su mensaje en esa dirección. Un comité de acción política que apoya la campaña emitió una serie de anuncios que vinculan a Harris con los altos precios de los comestibles, el aumento de los índices de criminalidad y la oleada de inmigrantes ilegales.
El impulso de Harris
Harris ganó impulso en parte porque es nueva en la carrera. Según varios expertos, su mayor ventaja puede ser su juventud. A los 59 años, entró en una carrera en la que la edad había sido una desventaja significativa para su predecesor. Ahora aparece como la cara nueva que se enfrenta a Trump, que tiene 78 años.
En sus discursos de campaña, Harris se ha presentado como la candidata de una nueva generación.
“Esta campaña trata de dos visiones muy diferentes para nuestra nación: una centrada en el futuro, la otra centrada en el pasado”, les dijo a los asistentes a un mitin en Atlanta el 30 de julio.
La línea de ataque obvia para la campaña de Trump es identificar a Harris con su predecesor, según los expertos.
“Su mayor responsabilidad es su vínculo con la administración Biden, un presidente bastante impopular”, dijo Kollman.
“Las debilidades [de Biden] son sus debilidades”, dijo Dusso. Eso los “sigue uniendo”.
En un correo electrónico a The Epoch Times, Karoline Leavitt, secretaria nacional de prensa de la campaña de Trump, dijo que Harris debe defender su apoyo al historial de Biden, incluyendo la inflación, la inmigración y las guerras extranjeras.
The Epoch Times solicitó comentarios a la campaña de Harris, pero no recibió respuesta al cierre de esta edición.
Temas ganadores y perdedores
Ambos candidatos tienen temas con los que pueden ganar, y ambos harían bien en presentar sus temas centrales en una fórmula problema-solución, según los expertos.
El tema más importante para Harris es el acceso al aborto, que se ha convertido en un triunfo para los demócratas tras la anulación del caso Roe vs Wade.
“Creo que esto ha supuesto un gran cambio en la política estadounidense”, dijo Kollman. Señaló que el acceso al aborto es ahora lo más importante para los demócratas (y para muchos republicanos), como lo fue durante décadas la causa provida.
Trump tiene varias cartas fuertes, según los expertos. La inmigración sigue siendo un tema ganador para los republicanos, a pesar del intento de Harris de anularlo señalando que Trump se opuso a un proyecto de ley bipartidista de seguridad fronteriza a principios de año, que fracasó dos veces en el Senado.
Los asuntos internacionales también siguen siendo un punto fuerte para los republicanos. Según Benton, la posición de la administración Biden sobre Ucrania e Israel ha sido confusa. Por un lado, la administración ha defendido la ayuda militar a Ucrania e Israel. Pero ha intentado moderar el efecto prescribiendo cómo deben utilizarse las armas.
“Joe Biden y Harris intentaron jugar a dos bandas, y eso no se puede hacer”, dijo Benton.
La fórmula ganadora en política sigue siendo la misma, según Dusso: “Señala un problema y di: ‘Tengo una solución’”.
Juego de posiciones
Ambas campañas se han esforzado por movilizar a los votantes en los estados indecisos. La campaña de Harris declaró que ahora cuenta con una red de oficinas de campo dotadas de personal en la mayoría de los estados indecisos, y más de 500,000 voluntarios centrados en movilizar a los votantes, según el director de la campaña en los estados clave, Dan Kanninen.
La iniciativa de la campaña de Trump en los estados clave, Trump Force 47, involucra a decenas de miles de voluntarios, le dijo Leavitt a The Epoch Times por correo electrónico.
“Tenemos personal pagado y programas de campo impulsados por voluntarios en cada estado de batalla, y se están expandiendo a diario”, dijo.
Ambas campañas tienen unos totales de recaudación de fondos impresionantes. Hasta el 24 de mayo, la campaña de Harris contaba con unos 96 millones de dólares. La campaña de Trump tenía un saldo de 128 millones de dólares.
La campaña de Harris dijo haber recaudado 310 millones de dólares en julio. La campaña de Trump declaró haber recaudado 137 millones de dólares en julio.
Participación electoral
Al final, la carrera puede reducirse a qué candidato puede reunir a sus votantes principales en el día de las elecciones. Para Harris, eso significa atraer a los jóvenes, que históricamente son los menos propensos a votar.
Para Trump, eso significa atraer a los votantes rurales, especialmente a los hombres, que también son votantes poco frecuentes, según Kollman.
Los votantes latinos han sido un grupo demográfico histórico para los demócratas, pero ya se están inclinando hacia el Partido Republicano. Los expertos tenían opiniones encontradas sobre si el voto latino se inclinaría decisivamente hacia Trump o retrocedería hacia los demócratas.
Trump también ha hecho incursiones entre los votantes negros, pero los expertos no están seguros de si eso producirá un movimiento suficiente, especialmente en los estados indecisos, para afectar a las elecciones.
Según Kollman, en las últimas elecciones, Biden obtuvo muchos votos de republicanos descontentos. Harris ha lanzado una campaña para captar a esos votantes, pero es incierto si heredará a los que desertaron por Biden en 2020.
A pesar de la ventana relativamente breve que queda en esta campaña, tomará tiempo para que el polvo se asiente después de la entrada de Harris en la carrera.
“Todo es completamente nuevo”, dijo Dusso, añadiendo que llevará un par de semanas averiguar qué dirán las encuestas después de que los votantes se acostumbren a Harris como candidata.
Los candidatos tienen ahora menos de tres meses para decidir cuáles son los mejores temas y mensajes para representar a los votantes. Las elecciones generales son el 5 de noviembre.
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