Paramédico recibe «una segunda oportunidad» tras estar en la torre al impactar el segundo avión el 9/11

Por Cristina Bazán
09 de septiembre de 2023 9:05 PM Actualizado: 23 de septiembre de 2023 9:27 PM

Este 2023 marca el 22º aniversario de los atentados del 11 de septiembre, que llenaron de luto a la nación y cambiaron el mundo. Las vidas de muchas personas que vivieron en carne propia la tragedia fueron afectadas en gran medida.

George Contreras, un paramédico de la ciudad de Nueva York que prestó sus servicios durante la emergencia, es uno de ellos.

Contreras lleva más de 30 años trabajando como paramédico en la gran manzana y compartió con The Epoch Times cómo vivió ese día que siempre recordará.

Contreras dice que esa mañana era muy bonita y la temperatura era perfecta. Él estaba trabajando en otro lugar cuando supo del primer avión que se estrelló contra las torre norte del World Trade Center, provocando una explosión. En ese momento, se dirigió a la estación en la que trabajaba, en un hospital a solo tres cuadras de las torres.

Luego, Contreras se dirigió en otra ambulancia a lo que hoy se conoce como la zona cero, sin imaginar lo que verían sus ojos.

“Vimos todo el caos, las personas huyendo de los edificios y vimos la torre norte que estaba en llamas y el humo. No sabíamos exactamente lo que había pasado”.

Contreras y sus compañeros trataron de ayudar quienes se encontraban a su paso. Luego entraron a la Torre Sur e intentaron establecer una zona de triaje, evaluando la urgencia de la situación.

“Minutos después sentimos un fuerte explosión que movió todo el edificio. No estábamos seguros de lo que había pasado. [Pero] pocos minutos después en nuestras radios nos comunicaron que un segundo avión había chocado con la Torre Sur, donde estábamos nosotros”, dijo.

Contreras y su equipo trataron de ayudar a las personas que estaban saliendo del edificio, hasta que un bombero les indicó que salieran porque estaba muy inestable y se iba a derrumbar. El bombero le ayudó con la persona que estaba atendiendo y pudieron salir.

“En ese mismo momento se empezó a sentir un ruido muy, muy grande y se vio que la Torre Sur se estaba empezando a a derrumbar”, dijo. Todo estaba lleno de humo, cenizas y cosas que caían precipitadamente. “De momento, pensé que quizás nunca sobreviviría”, agregó.

ataque 11 sept
Esta fotografía publicada por la Oficina de Manejo de Emergencias de la ciudad de Nueva York muestra una vista aérea desde Brooklyn sobre el East River hasta el Bajo Manhattan, donde el humo se eleva desde las ruinas del World Trade Center, el 15 de septiembre de 2001. Un ataque terrorista el 11 de septiembre de 2001 en los EE.UU. arrasó la Torre Gemela central y las torres más pequeñas circundantes del complejo del World Trade Center. (AFP vía Getty Images)

Contreras cuenta que tuvieron que buscar refugio en el Deutsche Bank, cruzando la calle Liberty, mientras la torre se derrumbaba. No estaban seguros de qué sucedía afuera y cuando trataron de salir del edificio, no sabían por dónde hacerlo. Nuevamente temió por su vida.

“Sentimos, después de unos minutos, que se está moviendo otra vez la tierra, pensábamos que era un terremoto o algo. No estábamos seguros. Y después, al salir del edificio nos dimos cuenta de qué es lo que había pasado: salimos y vimos que ninguna de las dos torres estaban presentes. En ese momento nos dimos cuenta que las dos torres se habían derrumbado”.

La escena parecía algo irreal para Contreras. Recuerda que escuchaba los gritos de la gente y muchas alarmas; todo era muy caótico. Mientras tanto, intentaba ayudar a muchos lesionados que se les acercaban por ayuda.

“La adrenalina nos tenía enfocados en lo que teníamos que hacer”, dijo.

«La realidad de un desastre»

Ese día murieron al menos 2700 personas tras el ataque a las torres. Contreras y su equipo estuvieron trabajando en medio del humo para tratar de salvar la vida de las personas entre los escombros.

Las labores de rescate se prolongaron hasta mayo de 2002, pero las secuelas de ese día acompañan a Contreras hasta el día de hoy. El impacto de esta experiencia dejó una profunda huella emocional en él.

“Atender a personas que estaban cayendo alrededor mío fue muy confuso, muy impactante. Fue muy traumático», dijo. Además, le inquietaba no saber qué pasaría con él y sus compañeros.

Una de las cosas que más le impactaron fue darse cuenta de que no iba a poder salvar a todas esas personas.

“Porque en una situación así, un desastre, […] se trata de proveer servicio y atención al mayor número de personas y no a cada una”, dijo. “Fue bastante impactante ver a personas que habían fallecido y que no resucitamos», agregó. «Esa es la realidad de un desastre”.

El número de muertos y heridos era algo que no había enfrentado antes. Además, tenían el tiempo y los recursos limitados, por lo que debían priorizar los casos.

Contreras cree que la gente no entiende realmente la magnitud de lo que vivieron los rescatistas ese día. Fue un incidente como jamás habían visto.

“Lamentablemente murieron ese día ocho técnicos de emergencia médica y paramédicos. Pero realmente no se escucha, porque el número de bomberos y policías fue muy alto”.

Todos los fallecidos eran conocidos de Contreras, algunos eran sus exalumnos o compañeros de trabajo que conoció por muchos años. El paramédico compartió que el haber sobrevivido a todos esos colegas le generó estrés postraumático.

“Fue un incidente que impactó a todos los que estuvieron hasta ahí y ha impactado a personas que no estuvieron ahí, pero lo vieron”, dijo. Desde los que siguieron los sucesos a través de los medios de comunicación e internet, hasta los que vivían en la zona, han tenido secuelas psicológicas.

Ese día fallecieron 343 bomberos. Sin embargo, al día de hoy, otros 341 miembros de los equipos de rescate, como bomberos y policías, han muerto por enfermedades o lesiones relacionadas directamente con las labores de rescate, según el paramédico.

Policías y bomberos trabajan entre los escombros del World Trade Center destruido, el 9 de noviembre de 2001 en Nueva York. En la Zona Cero, donde alguna vez estuvieron las torres gemelas del World Trade Center como símbolos de destreza financiera y modernidad, las ruinas emiten humos acres y los incendios atrapados bajo tierra salen a la superficie todos los días mientras los contratistas trabajan para limpiar el área de unos dos millones de toneladas de escombros. La operación, que se espera que dure al menos un año, se lleva a cabo en incómoda combinación con esfuerzos continuos para encontrar los restos de las más de 3,800 personas que todavía figuran como desaparecidas. (AFP vía Getty Images)

Tanto Contreras como otros rescatistas y personas que vivían en los alrededores o que estuvieron mucho tiempo en la zona cero manifestaron problemas respiratorios tras estar expuestos al humo, polvo y gases. Él padeció una lesión en los pulmones.

Entre los policías, bomberos, técnicos o paramédicos, incluso jóvenes de entre 35 y 40 años, han desarrollado cáncer y otras enfermedades vinculadas directamente al incidente, según Contreras.

Afortunadamente, los afectados han recibido ayuda a través del Registro Sanitario del World Trade Center, que está haciendo una investigación de seguimiento a la salud de las personas que trabajaron en la zona cero y quienes vivían alrededor del área. También les otorgan recursos para los tratamientos que necesiten.

Las lecciones aprendidas

A más de 20 años de haber vivido esta experiencia, Contreras cree que la lección más importante que le dejó a nivel laboral, es que se deben pensar muy bien las acciones que se toman cuando se enfrenta una  situación como esta.

«Siempre tratamos de ayudar a otra persona, pero tenemos que recordar siempre que primero tenemos que protegernos”, señaló. Enfatizó en que muchas veces no se le da la debida importancia a este punto.

También cree que es importante la salud mental en la formación: “Debemos estar listos y preparados para que esto no te lleve a una depresión. Si necesitan ayuda, que pidan ayuda”.

Contreras trata de trabajar más en la formación del personal de emergencias. Ahora intenta concientizar sobre la importancia de la preparación para las futuras generaciones.

Actualmente es decano de la Facultad de Salud en la Universidad Estatal de Nueva York y colabora en misiones humanitarias a nivel internacional. Ha trabajado con equipos en Sudamérica y España en proyectos de formación.

Dice que “el público no piensa mucho sobre esto, hasta el momento en que lo necesita”. Sin embargo, él sabe que siempre se va a necesitar la ayuda, por lo que deben esforzarse en dar el mejor servicio en este tipo de situaciones tan difíciles.

Contreras siente que la vida le dio ese día una nueva oportunidad:

“Creo que he tratado de vivir una vida mejor, he tratado de ayudar a todos lo que pueda. Es realmente una segunda oportunidad […] Y creo que debo aprovechar esa oportunidad de la mejor manera”.

Dijo que ahora trata de vivir una buena vida y de disfrutarla más. “Porque no se sabe en qué momento pueda acabar ese tiempo que tenemos aquí”.

“Hay que reflexionar y ver cómo estamos viviendo nuestras vidas y lo que podemos hacer para mejorar. Realmente apreciar lo que tenemos, apreciar a nuestros familiares, apreciar nuestra salud. Tratar de tener una mejor vida”, concluyó.

Siga a Cristina Bazán en X: @cristinaisbe


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