Los retrasos en el recuento, la impugnación de las normas de votación y los problemas de exactitud del censo electoral amenazan con afectar a Pensilvania, uno de los estados más decisivos, tras las elecciones de mitad de periodo de la próxima semana.
Estos problemas podrían dar lugar a impugnaciones posteriores a las elecciones, sobre todo si los resultados son ajustados, dijo un abogado electoral a The Epoch Times.
Leigh Chapman, secretaria de Estado en funciones de Pensilvania, preparó recientemente el terreno para posibles retrasos, diciendo que la ley estatal solo permite abrir y escrutar los votos por correo a partir del día de las elecciones.
«Cuando hay retrasos en el recuento», dijo, «no significa que esté ocurriendo algo nefasto».
Sin embargo, aunque se puedan esperar retrasos por sí mismos, pueden acumularse más complicaciones por las disputas sobre las normas de votación relativas a las papeletas de voto por correo sin fecha, así como a las papeletas de votantes no verificados.
Votos sin fecha
El Departamento de Estado de Pensilvania, que supervisa el proceso electoral del estado, emitió en mayo una guía en la que se indicaba que las papeletas de voto por correo sin fecha o con fecha incorrecta debían contarse, a pesar de que la ley estatal exige que los votantes pongan una fecha en el sobre de la papeleta. Aunque el Tribunal de Apelación del Tercer Circuito de EE. UU. dictaminó a principios de este año que las papeletas sin fecha debían contarse, la Corte Suprema anuló esa decisión.
El departamento de Chapman anunció entonces que esas papeletas debían seguir contándose porque el fallo de la Corte Suprema no afectaba a la decisión de un tribunal estatal que lo exigía.
El argumento legal para el recuento de las papeletas se basa en una disposición de la Ley de Derechos Civiles de 1964 que prohíbe desechar las papeletas por errores menores. Los republicanos y otros opositores han pedido a la Corte Suprema de Pensilvania que se pronuncie sobre el asunto, argumentando que la disposición no se aplica a los errores de las papeletas en general, sino solo a las situaciones en las que los errores de las papeletas se utilizan como excusa para privar de derechos a los votantes por motivos de raza o etnia (pdf).
Erick Kaardal, abogado especializado en integridad electoral de la conservadora Thomas More Society, espera que el tribunal se pronuncie sobre el asunto esta semana.
«Queremos tener claridad con respecto a cómo funcionan las normas», dijo.
«Uno podría decir: ‘Oh, bueno, la ley no tiene que exigir fechas’. Pero la ley de Pensilvania sí lo hace».
Su preocupación es que la disonancia entre la ley y la orientación del secretario de Estado puede causar la aplicación desigual de las normas en las que algunos secretarios electorales contarán las papeletas sin fecha, pero otros no lo harán ya que pueden considerar la orientación de Chapman ilegal.
Además, a menos que la cuestión se resuelva definitivamente, se abre la puerta a la impugnación de los resultados electorales sobre la base de si las papeletas deben o no contarse, lo que ya ocurrió en las primarias republicanas a principios de este año.
«Podría afectar a unas elecciones reñidas», dijo Kaardal.
Votantes no verificados
Pensilvania requiere que los votantes por correo proporcionen un número de identificación estatal o los últimos cuatro dígitos de su número de la Seguridad Social. Los números se cotejan con la base de datos estatal y los datos de la Administración de la Seguridad Social federal para verificar la identidad del votante. Pero si el número no coincide, el estado puede enviar al votante un voto por correo.
De hecho, se enviaron unos 250,000 votos por correo a estos votantes «no verificados» para las elecciones de mitad de período del 8 de noviembre.
La preocupación de Kaardal es que las personas que no tienen derecho a votar, como los no ciudadanos, puedan mezclarse con los votantes no verificados.
El adjunto de Chapman, Jonathan Marks, dijo a los legisladores estatales en septiembre que las papeletas de voto por correo de los votantes no verificados solo se contarían si el votante proporciona un documento de identidad verificable o los dígitos de la Seguridad Social.
Estas papeletas se colocarían en una «pila separada», explicó Kaardal, pero no está claro cómo se supone que los trabajadores electorales van a perseguir a unos 250,000 votantes después de las elecciones para obtener la información de identificación correcta.
«¿Estamos creando otro procedimiento más allá del que establecen las leyes de Pensilvania?», preguntó.
«Creo que el objetivo del sistema de registro es asegurarse de que las personas que no están verificadas no emitan un voto. Así que al desplazar el [procedimiento de verificación] hacia abajo parece que se está invitando a más confusión y a más litigios sobre resultados electorales ajustados».
Además, algunos funcionarios de los condados informaron que «pueden contar, y de hecho cuentan, las boletas sin la identificación [verificada]», según una carta a Chapman de 15 legisladores estatales del GOP.
«Además, varios condados informan de que pueden «arreglar», y de hecho lo hacen, la identificación no válida en el sistema y aceptar la papeleta», decía la carta del 25 de octubre (pdf).
El Departamento de Estado de Pensilvania no respondió a las preguntas enviadas por correo electrónico al momento de la publicación de este artículo.
Tener una pila de papeletas no verificadas después de la jornada electoral beneficia estratégicamente a los demócratas, argumentó Kaardal, porque tienen una infraestructura más organizada para impugnar los resultados electorales, que pueden utilizar para bucear en la pila de votos para cambiar potencialmente un resultado desfavorable.
«Creo que disfrutan con esos desafíos».
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