Los padres han expresado su conmoción al descubrir que una serie de libros sobre el asesinato de un maestro está disponible en algunas escuelas de Florida.
Días después de que tres niños y tres empleados de The Covenant School en Nashville, Tennessee, fueran asesinados a tiros por una exalumna de 29 años, los padres de Florida advirtieron a la Junta Escolar del Condado de Hillsborough sobre la existencia de una serie de libros en sus escuelas que describen un aula llena de estudiantes «inadaptados» de bajo rendimiento a los que se les encarga matar a su maestro extraterrestre antes de que destruya la Tierra. Cuando lo consiguen, les pagan millones y los celebran como «héroes».
Según el resumen del libro (pdf), «Assassination Classroom» es una «Novela gráfica para jóvenes adultos». Un resumen de preocupaciones advierte: «Este libro contiene violencia explícita; blasfemias leves; y actividades sexuales».
La serie de libros está clasificada como «Restringida a menores» y lleva una etiqueta roja en negrita de «ADVERTENCIA DE CONTENIDO».
«Está a punto de acceder a material que puede tener contenido de naturaleza ADULTA», advierte la advertencia de contenido. «Estos archivos pueden incluir imágenes y materiales que algunos espectadores pueden considerar ofensivos. Si usted es menor de 18 años, o si dicho material le ofende, o si es ilegal para usted ver estos materiales, por favor déjelo ahora».
El resumen del libro del Volumen 7 (pdf) dice: «Unos jóvenes estudiantes intentan asesinar a su maestro tendiéndole varias trampas durante sus vacaciones de verano». Hay más «violencia gráfica; blasfemias leves; y actividades sexuales inexplícitas».
«Inquietante y preocupante»
Sarah Calamunci, directora estatal de la sección de Florida de Ciudadanos Defensores de la Libertad (CCDF), califica la serie de libros de «inquietante y preocupante».
«Volvemos a tener que cuestionar libros que, a todas luces, la mayoría de los ciudadanos, padres y maestros no considerarían aceptable que estuvieran en una biblioteca escolar, para empezar», dijo Calamunci.
Sin embargo, aunque se siente alentada por la legislación que ha mejorado la forma en que se examinan los libros en las escuelas de Florida, dijo que el aspecto de obligar a los padres a asumir la responsabilidad de vigilar las bibliotecas escolares y buscar material específico e inapropiado antes de que pueda ser abordado «es algo que creo que la mayoría de los padres y ciudadanos no pensaban que tendríamos que hacer».
«Estamos agradecidos a los padres y profesores que encuentran estos contenidos y hacen que el público sepa de ellos. Pero lo que realmente necesitamos es un sistema sólido para revisar los libros antes de que lleguen a las estanterías», propuso, añadiendo que «el proceso de impugnación y retirada es tedioso, largo y a menudo no da como resultado que se retiren los libros».
«El contenido de estos libros, la violencia e incluso los gráficos son extremadamente alarmantes», dijo sobre la serie de libros «Assassination Classroom». «No creo que nadie pueda argumentar que fomentaría un comportamiento positivo de los alumnos y los niños».
Debbie Hunt, líder de la división de educación del CCDF de Hillsborough, se sorprendió al descubrir que se permitía la entrada de este tipo de libros en las escuelas. Dijo que el CCDF trabaja con otros siete grupos —incluido el grupo de defensa Moms for Liberty— que se autodenominan el grupo de base de Hillsborough. Fue uno de los miembros de Moms for Liberty quien descubrió el libro una semana antes.
Tras coordinar el equipo, se enviaron correos electrónicos a los miembros del consejo escolar. Sin embargo, en lugar de abordar sus preocupaciones inmediatas en relación con el contenido de los libros y el peligro potencial que implican, sobre todo a raíz del tiroteo de Nashville, la presidenta del Consejo Escolar del Condado de Hillsborough, Nadia Combs, les dijo que presentaran una impugnación del libro.
La secretaria de Prensa del Departamento de Educación de Florida, Cassandra Palelis, confirmó a The Epoch Times que, de acuerdo con la sección 1006.28(2), F.S., «los padres y residentes tienen derecho a objetar el uso de un material específico y los distritos deben disponer de procesos para abordar las objeciones. Estos procesos deben describir claramente cómo tratará el distrito todas las objeciones».
Sin embargo, Palelis también dijo: «Los distritos escolares son responsables de revisar los materiales de medios de la biblioteca y determinar qué artículos deben estar disponibles para los estudiantes».
F.S. 1006.28(2)(a)1. también dice: «Cada junta escolar de distrito es responsable del contenido de todos los materiales de instrucción y de cualquier otro material utilizado en el aula, puesto a disposición en una biblioteca escolar o incluido en una lista de lectura, ya sea adoptado y comprado de la lista de materiales de instrucción adoptada por el estado, adoptado y comprado a través de un programa de materiales de instrucción de distrito bajo s. 1006.283, o comprado o puesto a disposición de otra manera».
Más importante aún, el Estatuto de Obscenidad de Florida establece claramente que es contra la ley «distribuir a sabiendas» dicho contenido «a un menor en propiedad escolar».
The Epoch Times se puso en contacto con Combs pero no recibió respuesta al cierre de esta edición.
Hablan los padres
Durante una reunión del Consejo Escolar del Condado de Hillsborough celebrada el 4 de abril, Kelly Carling, miembro de Moms for Liberty, compartió su opinión sobre «Assassination Classroom», describiendo cómo la serie está plagada de «escenas muy violentas y perturbadoras de tiroteos en escuelas, pedofilia, violación de menores, tráfico sexual de menores, pornografía blanda, prostitución y suicidio».
También abordó la cuestión de que se le diga que siga una «impugnación de libro». Teniendo en cuenta que una impugnación de libros anterior tomó siete meses en completarse, Carling estima que tomaría 56 años para ver todos los 139 libros de la serie eliminado.
«¿Qué clase de empleado escolar buscaría y pondría este material ante menores?», preguntó a la junta. «¿Qué clase de adulto defendería que esto estuviera en las escuelas públicas?».
El hijo de Carling, Cato, alumno de Hillsborough de cuarto curso, recordó a la junta por qué se hacen simulacros mensuales de encierro en la escuela.
«El hecho de que haya tiroteos en las escuelas un promedio de una vez a la semana me asusta mucho», dijo nervioso. «Me horroriza que ahora mismo haya una serie de libros en nuestras bibliotecas escolares que apruebe los tiroteos en las escuelas».
Molly Blanton habló a la junta sobre una frase promocional utilizada «varias veces» para la serie: «Somos asesinos y el objetivo es nuestro maestro».
Pat McCalf sugirió a la junta que los libros envían «mensajes contradictorios de redención» con una «intención de matar» que podría «inspirar daño en el mundo real, particularmente entre estudiantes jóvenes e impresionables».
Nick, que no dio su apellido, dijo estar «conmocionado, sorprendido y horrorizado» por lo que encontró en los libros. «La violación de menores, el abuso sexual de menores» y «el tráfico de menores».
Fred Stone compartió extractos del Volumen 21: «Asesina siempre a tu objetivo utilizando un método que te haga sonreír», leyó otros extractos que le impactaron.
A la luz del reciente tiroteo en Nashville, Laura Kissak pidió sin rodeos a la Junta que retirara los libros «inmediatamente». Kissak es la miembro de Moms for liberty que descubrió que los libros estaban en las escuelas de Hillsborough.
«¿Cómo puede alguien justificar un título como ‘Assassination Classroom’?», preguntó.
Un estudiante de preparatoria se saltó el «día de piernas» de su rutina de ejercicios para dirigirse al consejo escolar.
«Ni siquiera entiendo cómo esto está en nuestras escuelas», dijo. Teniendo «dos amigos que casi se suicidan», le pareció especialmente inquietante la promoción del acto en los libros.
«Entonces, ¿tengo que enterarme de que mi hermano pequeño de secundaria tiene que enfrentarse a esto?».
A Gay Jones lo que más le perturbaba era que «la clase y su maestro criatura parecen estar experimentando un mutuo Síndrome de Estocolmo«, señalando cómo «el maestro dice: ‘Estoy feliz de ser asesinado por ti'».
De los 30 residentes del condado de Hillsborough que compartieron comentarios públicos, la mayoría acudió para hablar de los libros. Pero no todos hablaron en contra.
«Espejos» y «Ventanas»
En lugar de adoptar resoluciones que prohíban la «prohibición universal de libros», Theo Townsend, residente de Hillsborough, instó a la junta a desarrollar un procedimiento para hacer que los padres «elijan los libros para sus propios hijos». También dijo que la junta «no debería instituir prohibiciones autoritarias que limiten la libertad de los padres».
Rene Bowser —una madre, educadora y especialista en medios de comunicación de primaria— dijo que aunque los padres tienen derecho «a decidir lo que sus propios hijos no pueden leer», «no deberían tener derecho a decidir a qué no se permite el acceso a los niños».
También dijo: «Los estudiantes necesitan libros que reflejen sus propias vidas para que entiendan que no están solos» y «libros que sean ventanas a vidas diferentes a la suya para aprender a ser más compasivos».
Nicole Huff —una madre, maestra y especialista en medios de comunicación— reprendió a los padres que se oponían al acceso a la serie de libros, diciendo que si no están de acuerdo con un libro en particular, «el primer paso es hablar con un especialista en medios de comunicación».
«Si uno de los padres se opone a un libro determinado, no se lo dará al alumno», dijo. Si no quieren que su hijo «lea un libro en el que se menciona el sexo», tampoco se lo entregará. Pero advirtió a los padres que no tienen derecho a retener libros de otros estudiantes o a «venir y leer pasajes selectos fuera de contexto.»
«Por favor, confíen en su especialista en medios de comunicación», rogó.
La maestra de Hillsborough Jen Heart también estuvo allí para hablar sobre la «prohibición de libros».
«Se trata de que la gente diga: ‘Si no me gusta, no puedes tenerlo'», insistió, sugiriendo que, si bien un padre podía tomar decisiones sobre su propio hijo, era el especialista en medios de comunicación quien decidía qué libros podían leer otros estudiantes.
«Es alucinante»
«Cuando me enteré de que esta serie de libros estaba en nuestras escuelas, sobre todo en las de enseñanza media, me quedé horrorizada, especialmente a la luz del tiroteo de Nashville», declaró Carling a The Epoch Times tras la reunión.
Estaba estupefacta porque «hay algunos bibliotecarios activistas que creen que estos libros son espejos en la vida de los niños».
«Cuando investigué los libros, descubrí que no sólo promueven los tiroteos en las escuelas, sino que contienen tráfico sexual infantil, relaciones inapropiadas entre alumnos y su profesor, prostitución y violación», afirmó.
Oír a las autoridades escolares amonestar a los padres por poner objeciones a estos libros enfureció a Kissak.
«Es alucinante. Me quedé allí sentada atónita», dijo Kissak, afirmando que se trataba de uno de los peores discursos que había escuchado en su vida. «No se trata de opiniones o de lo que alguien piensa que es apropiado para su edad. Se trata de la ley de Florida».
Kissak también se ofendió con la acusación de que los extractos leídos en la reunión fueron tomados «fuera de contexto».
«¿Cómo se puede sacar de contexto una descripción de disparar a un maestro?».
Kissak se sintió especialmente ofendido por la instrucción de Huff a los padres de que «se callaran y confiaran en su especialista en medios de comunicación».
«Eso me sacudió hasta la médula», dijo Kissak. «¿Confiar en nosotros? No. Ya no podemos confiar en ustedes. Han perdido nuestra confianza».
«Empezó en la pandemia con el uso de mascarillas. Esto abrió los ojos a muchos padres. No podemos confiar en que tomen las decisiones correctas».
«Antes pensábamos que mandábamos a nuestros hijos al colegio y estaban en buenas manos. Son muy firmes a la hora de ofrecer a la comunidad LGBTQ ‘espacios seguros’. Pero no están dando al estudiante promedio ‘espacios seguros'».
«Es curioso», dijo Kissak para terminar. «Cuando la Asociación Americana de Bibliotecas habla de retirar un libro de una escuela lo llama ‘Quitar la hierba‘ o ‘Refrescar el canon‘. Cuando nosotros lo decimos, estamos ‘prohibiendo libros’, y ‘privando a los niños de algo que necesitan'».
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