Mientras los demócratas se preparan para una próxima batalla legal sobre el aumento del límite de endeudamiento a finales de este mes, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.), está estudiando la posibilidad de adjuntar un aumento del límite al proyecto de ley de infraestructura aprobado por el Senado o a la resolución presupuestaria de 3.5 billones de dólares del senador Sanders (I-Vt.).
El techo de la deuda, el límite de endeudamiento del gobierno federal, solo puede elevarse a través de la acción del Congreso. Si el Congreso no logra elevar el límite de endeudamiento, el gobierno de Estados Unidos se enfrentaría a un impago, una medida que, según la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, debería ser «impensable». Ese impago, advirtió Yellen, «tendría consecuencias económicas absolutamente catastróficas».
El aumento de la deuda es impopular entre el pueblo estadounidense, según algunas encuestas (pdf).
Pero un aumento del techo de la deuda es absolutamente esencial para las prioridades políticas de los demócratas, ya que a principios de este año delegaron 1.9 billones de dólares para la ayuda por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino) y esperan gastar aproximadamente 4.7 billones más en su paquete de infraestructura y presupuesto.
Estrategia republicana
Se ha gestado una confrontación con los republicanos descontentos con este nivel de gasto.
A principios de agosto, los republicanos del Senado, liderados por el senador Ron Johnson (R-Wis.), prepararon una nueva estrategia que obligaría a los demócratas del Congreso a asumir la mayor parte de la culpa por el aumento del límite. Cuarenta y seis de los 50 republicanos del Senado prometieron en una petición creada por Johnson que no votarían a favor de un aumento del techo de la deuda.
En la petición, estos 46 republicanos explicaron su razonamiento. Johnson escribió que «desde que tomaron el control del gobierno federal de Estados Unidos (…) los demócratas se han embarcado en un gasto deficitario masivo y sin precedentes».
«Los demócratas del Senado estiman descaradamente que su plan de impuestos y gastos resultará en un nivel de deuda de 45 billones de dólares para 2031», señalaba. Actualmente, la deuda nacional de Estados Unidos se aproxima a los 28 billones de dólares; este plan daría lugar a un aumento de la deuda de 11 billones de dólares en la próxima década, lo que llevaría el nivel a más del doble del PIB de la nación en 2019.
Johnson continuó: «Para que este gasto ocurra, el límite de la deuda de nuestra nación tendrá que aumentar significativamente».
Johnson estuvo de acuerdo con la secretaria del Tesoro, enfatizando que «no debemos incumplir nuestras deudas bajo ninguna circunstancia». Sostuvo que los demócratas tienen el poder de elevar el techo de la deuda con su mayoría simple a través del proceso de reconciliación, un procedimiento parlamentario que permite que ciertos tipos de proyectos de ley de gastos e ingresos pasen por el Senado sin el riesgo de ser anulados por el filibusterismo. Los demócratas «tienen el poder de (…) elevar unilateralmente el techo de la deuda, y no se les debe permitir pretender lo contrario».
«Nosotros, los senadores republicanos abajo firmantes, hacemos saber a los demócratas del Senado y al público estadounidense que no votaremos para aumentar el techo de la deuda, ya sea que ese aumento venga a través de un proyecto de ley unilateral, una resolución continua o cualquier otro vehículo. Este es un problema creado por el gasto demócrata. Los demócratas tendrán que aceptar la responsabilidad exclusiva de haberlo facilitado», concluye la carta.
Los demócratas responden
Como era de esperar, la petición fue recibida con una reacción inmediata e incredulidad por parte de los líderes demócratas del Congreso.
Al ser consultado sobre la carta justo antes de que el Senado entrara en su receso de agosto, el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer (D-N.Y.), dijo simplemente: «No puedo creer que los republicanos dejen que la nación caiga en impago».
El presidente Joe Biden también consideró que el esfuerzo debía ser ignorado. Cuando se le preguntó si estaba preocupado por la situación, el presidente dijo «No. No van a dejarnos caer en impago. $8 mil millones, $8 billones de eso están bajo la supervisión de los republicanos».
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, señaló el mismo día: «Elevar el límite de la deuda se ha hecho 80 veces (…) de forma bipartidista. El 99% [de la deuda] existía antes de que el presidente Biden asumiera el cargo». Añadió que los republicanos también se enfrentarían a la presión de «exlíderes de ambos lados del pasillo [que] están ansiosos por ver al Congreso elevar el límite de la deuda y no enfrentarse al impago».
Evitar un impago
El tiempo corre para que el Congreso evite un impago: aunque el Tesoro ha recurrido a «medidas extraordinarias» para seguir financiando las obligaciones de Estados Unidos, Yellen ha dicho que el gobierno federal se quedará sin dinero por completo en octubre si no recibe el visto bueno del Congreso para emitir nuevos bonos.
En vista de esta fecha límite que se aproxima, Pelosi ha comentado hoy algunas opciones para avanzar en el aumento del techo de la deuda.
Los legisladores tienen «varias opciones» en las próximas semanas, dijo Pelosi el martes por la mañana. No se comprometió a adjuntar el aumento del techo a la resolución presupuestaria o al proyecto de ley de infraestructura, pero dio a entender que es una posibilidad real.
Pelosi dijo: «Nos gustaría hacerlo de forma bipartidista (…) no queremos poner nunca en duda la plena fe y el crédito [de Estados Unidos]».
Sin embargo, esa solución bipartidista es poco probable. Después de que la carta se hiciera pública, varios destacados republicanos del Senado se pronunciaron sobre la situación.
En una entrevista con Punchbowl News, el líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell (R-Ky.), dijo: «No puedo imaginar que un solo republicano, en este entorno en el que nos encontramos —esta ley de la selva por los impuestos y el gasto— vote para aumentar el límite de la deuda».
En una entrevista con Fox Business, el senador Rick Scott (R-Fla.) dijo que un grupo de senadores republicanos acordó que «no elevaría el techo de la deuda sin un cambio estructural». Scott explicó que, como parte de este «cambio estructural», el gobierno, al igual que «cada familia en este país, debe aprender a vivir dentro de [sus] posibilidades».
Otros senadores republicanos de renombre también firmaron la carta, entre ellos el libertario Rand Paul (R-Ky.) y los excandidatos presidenciales Mitt Romney (R-Utah), Lindsey Graham (R-S.C.) y Marco Rubio (R-Fla.).
Para estos republicanos, oponerse a este aumento es una victoria tanto ideológica como política, ya que obliga a los demócratas a asumir toda la culpa del aumento del límite.
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