La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.), defendió el retraso de la aprobación de la medida de alivio por COVID-19 y su segunda ronda de estímulos asociada, en una amplia entrevista al programa 60 minutos de CBS, diciendo que la retención del proyecto de ley se debió a que las propuestas republicanas no llegaban lo suficientemente lejos en justicia social.
La presentadora Lesley Stahl dijo que hubo obstrucción tanto por parte de los demócratas como de los republicanos antes de que la ley de ayuda de 900,000 millones de dólares fuera finalmente adoptada.
«No, no fue obstrucción», respondió Pelosi. «Lo retrasamos porque no había respeto por nuestros héroes, nuestros trabajadores de la salud estatales y locales, la policía y bomberos, nuestros socorristas, nuestro personal de limpieza, transportistas, los trabajadores de la alimentación, nuestros maestros, nuestros maestros, nuestros maestros», añadió.
«Ellos no era alcanzados por esa vía», dijo Pelosi.
Un miembro del caucus demócrata declaró sobre la demora que «Parecemos obstruccionistas, y fue un error», dijo entonces Stahl.
Pelosi respondió que el retraso «no fue un error» y que «nadie espera que apoye algo que solidifique la injusticia en nuestro país».
Las causas de la justicia social fueron el centro del discurso de Pelosi cuando fue reelegida como presidenta de la Cámara.
«De hecho, la pandemia ha corrido el telón y ha demostrado que las disparidades en nuestra economía y nuestra sociedad empeoraron», dijo Pelosi, quien fue reelegida como presidenta en una votación de 216 a 209, en la Cámara de Representantes el 3 de enero.
«Debemos buscar la justicia: justicia económica, justicia en salud, justicia racial, ambiental y climática. La lista continúa», agregó.
Los demócratas y los republicanos se enfrentaron durante meses al proyecto de ley de ayuda para la pandemia, con diferencias que se reducen a dos demandas partidistas clave: la financiación de los gobiernos estatales y locales y un escudo de responsabilidad contra las demandas relacionadas con COVID-19.
Los republicanos rechazaron repetidamente las demandas de los demócratas de USD 150,000 millones de financiación para los gobiernos estatales y locales, mientras que los demócratas se opusieron a los llamados del Partido Republicano para una prohibición radical de la responsabilidad.
Tras un duro compromiso bipartidista que implicó la eliminación de la protección de responsabilidad y las demandas de ayuda estatal y local, el proyecto de ley de USD 900,000 millones obtuvo una amplia aprobación en la Cámara y el Senado y fue firmado como ley por el presidente Donald Trump el 27 de diciembre. Los miembros de ambos partidos acogieron rápidamente la decisión de Trump de convertir el proyecto en ley.
«El proyecto de ley de compromiso no es perfecto, pero hará un enorme bien a los residentes de Kentucky en dificultades y a los estadounidenses de todo el país que necesitan ayuda ahora», dijo el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell (R-Ky.). «Agradezco al presidente por firmar este alivio como ley».
Según Pelosi la firma de la ley fue «una buena noticia para los 14 millones de estadounidenses que acaban de perder el salvavidas de los beneficios de desempleo el fin de semana de Navidad y para los millones más que luchan por mantenerse a flote durante esta histórica pandemia y crisis económica».
El proyecto de ley incluía una segunda ronda de ayuda directa a las familias estadounidenses en forma de pagos de impacto económico de 600 dólares.
Millones de estos pagos ya se emitieron, incluyendo tarjetas de débito prepagadas, depósitos directos y el envío de cheques por correo, según el Departamento del Tesoro.
A su vez 18 estados comenzaron a pagar los USD 300 extra por semana en beneficios de desempleo que son parte del proyecto de ley de alivio por COVID-19. La mayoría de los restantes estados se preparan para unirse a mediados de enero.
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