El Papa Francisco inició una ambiciosa gira de 12 días por países asiáticos. Del 2 al 13 de septiembre, recorrerá cerca de 33,000 kilómetros por Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur. Este será el 45º viaje al extranjero de Francisco desde su elección en marzo de 2013.
Se trata del viaje más largo hasta la fecha para el Pontífice, que, a sus 87 años, se ve obligado regularmente a utilizar una silla de ruedas debido a dolores de rodilla y espalda. Le acompañarán un médico y dos enfermeras.
También se reunirá con personalidades políticas, diplomáticas y religiosas en cada uno de los cuatro países y dirigirá celebraciones al aire libre de la misa católica.
Aprovechará cada visita a las cuatro naciones insulares del sudeste asiático para instar a la acción mundial contra el cambio climático.
Francisco apoyó abiertamente el acuerdo climático de París de 2015 y sigue predicando la necesidad de actuar para hacer frente a los peligros del aumento de las temperaturas, la subida de los océanos y los fenómenos meteorológicos cada vez más extremos, y especialmente la necesidad de apoyar a los más vulnerables a sus efectos.
Todos los países de su agenda están en peligro por la subida del nivel del mar y las olas de calor y los tifones, cada vez más graves e impredecibles.
El viaje comienza en Yakarta, que en los últimos años ha sufrido repetidamente inundaciones desastrosas y se hunde lentamente. Esto ha llevado al gobierno indonesio a construir una nueva capital de 32,000 millones de dólares en Borneo.
El Papa esperaba asistir a la conferencia de la ONU sobre el clima, celebrada en Dubai en noviembre y diciembre del año pasado, pero se vio obligado a cancelar ese viaje en el último momento por prescripción médica.
La Iglesia se centra en Asia
La actual gira también reforzará el significativo giro de la Iglesia católica hacia Asia y el deseo del Pontífice de establecer alianzas con otras confesiones.
Las autoridades católicas también ven en Asia un terreno fértil para aumentar el número de miembros de la Iglesia, que ha disminuido en los países occidentales.
Durante su estancia en Indonesia, el país de mayoría musulmana más poblado del mundo, asistirá a una reunión con líderes religiosos en la mezquita Istiqlal de Yakarta, la mayor del sudeste asiático. Sólo un 3 por ciento de la población indonesia es católica.
Es parte de su renovado impulso al diálogo católico-musulmán, que ha sido durante mucho tiempo una prioridad para Francisco, quien se convirtió en el primer Papa en visitar la Península Arábiga en 2019.
Aterrizará en Yakarta alrededor del mediodía, hora local del 3 de septiembre, y partirá hacia Papúa Nueva Guinea tres días después.
Mientras esté allí, planea adentrarse en la selva hasta un lugar remoto llamado Vanimo, un pueblo costero del norte de la isla principal de Nueva Guinea donde los residentes viven en la pobreza extrema. Allí se reunirá con misioneros de su Argentina natal.
También es probable que se reúna con funcionarios locales para tratar de resolver las tensiones existentes entre las comunidades cristianas y musulmanas de las islas de Ambon, Maluku, Flores y Papúa.
En Timor Oriental, país inusual en Asia por el hecho de que alrededor del 97 por ciento de la población es católica (la proporción más alta fuera del Estado de la Ciudad del Vaticano), Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, el jeque Ahmed al-Tayeb, firmaron un histórico “documento de fraternidad humana”.
La Iglesia católica fue fundamental para ayudar a Timor Oriental en su lucha por la independencia. Durante las décadas de 1980 y 1990, se opuso a los intereses australianos e indonesios y contribuyó decisivamente a que el pueblo de Timor Oriental se opusiera a la ocupación militar de Indonesia y recuperara la independencia nacional en 2002.
Mensaje a Beijing
La visita de Francisco a Singapur, donde tres cuartas partes de la población es de etnia china y el mandarín es lengua oficial, le dará otra oportunidad de acercarse a Beijing, ya que el Vaticano busca mejorar los lazos por el bien de los 12 millones de católicos chinos que se calcula que hay en el país.
Esto se produce después de que Beijing reconociera oficialmente el 27 de agosto al obispo de Tianjin, Melchior Shi Hongzhen, quien, en lo que respecta al Vaticano, asumió el cargo de obispo en 2019.
Según el Vaticano, el reconocimiento oficial por parte de Beijing en virtud del derecho civil es “un fruto positivo” del diálogo entre la Iglesia y el régimen comunista.
El Papa participará en más de 40 actos durante su viaje. Ningún Papa anterior había realizado una gira por el extranjero a una edad similar.
Benedicto XVI, predecesor inmediato de Francisco, renunció a los 85 años. Juan Pablo II, enfermo de Parkinson, realizó su última visita al extranjero a los 84 años.
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