Gobierno de Papúa reduce a 670 la estimación de personas enterradas por la avalancha

Por Noticia de agencia
01 de junio de 2024 1:36 PM Actualizado: 01 de junio de 2024 1:36 PM

El primer ministro de Papúa Nueva Guinea, James Marape, redujo a 670 la estimación de personas que quedaron enterradas durante una avalancha que sepultó un remoto poblado hace más de una semana en el norte del país, donde prosiguen con lentitud este sábado las complicadas tareas de recuperación de cadáveres.

Esta nueva cifra, que difiere de los 2000 enterrados que Marape y su Gobierno habían contabilizado de manera inicial, coincide con los datos manejados previamente por Naciones Unidas.

En un comunicado, Marape, que el viernes visitó la zona del desastre tras siete días de complicadas operaciones de emergencia, expresó sus condolencias a las víctimas que estimó en 670 enterrados y 7800 desplazados, sin explicar la variación en los números.

«Expresé mi más sentido pésame por las personas que perdieron la vida en el desastre», apuntó el primer ministro, quien admitió que viajó «tarde» a la región de la tragedia, en un comunicado publicado la noche del viernes por su oficina.

Este sábado, un portavoz de la oficina de Marape indicó a EFE en una serie de mensajes de texto que esta cifra revisada proviene del Centro Nacional para Desastres y del Ministerio de Defensa papuano.

«Los funcionarios de (centro para) desastres han estado en el lugar (de la tragedia) durante una semana y esta es la cifra actualizada hasta ayer», apuntó escuetamente el portavoz.

En la madrugada del 24 de mayo, una enorme lengua de tierra y rocas, algunas del tamaño de un vehículo, sepultó bajo una capa de entre seis y ocho metros de altura decenas de edificios de la población de Yambali, en la montañosa provincia de Enga, mientras sus habitantes dormían.

Sin embargo, tras más de una semana de complicados y laboriosos trabajos, limitados por las difíciles condiciones sobre el terreno y aspectos culturales del país, solo se han recuperado nueve cadáveres, lo que también rebaja en uno la cifra proporcionada ayer.

Las autoridades locales revisaron «el número de cadáveres recuperados y lo redujo de 10 a 9. Esto se debe a que uno de los cadáveres desenterrados era el dueño de la pierna que fue extraída hace varios días», apunta hoy la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de la ONU, con equipos desplazados a la zona.

«La masa de tierra todavía se está moviendo y el agua que se encuentra debajo continúa fluyendo, junto con las lluvias de esta tarde que están deteriorando constantemente las condiciones», remarca la OIM en su última actualización.

Al lugar ya han llegado tres equipos de maquinaria pesada, aunque de momento solo trabaja una excavadora «para preparar un lugar de enterramiento para los cuerpos recuperados».

La rudimentaria carretera que llega hasta la zona todavía se encuentra bloqueada, mientras llega poco a poco los paquetes de emergencia humanitaria con comida, agua y tiendas de campaña.

Un grupo de expertos geólogos e ingenieros militares «evalúan la estabilidad del terreno» antes de tomar nuevas decisiones de cara a los operativos, remarca la OIM.

Papúa Nueva Guinea es un país rico en recursos naturales que tiene a una gran parte de los más de nueve millones de habitantes en extrema pobreza y se encuentran aislados por problemas de comunicaciones y déficit de infraestructura, especialmente en áreas remotas, donde faltan servicios básicos de salud y educación.


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