Casi 14,000 millones de dólares de inversión en proyectos de oleoductos retrasados en 14 estados —incluyendo cinco «campos de batalla» involucrados en la contienda electoral presidencial de 2020— podrían crear más de 66,000 nuevos puestos de trabajo e impulsar la recuperación económica de EE.UU. tras el virus del PCCh, de acuerdo a un nuevo estudio.
Los proyectos retrasados se enfrentan a obstáculos ambientales, judiciales y burocráticos basados en preocupaciones de seguridad y en la oposición de seguir usando combustibles fósiles.
Los oleoductos y gasoductos proporcionan la infraestructura energética esencial necesaria para trasladar los suministros de petróleo crudo y gas natural a las refinerías y por último a los consumidores.
Entre los proyectos bloqueados más sobresalientes está el oleoducto Keystone XL, que llevaría el petróleo crudo desde las arenas bituminosas de Canadá, ricas en petróleo, a las refinerías de la costa del Golfo en Estados Unidos, anunciado por primera vez hace más de un decenio.
El estudio, hecho público el 9 de septiembre por la Consumer Energy Alliance (CEA), un grupo de defensa sin fines de lucro financiado por la industria, dice que los opositores están negando a los consumidores miles de millones de dólares en beneficios mientras imponen costos innecesarios, incluyendo los siguientes:
La oposición a proyectos en Nueva York, Nueva Jersey y Pensilvania pone en riesgo a más de USD 3500 millones en actividad económica, así como más de 17,000 empleos en su mayoría sindicados, y casi USD 52 millones en ingresos fiscales estatales anuales. El análisis concluyó que el proyecto Northeast Supply Enhancement por sí solo reduciría las facturas de energía residencial en un 65 por ciento y evitaría el equivalente a 500,000 emisiones de carbono de los automóviles.
Un daño económico potencial total de más de USD 10,200 millones en pérdidas de ahorros de energía y empleos, está a su vez en juego en los proyectos en Virginia, Virginia Occidental y Carolina del Norte.
Pérdidas económicas por un total de USD 5400 millones serán el resultado del bloqueo del proyecto del túnel de la Línea 5 en el sudeste de Michigan y Ohio.
La oposición al Proyecto de Reemplazo de la Línea 3 de Minnesota puso en duda USD 35 millones en nuevos ingresos fiscales estatales anuales, así como USD 162 millones en proyectos de construcción locales y un estimado de 8600 nuevos empleos.
El cierre del oleoducto de acceso de Dakota corre el riesgo de añadir USD 1000 millones o más a los costos agrícolas debido a la disparada alza de los precios de los vagones de tren y al aumento de los gastos en gasolina, diésel y combustible para aviones en los estados del Alto Medio Oeste.
Al menos 3400 millones de dólares en inversiones, incluidos 10,400 puestos de trabajo y USD 55 millones en ingresos fiscales estatales anuales, se relacionan a la detención del proyecto de expansión Keystone XL previsto para Montana, Dakota del Sur y Nebraska.
Las encuestas muestran que la carrera al poder entre el presidente Donald Trump y el exvicepresidente Joe Biden se está intensificando significativamente en los estados que son el campo de batalla como Pennsylvania, Michigan y Wisconsin, donde los proyectos de oleoductos citados por el estudio de la CEA tendrían un impacto económico significativo.
Chris Stewart, director de la CEA en el Medio Oeste, dijo a The Epoch Times el 9 de septiembre que, las preocupaciones sobre la seguridad de los oleoductos no se basan en la experiencia de la vida real.
«Observando las estadísticas que el gobierno de Estados Unidos publica cuando examinamos los modos de transporte, ya sea petróleo o gas natural o líquidos de gas natural, el registro de seguridad de las tuberías es del 99,999 por ciento», dijo Stewart.
«Lo que entra en el oleoducto generalmente sale por el otro extremo sin incidentes. Es un tremendo récord de seguridad y cuando se piensa en la capacidad que tienen los oleoductos, comparado con los vagones de ferrocarril o los camiones cisterna, los oleoductos son mucho más respetuosos con el medio ambiente».
Los opositores a los proyectos de oleoductos «no quieren ver que se consuma combustible fósil en ningún lugar ni que se amplíe su uso por ningún medio», dijo Stewart indicando, por ejemplo, que los ambientalistas se oponen a que se añadan anclas adicionales a un oleoducto existente en el lecho de los Grandes Lagos, siendo que no tiene fugas.
En el estudio se señala que los puestos de trabajo creados por los proyectos de oleoductos retrasados tienden a estar bien remunerados y generan beneficios económicos positivos en todas las comunidades sin requerir el uso de fondos fiscales.
«El ingreso anual promedio de un trabajador asalariado a fines de 2019 era de aproximadamente 48,672 dólares. En 2019, el salario medio del sector del petróleo, el gas y los servicios públicos era de 117,000 dólares o casi 40,000 dólares más que el salario medio de los estadounidenses con títulos avanzados», según el estudio.
«Según la Asociación de Oleoductos, uno de los principales proyectos de construcción de oleoductos empleará a 7000 trabajadores de la construcción y generará 400 millones de dólares en salarios y beneficios, los que pueden ayudar a que los hijos vayan a la universidad y las familias tengan una mejor calidad de vida».
«El grupo indica que se necesitan más de 500 trabajadores para construir cada sección de 100 millas de oleoducto, que también requieren la construcción de estaciones de bombeo cada 50 millas. Por cada trabajo se necesita un sinnúmero de trabajadores, incluyendo operadores de equipos pesados, obreros, soldadores, camioneros, capataces, ingenieros, inspectores de seguridad y personal de apoyo».
«Seríamos tontos si dejáramos de lado estas aportaciones inmediatas de capital privado, porque eso frenaría nuestra recuperación económica a expensas de incontables familias y negocios que están tratando de volver a levantarse», dijo el presidente de la CEA, David Holt, en una declaración proporcionada a The Epoch Times.
«Estos proyectos también han demostrado que proporcionan las mejores protecciones ambientales porque introducen tecnologías de vanguardia para reducir las emisiones y aumentar la seguridad donde antes no existía”.
«Nosotros podemos volver a poner a la gente a trabajar ahora si nuestros políticos pueden encontrar el coraje para decir no a los grupos anti-energéticos políticamente motivados, que carecen de un plan realista para ayudar a que Estados Unidos vuelva a ponerse en pie».
Contacte con Mark Tapscott en [email protected]
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