El padre de un joven de 17 años de Ontario que murió tras recibir la vacuna contra COVID-19 presentó una demanda contra el ministerio de Salud de Canadá, el fiscal general del país, la exministra de Salud, Patty Hajdu, y los fabricantes de vacunas Pfizer y BioNTech.
Dan Hartman, que reclama más de USD 35 millones por daños y perjuicios, considera que la vacuna fue responsable de la muerte de su hijo Sean y que ellos tenían un deber de diligencia que desatendieron.
Según la presentación judicial, Sean recibió su primera vacuna contra COVID-19 el 25 de agosto de 2021.
«El 29 de agosto de 2021, Sean Hartman acudió al servicio de Urgencias del Stevenson Memorial Hospital presentando dolor en el hombro derecho, una erupción en la cara y vómitos», dice el documento judicial. «Sean fue dado de alta con NSAID para el dolor y el malestar».
«Ellos le enviaron a casa solo con Advil», dijo el Sr. Hartman a The Epoch Times en agosto. «El médico no hizo dos análisis de sangre que debería haber hecho. Me ha dicho otro médico que él debería haberlos hecho, y en la mañana del 27 de septiembre lo encontraron muerto en el suelo junto a su cama».
El Sr. Hartman dijo que su hijo había estado perfectamente sano.
«Él no tenía ninguna enfermedad subyacente», dijo el padre. «Ellos no saben por qué murió. Nadie puede decirme por qué murió. Le pregunté al forense: ‘¿Puede decirme al cien por ciento que no fue la vacuna?’, y el dijo ‘No'».
El documento judicial dice que en la mañana del 27 de septiembre de 2021, 33 días después de su primera dosis de la vacuna de Pfizer, Sean fue encontrado muerto en su habitación por su madre.
Un estándar de atención de salud «incumplido»
El Sr. Hartman declaró que Pfizer y BioNTech habían sido negligentes en su deber de garantizar que los protocolos de producción de la vacuna y las normas de comercialización fueran de suficiente calidad.
«Pfizer y BioNTech incumplieron la norma de cuidado en la fabricación, ensayo, venta, distribución, notificación y administración de la vacuna Pfizer-BioNTech contra COVID-19», dice el escrito de la demanda.
En los documentos de la presentación judicial, el Sr. Hartman afirma que Pfizer y BioNTech descontaron intencionadamente los resultados adversos de los individuos vacunados en los estudios, y que las empresas proporcionaron a sabiendas «una caracterización incorrecta de los datos de eficacia».
También afirma que la compañía no reveló que los menores de 40 años tenían un mayor riesgo de miocarditis, una enfermedad cardíaca inflamatoria, particularmente en los adolescentes.
“La injustificada muerte por negligencia del hijo de Sean Hartman fue causada por la negligencia de los demandados”, dicen los documentos judiciales.
Hartman también responsabilizó a componentes del gobierno canadiense por la muerte de su hijo.
“Entre el 9 de diciembre de 2020 y el 25 de agosto de 2021, la demandada, [Patty] Hajdu, no emitió declaraciones, comunicados de prensa ni representaciones públicas de que un posible efecto secundario de recibir la vacuna contra COVID-19 de Pfizer-BioNTech fuera la muerte”, dice la presentación.
En el escrito de reclamación también dice que Health Canada fue “imprudentemente indiferente o intencionalmente ciega” al permitir la aprobación regulatoria de la vacuna Pfizer contra COVID-19.
“La imprudente indiferencia o ceguera deliberada de Health Canada produjo el resultado previsible de proporcionar una representación falsa a los canadienses de que la vacuna Pfizer-BioNTech contra COVID-19 era segura y eficaz”, dice el documento.
El Sr. Hartman afirma que cuando su hijo recibió la vacuna de Pfizer-BioNTech contra COVID-19, lo hizo confiando en las declaraciones de los acusados de que la vacuna era segura.
“Health Canada tenía el deber de diligencia hacia Sean Hartman al ejercer su función operativa de revisión independiente de las presentaciones de los fabricantes de vacunas para determinar, basándose únicamente en la evidencia científica y médica, que las vacunas son seguras y efectivas”, dice el documento.
El documento judicial también afirma que los acusados violaron el estándar de atención al afirmar la seguridad de la vacuna, que deberían haber sabido que no era exacta.
“Alternativamente, el demandante sostiene que las representaciones se hicieron imprudentemente cuando los demandados no tenían información suficiente, mientras se presentaban como si tuvieran información suficiente”, dice la presentación.
La demanda se presentó ante la Corte Superior de Ontario el 27 de septiembre.
Recaudación de fondos
El Sr. Hartman inició una página de recaudación de fondos GiveSendGo para ayudar a cubrir los costos de la demanda. Hasta el 27 de septiembre, se han recaudado USD 65,044. La página de la campaña indica que Sean se vacunó para poder jugar hockey.
El padre dijo que la demanda va más allá de la pérdida de su familia.
“La importancia de este caso se extiende más allá de la prematura y desgarradora muerte de Sean. Esta aborda una necesidad más amplia de transparencia y rendición de cuentas en las órdenes farmacéuticas obligatorias y las medidas de salud pública», dice la página de financiación colectiva.
«Nuestra búsqueda de respuestas pretende garantizar el bienestar de todos los ciudadanos, proteger al público, y a los niños en particular, de las burocracias de salud pública canadienses irresponsables e imprudentes y su toma de decisiones defectuosa».
El Sr. Hartman anunció en la página que un consumado cardiólogo estadounidense apoyaría su caso.
«El Dr. Peter McCullough MD MPH, el cardiólogo estadounidense de renombre mundial, aceptó gentilmente actuar como testigo médico experto en este caso. La experiencia del Dr. McCullough desempeñará un papel crucial para descubrir la verdad y arrojar luz sobre los hechos médicos relacionados con la trágica muerte de Sean”, dice la página.
Tras una solicitud de comentarios, Health Canada dijo a The Epoch Times en un correo electrónico que no comentan sobre asuntos que están ante los juzgados.
Pfizer, la Sra. Hajdu y el fiscal general no respondieron a las solicitudes de comentarios al cierre de esta edición.
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