El equilibrio del poder político en Pensilvania dio un vuelco a la izquierda ya que la Cámara estatal, controlada por los republicanos, perdió al menos 12 escaños republicanos en las elecciones del 8 de noviembre y podría perder aún más. El control de la cámara permanecerá indeciso, al menos hasta la semana que viene porque los resultados de dos contiendas están demasiado reñidos.
En el distrito 142, en el condado de Bucks, el demócrata Mark Moffa, con 15,095 votos, supera por dos preferencias al republicano Joe Hogan, con 15,093 votos. Ninguno de los dos candidatos es titular de un escaño. Este es un nuevo distrito debido a la redistribución territorial.
No se espera que esos totales cambien durante días, dijo a The Epoch Times Jim O’Malley, subdirector de comunicaciones del condado de Bucks. Actualmente, los trabajadores electorales del condado de Bucks están inspeccionando las papeletas de voto provisionales y las papeletas segregadas y determinando cuáles pueden ser contadas. Ellos harán un informe sobre esas papeletas a la Junta Electoral del condado de Bucks el martes 15 de noviembre y la junta determinará los siguientes pasos para esas papeletas.
El proceso es similar en el distrito 151 del condado de Montgomery, donde el representante William Todd Stephens, titular republicano, lidera con 16,611 votos, con una ventaja de 26 votos sobre los 16,585 de la demócrata Melissa Cerrato.
No hay un recuento automático para las elecciones legislativas. Una campaña u otra organización tendría que presentar una solicitud de recuento, dijo la portavoz del condado de Montgomery Kelly Cofrancisco a The Epoch Times.
«Las otras papeletas de voto pendientes incluyen las provisionales y las de los militares en el extranjero, las cuales tenemos que aceptar hasta la semana que viene, el 15 de noviembre. La semana que viene nuestra Junta Electoral celebrará una audiencia de las papeletas de voto provisionales para determinar qué papeletas se incluirán en el recuento final. Tenemos hasta el 28 de noviembre para certificar la elección».
Gana un candidato muerto
En total, hay 203 escaños en la Cámara de Pensilvania. En la sesión actual hay 113 republicanos, 88 demócratas y dos escaños vacantes.
La nueva configuración, hasta el momento es de 101 republicanos y 100 demócratas, más las dos carreras indeterminadas.
También hay una situación inesperada, la nueva Cámara tendrá tres escaños vacantes de inmediato.
El veterano representante demócrata Anthony M. «Tony» DeLuca, de 85 años, falleció el 9 de octubre y, tras haber ocupado el escaño durante 39 años, se presentaba a otro mandato. Cuando murió, las papeletas de voto ya estaban impresas.
Los votantes optaron por votar por un muerto en lugar del candidato del Partido Verde. DeLuca obtuvo el 85 % de los votos, frente al 14 % de la candidata verde Queonia «Zarah» Livingston. Ningún republicano se presentó a esta contienda.
A su vez, los representantes estatales demócratas, Summer Lee y Austin Davis, se presentaron a dos cargos a la vez y ganaron los cuatro escaños. Lee fue reelegido para la cámara estatal y también fue elegido para la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Davis también fue reelegido para la cámara estatal y, al mismo tiempo, fue elegido vicegobernador de Pensilvania, ocupando el puesto que dejó vacante John Fetterman.
Los escaños de la Cámara de Representantes se eligen cada dos años. Los miembros de la Cámara prestarán juramento el 3 de enero de 2023. El nuevo presidente de la Cámara programará entonces elecciones especiales para los puestos vacantes. La Cámara vota en conjunto para nombrar al presidente. Es posible que Davis y Lee juren a su cargo en la Cámara estatal para ayudar a elegir al presidente y luego dejen sus puestos vacantes.
Pero DeLuca no puede votar desde la tumba.
Si el recuento final de la Cámara es de 101 republicanos y 102 demócratas, con la ausencia de DeLuca, habrá 101 votos para cada partido. No está claro cómo la Cámara de Representantes determinará el presidente y esa cuestión ha provocado cierto revuelo en los pasillos del Capitolio en Harrisburg.
La Cámara de Representantes y el Senado de Pensilvania han sido controlados sólidamente por los republicanos desde 2011. El gobernador demócrata saliente, Tom Wolf, ha tenido una relación a veces conflictiva con la Asamblea General. Wolf nunca fue capaz de convencer a los republicanos para aumentar el salario mínimo o legalizar la marihuana recreativa, aunque durante el gobierno de Wolf, Pensilvania legalizó la marihuana medicinal. Wolf utilizó órdenes ejecutivas para hacer avanzar su agenda.
Mientras que el Senado de Pensilvania sigue siendo republicano, la Cámara de Representantes está a punto de pasar al control de los demócratas, lo que dará al nuevo gobernador demócrata Josh Shapiro un camino más fácil para avanzar en su agenda.
Pensilvania además se verá menos púrpura de cara a las elecciones presidenciales de 2024.
Incluso si los demócratas no consiguen el control de la Cámara, han ganado mucho terreno. Los republicanos, que han estado acostumbrados a tener los votos suficientes para hacer avanzar la legislación, solo para detenerla por el veto del gobernador, tendrán que trabajar más duro para negociar con los demócratas.
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