El 5 de agosto, la administración Biden emitió una orden ejecutiva sobre emisiones de vehículos. Además de instruir a la Agencia de Protección Ambiental para que adopte los estrictos estándares de emisiones de California, establece el objetivo de que el 50 por ciento de todas las camionetas y automóviles de pasajeros sean eléctricos, de batería o de pila de combustible, para 2030.
La orden llegó mientras el Senado trabaja para finalizar un proyecto de ley de infraestructuras bipartidista que podría incluir USD 7500 millones para una red nacional de carga de vehículos eléctricos, así como miles de millones para autobuses eléctricos y de bajas emisiones y USD 6000 millones para la fabricación de baterías. Una versión anterior del proyecto de ley incluía USD 100,000 millones en subsidios para la compra de vehículos eléctricos.
Este nuevo financiamiento se suma a los subsidios existentes para vehículos eléctricos, que van desde créditos fiscales federales hasta programas estatales y locales. Los fabricantes de vehículos eléctricos también han tenido respaldo financiero directo del gobierno. Tesla recibió USD 2500 millones en subsidios, sin contar los USD 465,000 millones de los que se benefició como parte del rescate de los fabricantes de automóviles estadounidenses en 2009.
En una declaración conjunta, en apoyo a la orden ejecutiva, Ford, GM y Stellantis N.V., la multinacional holandesa propietaria de Fiat Chrysler, enfatizaron la importancia de los otros compromisos financieros de la administración Biden para la puesta en marcha de una flota de vehículos eléctricos más grande.
«Esto representa un cambio dramático del mercado estadounidense actual que sólo puede lograrse con el despliegue oportuno de todo el conjunto de políticas de electrificación, comprometidas por la Administración en el Plan Build Back Better, incluidos los incentivos de compra, una red de recarga integral de densidad suficiente para soportar los millones de vehículos que representan estos objetivos, las inversiones en I+D y los incentivos para ampliar las cadenas de fabricación y suministro de vehículos eléctricos en Estados Unidos», dijeron los fabricantes de automóviles.
Los fabricantes de automóviles se hicieron eco de BMW, Ford, Volkswagen y Volvo en otra declaración conjunta: «Mientras que las empresas del marco de California están impulsando que entre el 40 y el 50 por ciento de nuestras ventas sean de vehículos eléctricos en los próximos nueve años, una acción audaz de nuestros socios en el gobierno federal es crucial para construir la demanda de los consumidores de vehículos eléctricos y ponernos en camino de lograr los compromisos globales del Acuerdo Climático de París. Eso incluye una fuerte norma de emisiones de gases de efecto invernadero en todo el país, inversiones continuas en infraestructura de carga, y amplios incentivos al consumidor para todas las compras de vehículos eléctricos».
En un comentario sobre la orden ejecutiva, el Instituto de Investigación Energética ha resaltado sus preocupaciones con el objetivo, afirmando que elevar los estándares de emisiones obstaculizaría la reducción de emisiones al desalentar la compra de vehículos nuevos, que serán más costosos.
La edad promedio de los vehículos ligeros de EE.UU. alcanzó un récord de 12,1 años en 2020, según IHS Markit.
El Comentario establece que las tierras raras, necesarias para la fabricación de baterías, se extraen y procesan principalmente en China y que, en última instancia, será necesaria una nueva red de carga masiva para que los vehículos eléctricos sean viables.
“Los fabricantes de automóviles han aceptado el objetivo de Biden de reducir las ventas de automóviles a base de gasolina a la mitad en menos de 10 años, pero solo si Biden proporciona incentivos de compra respaldados por el gobierno, redes de carga, inversión en investigación continua e incentivos para la expansión de la fabricación de vehículos eléctricos y cadenas de suministro”, agregó el informe de la IER.
David Wojick, exconsultor del Departamento de Energía, dijo que el nuevo pedido podría conducir al racionamiento en la producción de vehículos grandes.
“En lugar de decirnos a usted y a mí lo que podemos comprar, ellos en efecto les dicen a los fabricantes de automóviles lo que pueden hacer”, dijo Wojick.
Katherine Castor (D.-Fla.), quien preside el Comité Selecto de la Cámara sobre la Crisis Climática, expresó su firme apoyo a la orden ejecutiva.
“Invertir en autos y camiones limpios es beneficioso para Estados Unidos”, dijo Castor en un comunicado de prensa. «El anuncio de hoy apoyará trabajos sindicales bien pagados, ahorrará dinero a los consumidores y ayudará a resolver la crisis climática».
Su homólogo republicano en ese comité, Garret Graves (R-La.), no estuvo de acuerdo.
«En un momento en que los estadounidenses están sufriendo debido a la inflación y el aumento de los precios de la gasolina, estas restricciones onerosas y poco realistas aumentarán los costos», dijo Graves en un correo electrónico.
“No deberíamos imponer costosas regulaciones al estilo de California para las familias estadounidenses. En lugar de impulsar regulaciones costosas y objetivos sin sentido que requieren minerales críticos controlados por China, deberíamos [arremangarnos] y ponernos manos a la obra para eliminar los obstáculos para utilizar los recursos estadounidenses y la innovación necesaria para reducir las emisiones globales y mejorar la competitividad estadounidense”.
«Los contribuyentes estadounidenses ya están dando miles y miles de millones de dólares de los contribuyentes a los fabricantes y propietarios de vehículos eléctricos», dijo John Barrasso (R.-Wyo.) durante un discurso en el Senado. «Los fabricantes de vehículos eléctricos han recibido beneficios por exención de impuestos durante 30 años».
«La verdad es que los compradores de coches eléctricos no necesitan más dinero de los contribuyentes. Les sobra el suyo propio. Hoy en día, el mercado de los vehículos eléctricos está muy bien establecido. Hay más de un millón de vehículos eléctricos en las calles hoy en día».
«¿Quién se beneficia de estas dádivas de los contribuyentes a los fabricantes y usuarios de vehículos eléctricos? Pues los clientes suelen ser ricos. No necesitan más dinero».
A un precio promedio de USD 55,600 según Car and Driver, los vehículos eléctricos son inicialmente más caros que los vehículos de gasolina. Pero a menudo el gasto en recargas de los eléctricos es menor que el gasto en combustible de los vehículos convencionales, especialmente a medida que aumentan los precios de la gasolina.
El costo de cargar un vehículo eléctrico varía mucho de un lugar a otro y en diferentes momentos del día. Un artículo de Edmunds, de 2020, señala que la carga en el hogar para vehículos eléctricos puede ser costosa, y se estima que los equipos de suministro para acelerar la carga cuestan entre 200 y 1000 dólares o más, con otros 800 a 1300 dólares necesarios para la instalación.
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