A cinco días de las elecciones, el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, dijo a sus partidarios en Kentucky que las posibilidades de que los republicanos mantengan la cámara alta son «50-50».
«Es un escenario de 50-50. Tenemos mucha presencia. Esta es una gran clase republicana», dijo McConnell el miércoles durante una parada de la campaña en Kentucky. «Hay peleas de perros por todo el país».
Los demócratas defienden 12 escaños en el Senado, mientras que los republicanos defienden 23, poniéndolos en desventaja. El informe político no partidista de Cook enumeró nueve escaños en manos de los republicanos con tendencia demócrata o mezclada, y solo un escaño en manos de demócratas con tendencia republicana.
Para recuperar el Senado, los demócratas tendrían que conseguir al menos tres escaños adicionales, cambiando el equilibrio de la actual mayoría republicana de 53-47. Los demócratas están poniendo millones de dólares en los estados clave para conseguir esos escaños, incluyendo el estado natal de McConnell, Kentucky, y el estado del presidente del comité judicial del Senado, Lindsey Graham (R-S.C.), Carolina del Sur.
Además, los demócratas han invertido mucho dinero y publicidad en los candidatos demócratas de Maine, Colorado, Georgia, Iowa, Montana, Arizona y Carolina del Norte.
En Carolina del Sur, Graham está defendiendo su escaño contra Jaime Harrison, presidente asociado del Comité Nacional Demócrata. Aunque las últimas encuestas muestran que los candidatos están empatados, Trump aventajó al estado por 14 puntos en 2016, lo que puede dar un impulso a Graham, aunque Harrison ha superado con creces a Graham en cuanto a la recaudación de fondos.
Según OpenSecrets.org, Harrison recaudó más de 85 millones de dólares entre 2019 y 2020, estableciendo un nuevo récord. La segunda fue Amy McGrath, que recaudó 82 millones de dólares y se presenta contra McConnell en Kentucky. En Arizona, Mark Kelly también recaudó unos 82 millones de dólares y se presenta contra la senadora Martha McSally (R-Ariz.).
Los senadores no solo votan sobre la legislación, sino también sobre los nombramientos presidenciales, incluyendo los jueces federales y los jueces de la Corte Suprema. Mientras que una legislación importante necesita 60 votos en el Senado para despejar un obstruccionismo, una mayoría simple puede aprobar medidas presupuestarias y aprobar nombramientos.
Con el Partido Republicano (GOP) en posesión de una estrecha mayoría, el presidente Donald Trump pudo obtener no solo su firma en el proyecto de ley de recortes fiscales en 2017, sino también nombrar cerca de 300 jueces y tres magistrados de la Corte Suprema, dando la forma del poder judicial para las décadas venideras.
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