Mientras el oficialismo de Argentina acusa al «discurso de odio» el atentado sufrido por Cristina Fernández de Kirchner la semana pasada, la oposición se opone a que sea aprovechado políticamente.
El pasado 1° de septiembre, la vicepresidenta Fernández de Kirchner sufrió un intento de asesinato, cuando un hombre empuñó una pistola—sin que saliera ninguna bala—contra ella a las puertas de su domicilio en el barrio capitalino de Recoleta. el presidente argentino y su gobierno lo atribuyó a un discurso de odio que se ha esparcido por el país.
“Estamos obligados a recuperar la convivencia democrática que se ha quebrado por el discurso del odio que se ha esparcido desde diferentes espacios políticos, judiciales y mediáticos de la sociedad argentina”, dijo el presidente argentino, Alberto Fernández, en cadena nacional el jueves pasado tras el atentado, mientras que decretó el 2 de septiembre como día feriado nacional.
El país vive un momento de tensión por el juicio oral al que es sometida Cristina Fernández por presuntas irregularidades en la concesión de obras públicas durante su gobierno, del 2007 al 2015, el cual continuó este lunes en una de sus etapas finales—la de los alegatos de las defensas. El pasado 22 de agosto, el fiscal general Diego Luciani pidió 12 años de prisión para la vicepresidenta y su inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.
El diputado de la oposición Javier Milei, de La Libertad Avanza, dijo el sábado en el Congreso que su partido repudia la violencia pero no acepta que se convierta en un instrumento político.
“Desde La Libertad Avanza, queremos manifestar nuestro total y absoluto repudio a todo acto de violencia, la violencia no conduce a nada y ningún tipo de ella, y al mismo tiempo pedimos que la justicia pueda ser libre y que no sea condicionada por la política”, señaló Milei, para evitar que se caiga en el “exceso” del poder ejecutivo, dijo.
Además agregó, “nos parecen lamentables los hechos en los últimos días, donde la política utilizó de manera miserable un hecho delictivo, algo que cae en la justicia, para armar un rédito político a punto tal que llegó a ser tan dantesco de declarar un feriado”.
Por su parte, el presidente del bloque oficialista de la Cámara de Senadores, José Mayans, por el Frente de Todos, pidió el domingo frenar el juicio en proceso contra Fernández de Kirchner, en una entrevista con la emisora local Radio 10.
“Esto debería ser parado de forma inmediata porque en ese juicio también se gestó el germen de la violencia extrema”, dijo.
Por su parte, el diputado de Juntos por el Cambio, Alejandro Finocchiaro, respondió: “SIEMPRE SE TRATO DE ESTO (…) Las palabras cargadas de odio siempre tuvieron como fin arrasar lo que sea necesario con tal que [Cristina Fernández de Kirchner] NO SEA JUZGADA”, en Twitter, a la entrevista de la emisora.
La líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, negó este domingo que exista un discurso de violencia en contra de la vicepresidenta. “No hay odio, quizás ellos quieran construir un discurso de odio”, dijo en una entrevista con el medio local Todo Noticias.
Por su parte, el expresidente argentino (2015-2019) Mauricio Macri volvió a condenar este domingo el atentando contra la vicepresidenta, Cristina Fernández, y cuestionó el uso “partidista” de la agresión para alentar una supuesta “cacería de enemigos simbólicos a los que se les atribuye, sin ninguna racionalidad, la instigación a ese ataque”.
Con información de EFE.
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