El Centro para una Cuba Libre, una organización del exilio cubano, en EE.UU. afirmó que la ronda de conversaciones migratorias entre Cuba y Estados Unidos «solo alentará a La Habana a continuar armando la migración para aumentar su influencia sobre la Administración (del presidente Joe) Biden».
«El problema de Cuba no es la emigración, es la dictadura», advirtió en un comunicado la organización con sede en Washington D.C., en respuesta a una nueva ronda de conversaciones sobre inmigración entre ambos países.
Esta ronda migratoria, que se celebra este miércoles en la citada ciudad, se desarrolla marcada por un fuerte aumento de las llegadas de cubanos a las costas estadounidenses.
La cifra de cubanos detenidos (6.202) cuando intentaban llegar a EE.UU. por mar en los primeros seis meses del actual año fiscal, que empezó el pasado 1 de octubre, supera ya la de todo el ejercicio fiscal anterior (6.182), según información de la Guardia Costera estadounidense.
La grave crisis económica del país y la falta de libertad ha intensificado un éxodo migratorio masivo sin precedentes, especialmente hacia Estados Unidos, donde sus autoridades detuvieron a más de 313.000 cubanos en la frontera sur con México, lo cual representa cerca del 3 % de la población total de Cuba.
De acuerdo con el comunicado del Centro para una Cuba Libre, organización cuyos objetivos es «impulsar una transición pacífica hacia una Cuba respetuosa de los derechos humanos y las libertades políticas y económicas», La Habana ha utilizado la emigración cubana «como arma política para apalancar reiteradamente las negociaciones con Washington».
Según la organización, luego de la primera ronda de conversaciones sobre migración entre la Administración Biden y La Habana, en abril de 2022, «el Departamento de Estado anunció una serie de concesiones unilaterales» que incluyeron «la expansión de los viajes autorizados y los intercambios educativos».
«El primero beneficia al Ejército cubano a través de su conglomerado, el Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA), y su subentidad Gaviota, que supervisan y se benefician del turismo cubano», dice el comunicado.
El segundo, añade, «beneficia al servicio de inteligencia cubano, que ha utilizado los intercambios educativos para reclutar espías, insertar a funcionarios de inteligencia en conferencias académicas y comprometer a los visitantes de la isla».
Afirma además que todas las crisis migratorias de Cuba «han ocurrido durante administraciones que buscaban mejorar las relaciones con La Habana», y cita entre otras crisis los éxodos masivos de Camarioca (1965), Mariel (1980) y la llamada «Crisis de los Balseros» de 1994, además del actual.
«Ninguna negociación migratoria con la dictadura cubana, manipulada por La Habana y usando la migración como arma, puede tener éxito para el pueblo cubano o los intereses de los Estados Unidos, mientras el régimen castrista impone un bloqueo interno a los cubanos y más de mil cubanos encarcelados por ejercer su derecho a expresar su deseo de una Cuba libre», dijo John Suárez, director ejecutivo de la organización.
Estados Unidos defendió este miércoles que las medidas que ha tomado han permitido la reducción de la inmigración irregular procedente de Cuba, pero este país considera, por el contrario, que Washington está «estimulando» la inmigración ilegal desde la isla.
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