La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.), está preocupada por si los candidatos demócratas de 2020 están en el camino correcto en términos de sus propuestas políticas, para derrotar al presidente Donald Trump en las próximas elecciones presidenciales.
Pelosi le dijo a Bloomberg el 1 de noviembre que algunas de las propuestas socialistas defendidas por los candidatos, como Medicare for All y el Green New Deal, podrían obtener el apoyo de los votantes en los distritos liberales, pero probablemente no funcionarán para los votantes en los estados del medio oeste.
«Lo que funciona en San Francisco no necesariamente funciona en Michigan», dijo Pelosi al medio de comunicación.
Sus preocupaciones reflejan las opiniones de varios demócratas prominentes que dicen que algunas de las propuestas de los candidatos podrían perjudicar las perspectivas de que el partido gane en las elecciones generales. En agosto, el exlíder demócrata del Senado Harry Reid dijo en una entrevista que cree que algunas de las políticas de 2020 sobre salud e inmigración podrían ser demasiado extremas y asustar a los votantes.
Pelosi dijo que para que los candidatos ganen deben apelar a los votantes mostrándoles por qué deberían ser presidentes.
«Muéstrales lo que hay en tu corazón, tus esperanzas y sueños», dijo. «No es sobre ti. Se trata de ellos».
Mientras hablaba en el programa «Balance de poder» de Bloomberg, Pelosi dijo que «no era una gran fanática» del plan Medicare para todos propuesto por el senador Bernie Sanders (I-Vt.) y respaldado por muchos candidatos demócratas, incluida la candidata favorita, la senadora Elizabeth Warren (D-Mass.).
«No soy una gran admiradora del Medicare para todos. Es decir, aprecio el debate. Creo que deberíamos tener atención médica para todos”, dijo Pelosi al anfitrión David Westin.
Ella expresó su apoyo por la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio, un plan que ayudó a aprobar con el expresidente Barack Obama, diciendo que sus beneficios son mejores que los de Medicare. Pero dijo que para respetar otros puntos de vista, el Congreso había invitado a los defensores del plan de Medicare a testificar en varios comités.
“Pero [Medicare para todos] es costoso. Quién paga es muy importante y cuáles son los beneficios que vienen de allí. Por lo tanto, creo que con suerte, a medida que emerjamos en el año electoral, el mantra será más «atención médica para todos los estadounidenses» porque hay un nivel de comodidad que algunas personas tienen con su seguro privado actual», dijo.
Sus comentarios llegan un día después de que Warren lanzara los planes de su versión de Medicare para Todos que detalla cuánto costaría y sus propuestas para financiarlo. Se espera que el plan aumente significativamente el gasto público y le otorgue al gobierno el monopolio de la industria de seguros de salud.
El plan de Warren proporcionaría un seguro para cada persona en Estados Unidos, pero le costaría a los contribuyentes USD 52 billones durante 10 años. Ella propuso que el dinero para financiar la propuesta provendría del gasto federal existente en Medicare y Medicaid; gasto estatal existente en seguro de salud; y contribuciones existentes del empleador del sector privado.
Del mismo modo, Sanders también se ha enfrentado al escepticismo por su versión del gran plan de salud del gobierno. Algunos analistas estiman que el plan costaría USD 32,6 billones en 10 años.
Chris Jacobs, autor de «El caso contra el pagador único: cómo ‘Medicare para todos’ destruirá el sistema de atención médica de Estados Unidos y su economía», dijo a «American Thought Leaders» que el plan reduciría el acceso a muchas personas en lugar de aumentar la calidad asistencial.
«Como cualquiera que haya estado en un buffet «all you can eat» sabe, hacer algo gratis significa que quieres consumir más. Ahora no creo que las personas se inscriban voluntariamente para una cirugía cardíaca porque es gratis, pero verán una demanda adicional de atención médica», dijo Jacobs.
Al mismo tiempo, debido a los límites presupuestarios trimestrales, es probable que los hospitales tengan que despedir a algunos empleados y reducir los salarios de otros.
El resultado, dijo Jacobs, sería tiempos de espera más largos y menos acceso a la atención, especialmente en campos altamente especializados.
Irene Luo y Joshua Philipp contribuyeron a este informe.
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