Un profesor de la Universidad Estatal de Pensilvania se enfrenta a múltiples cargos por delitos menores después de que presuntamente atacara a un estudiante que protestaba contra el apoyo a la orden de vacunación contra COVID-19.
El incidente ocurrió el 27 de agosto, cuando profesores, estudiantes y miembros de la comunidad se concentraron en el centro del campus de la universidad y pidieron a los administradores de la universidad que emitieran inmediatamente la orden de vacunación. El periódico estudiantil Daily Collegian reportó que el evento atrajo a los contramanifestantes, que levantaron pancartas en la parte trasera de la concentración.
Un video posteado en Twitter por Centre County Report parece mostrar a un varón, identificado posteriormente como Walter Oliver Baker, de 36 años, que intenta arrebatar un cartel por la fuerza a uno de los contramanifestantes antes de tirar a la persona al suelo.
El contramanifestante fue identificado más tarde como Avi Rachlin, líder de Penn State Resistance, un grupo de estudiantes que se opone a las mascarillas y a la exigencia de vacunación en el campus. Se ve a la policía del campus salir escoltando a Rachlin con la cara ensangrentada, probablemente como resultado del incidente.
El registro de la policía del campus sugiere que Baker fue acusado de agresión simple, un delito menor de segundo grado; alteración del orden público, un delito menor de tercer grado; y acoso, un delito sumario según la ley de Pensilvania. El más grave de esos cargos es el delito menor de segundo grado, con penas de hasta dos años de prisión y una multa de 5000 dólares en caso de condena.
La Universidad de Pensilvania dice que Baker es un profesor asistente de inglés y estudios afroamericanos que «se especializa en la teoría crítica de la raza». Según su biografía de la facultad, las áreas de investigación de Baker incluyen «estudios étnicos críticos, literatura y cultura americana del siglo XIX, críticas al capitalismo racial y al colonialismo de los colonos, e historias de los movimientos de liberación africanos, nativos, chicanos y de la clase trabajadora».
Un funcionario de la universidad confirmó a Daily Collegian que Baker fue puesto en licencia administrativa mientras avanza la investigación.
Mientras tanto, en una entrevista anterior con Daily Collegian, Rachlin dijo que no está en contra de las vacunas en general, sino que es escéptico sobre las vacunas COVID-19, dado que carecen de datos a largo plazo sobre su seguridad y eficacia.
«Si tomamos esto de forma más local, la mayoría de la gente de este campus está vacunada», dijo el estudiante de tercer año al Daily Collegian. «Es un pequeño porcentaje, pero hay otros miles, incluido yo mismo, que han optado por no [vacunarse] también».
La Universidad Estatal de Pensilvania es una de las pocas escuelas pertenecientes a Big Ten Conference que aún no han establecido ningún tipo de requisito de vacunación contra el COVID-19. En una carta abierta a la comunidad del campus, el rector de la universidad, Eric Barron, dejó claro que la universidad pública no va a poner en peligro su financiación para emitir una orden de vacunación.
«Las regulaciones en todo el país reflejan claramente las realidades políticas a nivel estatal», escribió Barron en la carta del 12 de agosto. «La financiación estatal de nuestra universidad requiere el voto de dos tercios de la legislatura de Pensilvania, lo que significa que nuestra financiación depende de un fuerte apoyo bipartidista».
La Universidad Estatal de Pensilvania no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
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