El Pentágono está invirtiendo decenas de millones de dólares en globos de gran altitud que pretende utilizar para la vigilancia. Se espera que los globos vuelen el doble de alto que la mayoría de los aviones comerciales y que un día puedan utilizarse para localizar y rastrear las armas hipersónicas de China.
Aunque la medida puede parecer el argumento de una película de ciencia ficción retro, es probable que los activos de gran altitud sean de muy alta tecnología. En efecto, mientras que el techo de altitud de los aviones comerciales es de unos 43,000 pies y el del avión no tripulado estadounidense Reaper de unos 50,000 pies, se prevé que los nuevos ojos inflables del Departamento de Defensa alcancen alturas de hasta 90,000 pies, según un artículo de Politico.
Según los documentos presupuestarios del Pentágono, la tecnología está pasando de la comunidad científica del Departamento de Defensa al servicio militar, dice el artículo. El Departamento de Defensa solo gastó 3.8 millones de dólares en los proyectos durante los dos últimos años, pero estaría aumentando la financiación para 2023 hasta 27.1 millones de dólares.
Además indica que la inversión en los proyectos refleja la adaptabilidad de estas aeronaves a diversas misiones militares por lo que los globos se integrarían en la amplia red de vigilancia del ejército. Una de las principales utilidades de los globos es proporcionar un medio eficaz en función de la rentabilidad frente al aumento de los costos de los satélites que rastrean misiles en todo el mundo y especialmente los crecientes arsenales hipersónicos de China y Rusia.
Rentable y de última generación
Los globos de vigilancia a gran altitud serán fabricados por Raven Aerostar y complementarán el trabajo que hasta ahora han realizado los aviones o los satélites, añade el informe. La medida está en consonancia con un cambio general en la estrategia del gasto de Estados Unidos en lo que respecta a las tecnologías aéreas y espaciales, en que el ejército del país está tratando de crecer con tecnologías más rentables de carácter comercial.
Los globos de última generación se alimentan de energía solar y utilizan inteligencia artificial y aprendizaje automático para surcar los cielos mientras recopilan datos complejos y es probable que sean pilotados a distancia por ingenieros de vuelo a tiempo completo en un centro de operaciones de misiones. El paquete AI/ML permite que el globo navegue adecuadamente a lo largo de su trayectoria de vuelo deseada ajustándose al viento en tiempo real.
El Departamento de Defensa (DoD) lleva muchos años realizando pruebas con globos de gran altitud y drones alimentados por energía solar para recoger datos. Estas tecnologías proporcionan a las fuerzas terrestres servicios de comunicación cuando los servicios por satélite no están disponibles. En particular, el DoD desplegó previamente 25 globos de vigilancia en 2019 como parte de una misión encubierta para descubrir el tráfico de drogas. Ahora la tecnología se trasladará a los distintos servicios del ejército.
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