La reserva de Ponga, en el sur de la región española de Asturias, y la de Chocó Andino de Pichincha (noroeste de Ecuador), figuran entre las 24 nuevas reservas de la biosfera de la Unesco, anunció hoy el organismo con sede en París.
«Estas reservas son laboratorios de interacción armoniosa entre la población y la naturaleza que permiten el avance de los conocimientos científicos y de las poblaciones autóctonas», dijo en un comunicado la directora general de la Agencia de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Audrey Azoulay.
En su reunión abierta el pasado lunes en Palembang (Indonesia), el Consejo Internacional de Coordinación del Programa de la Unesco sobre el Hombre y la Biosfera (MAB) aprobó hoy otras 22 reservas de la biosfera.
Corresponden a parques situados en Burkina Faso, China, Emiratos Árabes Unidos, Eslovenia, Rusia, India, Indonesia (tres), Irán, Italia (dos), Kazajstán (dos), Madagascar, Corea del Sur, Corea del Norte, Tanzania y Sudáfrica.
A estos países se unen Mozambique y Moldavia, que inscribieron parques por primera vez en la red de la Unesco, que cuenta a partir de ahora con 686 reservas en 122 países.
De la reserva de Ponga, ubicada en las estribaciones septentrionales de la Cordillera Cantábrica en una zona muy poco poblada, la Unesco detalló que está «integrada por vastos bosques de abedules y por bosques mixtos con sicomoros, alisos, fresnos, castaños, robles y avellanos» con unos «verdes valles profundos que parecen trepar hacia las cumbres dando una sensación de vértigo».
Además, señaló que la reserva «alberga también numerosas especies animales, algunas de las cuales se hallan en peligro de extinción, por ejemplo el oso pardo, el urogallo, el lobo gris y el águila real».
Con el ingreso de Ponga, España suma 49 áreas consideradas reservas de la biosfera, un título que proporciona un mayor control y protección tanto a la fauna y flora como a la población de estas zonas.
Acerca de Chocó Andino de Pichincha, la Unesco destacó que «alcanza alturas de entre 360 y 4.480 metros sobre el nivel del mar» y engloba «el bosque húmedo del Chocó-Darién y es una región de muy alta biodiversidad, que alberga casi 270 especies de mamíferos».
Entre ellos, el oso de anteojos (Tremarctos ornatus), el mono aullador de manto ecuatoriano (Alouatta palliata), la pacarana (Dinomys branickii) o especies endémicas como el tucán del Chocó o la rana cohete de Pichincha.
Celebramos la decisión de la UNESCO al declarar al Bosque del Chocó Andino como Nueva #ReservaDeBiosfera para Ecuador y la Humanidad. Se reconoce la riqueza natural que posee nuestro país. Felicitaciones #Zona2 #Pichincha #Biodiversidad @SenpladesEc @UNESCO_MAB @UNESCO_es pic.twitter.com/Gi2nZOxsqb
— Edwin Tello Noboa (@ewtello) 25 de julio de 2018
«Los cerca de 880.000 habitantes de esta reserva de la biosfera viven en su mayoría de la producción de fruta y verdura, así como de la caña de azúcar, la piscicultura, la ganadería y el pequeño comercio», expuso el organismo.
Ecuador cuenta a partir de ahora con siete reservas de la biosfera de la Unesco.
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