La decisión del gobierno laborista australiano de regalar armas y vehículos blindados al gobierno de las Islas Salomón ha sido calificada como «mal concebida y peligrosa» por la experta del Pacífico, Cleo Paskal. La experta dijo que la medida está empujando al país un paso más hacia la guerra civil.
El 2 de noviembre, la Policía Federal Australiana (AFP) entregó capacitación y alrededor de 1.3 millones de dólares australinos (USD 740,000) en equipo a la Real Fuerza de Policía de las Islas Salomón (RSIPF).
En una ceremonia de entrega, la RSIPF entregó 13 vehículos policiales blindados y 60 fusiles Daniels Defense MK18, según un comunicado de la AFP.
Cuatro vehículos formarán parte de una nueva Unidad de Protección Móvil que proporcionará a RSIPF una “presencia de alta visibilidad” en la comunidad y gestionará cualquier “amenaza e incidentes de seguridad” a la infraestructura crítica.
La medida provocó una fuerte respuesta del líder de la oposición de las Islas Salomón, Matthew Wale.
“¡Adulando al [primer ministro] Soga y tratando de superar a China! ¿Para su uso, dónde y cuándo?, escribió en Twitter.
Manteniendo a las Islas Salomón “seguras”
Clinton Smith, comandante en funciones de las AFP, dijo que el paquete ayudaba a mantener a las comunidades «seguras y protegidas”.
“La AFP se enorgullece de ser el socio de seguridad elegido por las Islas Salomón y continuará trabajando en estrecha colaboración con los oficiales de RSIPF para garantizar que estén capacitados y equipados con el propósito de brindar a la comunidad de las Islas Salomón una fuerza policial eficiente y moderna”, dijo en un comunicado.
Por su parte, el Alto Comisionado de Australia, Lachlan Strahan, declaró que el traspaso era otro hito en el acuerdo de seguridad en curso entre ambos países.
“Hemos estado juntos en las buenas y en las malas. Como dijo el primer ministro Sogavare, nuestra asociación se basa en nuestro deber compartido de garantizar que nuestra región siga siendo pacífica, próspera y estable”, dijo.
El rearme de la RSIPF comenzó por primera vez en 2013 con el compromiso de Australia de rearmar a un «número limitado de oficiales» para garantizar que la RSIPF pudiera hacer frente a las amenazas criminales. La reciente entrega de Australia es la Fase Dos del programa de rearme.
Beijing respondió rápidamente; el Partido Comunista Chino (PCCh) anunció una donación adicional, además de los compromisos existentes, de dos camiones con cañones de agua y otros vehículos a la RSIPF.
El primer ministro de las Salomón juega en ambos frentes
Beijing ha intensificado los lazos bilaterales con el primer ministro de las Islas Salomón, Sogavare, desde que su gobierno decidió cortar las relaciones diplomáticas con Taiwán para favorecer a Beijing en 2019.
Desde entonces, Sogavare ha actuado constantemente para apuntalar su poder y profundizar las relaciones con el PCCh.
En agosto de 2021, Sogavare otorgó «subvenciones» a 39 de los 50 diputados del parlamento nacional, suficientes para cambiar la Constitución, utilizando dinero de un fondo para sobornos respaldado por Beijing.
En abril de 2022, Sogavare firmó un pacto de seguridad con Beijing que le permitiría al PCCh estacionar tropas, armas y buques de guerra en el país.
En septiembre, el primer ministro logró obtener suficientes votos para retrasar las elecciones federales del país, una elección que podría perder, alegando que el gobierno no tenía suficientes recursos para organizar los Juegos del Pacífico de 2023 y realizar una votación nacional simultáneamente.
“Durante más de un año, ha estado haciendo grandes movimientos para demostrar que no tiene intención de celebrar unas elecciones que perderá y que se está armando para la guerra civil que resultará, con la ayuda de su patrón China e, inexplicablemente, Australia.”, dijo Cleo Paskal, experta en el Pacífico y miembro no residente de la Fundación para la Defensa de las Democracias, en un correo electrónico a The Epoch Times.
El gobierno laborista australiano ha continuado con una ofensiva de «poder blando» —concurrente con esfuerzos similares de la administración Biden— para ganarse al gobierno de Sogavare, incluida una promesa de 100 millones de dólares australianos para financiar los Juegos del Pacífico, entregando más ayuda regional, y ahora, ofreciendo más armamento.
“Canberra está en una carrera de captura de élite con China que perderá”, agregó. “No va a poder sobornar más, enviar más armas y dar cobertura internacional a alguien que parece encaminado a matar a sus conciudadanos. Eso es cosa de China, no de Australia (uno espera)”.
Paskal ha advertido durante mucho tiempo que Sogavare planea desencadenar algún tipo de disturbios civiles que le permitirán a su gobierno desplegar el ejército para consolidar el poder y retrasar las elecciones inevitablemente, una medida que tiene beneficios a largo plazo para Beijing.
Haz la paz, no la guerra
Sin embargo, Paskal señaló que Australia tiene la capacidad de usar otros medios para ganar la guerra de influencia en el Pacífico.
“Australia tiene una muy buena alternativa: Luchar con la ‘pacificación’. China y sus representantes autoritarios odian cuando la gente se une y construye la estabilidad desde cero. Eso es exactamente lo que se lograría al promulgar finalmente el Acuerdo de Paz de Townsville del 2000”, dijo Paskal.
El Acuerdo de Paz de Townsville fue una hoja de ruta que puso fin a una guerra civil en curso en la región y sentó las bases para el futuro del país. Sin embargo, aún no se han implementado varios pasos clave en el Acuerdo.
Otras sugerencias en torno al Acuerdo Townsville incluyen la ampliación de los planes de trabajadores inmigrantes de Australia y Nueva Zelanda para facilitar los viajes de ida y vuelta a las naciones del Pacífico, al tiempo que se abren amplias oportunidades de empleo.
«Este futuro alternativo para Australia y Nueva Zelanda con nuestra familia del Pacífico sería un espejo del modelo que se está desarrollando en Honiara bajo Sogavare y sus patrocinadores de Beijing», escribió Michael Shoebridge, director de Strategic Analysis Australia, en el periódico The Australian.
“Y también pondría fin a las décadas de fallas de Australia en materia de seguridad y asistencia centrada en la ayuda al Pacífico, reemplazándolas con un camino que sea sostenible”.
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