MOMBASA, Kenia – El gobierno de Kenia puede perder no solo algunos activos clave, sino que también puede perder todos sus derechos soberanos si no paga un préstamo que debe al Banco de Exportaciones e Importaciones de China (Exim, por sus siglas en inglés). En las últimas semanas aparecieron detalles que muestran que los activos de Kenia servirían como garantía y serían confiscados por Beijing en caso de no pagar el préstamo.
Una carta filtrada de la Oficina del Auditor General advirtió que China se haría cargo del Puerto de Mombasa y de la Autoridad Portuaria de Kenia en general en caso de que Kenia no pagara un préstamo del Exim Bank para construir el ferrocarril de ‘ancho de vía estándar’(SGR, por sus siglas en inglés).
El 28 de diciembre de 2018, el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta mientras hablaba con los periodistas por la televisión en directo en Mombasa, defendió su decisión de pedir un préstamo a China y negó categóricamente cualquier posibilidad que los activos de Kenia fueran confiscados por el gigante asiático.
“Incluso escucharon decir al propio gobierno chino que eso es una tontería, que no existe. Les digo que no existe”, dijo Kenyatta.
El presidente prometió poner una copia del contrato a disposición de los periodistas al día siguiente, pero hasta ahora eso no sucedió.
Sin embargo, el 13 de enero, el periódico independiente más grande de Kenia, La Nación, publicó fragmentos del contrato de marzo de 2014 suscrito por los gobiernos de China y Kenia. Los fragmentos muestran que el acuerdo incluye una cláusula que se mantuvo en secreto: el contrato se regiría por la ley de China y cualquier arbitraje que pudiera surgir sería escuchado y/o resuelto en Beijing.
Según La Nación, también es preocupante la siguiente cláusula relativa a la soberanía de Kenia, “Ni el prestatario (Kenia) ni ninguno de sus activos tiene derecho a inmunidad por motivos de soberanía”.
El ferrocarril de ‘ancho de vía estándar’ es el primer gran proyecto de desarrollo de Kenia desde su independencia, y para financiar la primera etapa desde Mombasa hasta Nairobi, el gobierno pidió un préstamo al Exim Bank por valor de 3100 millones de dólares. La construcción de la segunda etapa de Nairobi a Naivasha está casi terminada y costó unos 1400 millones de dólares. La tercera y última etapa, que va de Naivasha a Kisumu, costará 3400 millones de dólares. La segunda y tercera etapa también se financió con préstamos del Exim Bank.
Un político keniano que criticó a los que negociaron el acuerdo con los chinos, exigió que sean procesados. El ex miembro del Parlamento Jakoyo Midiwo dice que los representantes que firmaron el contrato pusieron en peligro la soberanía de Kenia y dejaron a los contribuyentes con la carga de pagar el préstamo.
“¿Por qué no hay cargos penales contra las personas que negociaron con los chinos y nunca presentaron ese documento negociado ante el Parlamento, según requiere la Constitución? Si fue alguien del Tesoro Nacional o de la Fiscalía General, hizo algo criminal. No se puede ir a negociar en nombre de los kenianos una deuda que se dice que es el mayor proyecto de capital jamás emprendido en África”, dijo Midiwo en un programa matutino de la televisión local.
Agregó: “Cuando estaban haciendo esta construcción, no se permitió la entrada a ningún ingeniero keniano. Todos los que trabajaron en la colocación de los rieles provenían de China. Tenemos problemas con los que solo emplean chinos en la SGR”.
La trampa de la deuda
En el pasado se plantearon preocupaciones por la trampa de la deuda que Beijing quiere tender a las naciones africanas, tentándolas con acuerdos apetitosos para proyectos de desarrollo en todo el continente africano.
En Zambia, el gobierno firmó un contrato para un préstamo de desarrollo con China y, más tarde, los chinos se hicieron cargo de la Sociedad Nacional de Radio y Televisión y ahora poseen el 60 por ciento de las acciones. Esto significa que Beijing puede tomar decisiones importantes sobre el funcionamiento de los operadores de radiodifusión.
También en Zambia, informes recientes indican que China amenaza con tomar el Aeropuerto Internacional Kenneth Kaunda si el gobierno no paga un préstamo a tiempo.
En Ghana, la Asociación de Radiodifusores Independientes de Ghana (ARIG) se resiste a lo que dicen es un intento de la empresa china de radiodifusión StarTimes de ponerlos fuera del negocio y controlar el espacio nacional de radio y televisión. StarTimes realizó un acuerdo con el gobierno de Ghana de llevar la televisión por satélite a alrededor de 300 pueblos rurales en todo el país africano.
“La agenda de StarTimes no solo tiene como objetivo el beneficio o el adoctrinamiento de la cultura china (nombres, idioma, comida, etc.) y a los programas, sino un mandato más amplio para asumir el control del espacio de transmisión en países africanos estratégicos, incluyendo Ghana, que es crucial para el objetivo de China”, dijo ARIG en septiembre de 2018 en un comunicado de prensa.
En diciembre de 2017, Sri Lanka se vio obligada a renunciar al control de su puerto de Hambantota, que lo había construido con dinero prestado de China porque tenía dificultades para pagar el préstamo. Sri Lanka tuvo que entregar el puerto y otras 6000 hectáreas de tierra a China en un contrato de arrendamiento de 99 años para saldar la deuda.
De vuelta en Kenia, Kenyatta prometió volver a pedir prestado a China, ya que cree que es la única forma segura de desarrollarse.
“El problema con la deuda es si se la utiliza para consumir. Estoy seguro que la deuda de Kenia, que en general es muy sólida, es para el desarrollo de infraestructura que beneficiará no sólo a nuestra generación, sino también a las generaciones futuras”, afirmó.
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