La inflación alcanzó niveles que no se veían desde hace 40 años, ejercendo presión a los presupuestos de los hogares, así como a las pequeñas empresas de todo el país.
Según una nueva encuesta realizada a más de 500 pequeñas empresas, seis de cada diez propietarios de empresas en Estados Unidos temen que la inflación les obligue a cerrar el negocio. La encuesta también reveló que casi el 75% de los encuestados aumentaron sus precios en el último año para hacer frente al aumento de los costos.
Aunque muchos propietarios de empresas han trasladado los aumentos de precios a los consumidores, les preocupa que esto pueda costarles clientes en un momento en que la economía es extremadamente inestable.
Según la encuesta, las pequeñas empresas aumentaron sus precios un 27 por ciento en promedio, mucho más que la tasa de inflación anual del 8.5 por ciento registrada en marzo. A su vez, más de la mitad de los encuestados creen que perdieron clientes como consecuencia del aumento de precios.
En comparación con sus competidores de mayor tamaño, a las pequeñas empresas les resulta más difícil hacer frente a los costos y a los retos operativos provocados por la inflación, afirma Wayne Winegarden, investigador principal del Pacific Research Institute, un grupo de reflexión sobre el libre mercado con sede en California.
«Las pequeñas empresas suelen tener menos capacidad de negociación con los proveedores y menos posibilidades de trasladar a los clientes el aumento de los costos operativos», explicó Winegarden a The Epoch Times. «En consecuencia, están expuestas a un recorte de beneficios más pronunciado en comparación con las empresas más grandes».
Las empresas más pequeñas también tendrán menos opciones para mitigar los costos de la inflación, añadió el investigador, lo que les creará una vulnerabilidad financiera adicional.
La encuesta de propietarios de pequeñas empresas realizada por la Asociación Nacional de Empresas Independientes repitió problemas similares y mostró que las esperanzas de un mejor clima empresarial en los próximos seis meses habían caído a un mínimo histórico. Según la encuesta, la inflación superó a la «calidad de la mano de obra» como el principal problema al que se enfrentan las pequeñas empresas.
«Hemos visto un descenso significativo de las ventas en comparación con el año pasado y el anterior», dijo Jeff Neal, fundador de The Critter Depot, una pequeña empresa que vende lombrices y gusanos a los jardineros para obtener compost.
«Nos tiene preocupados y hemos hablado con otras granjas y parece que es algo generalizado en nuestro sector», explicó Neal a The Epoch Times.
Neal cree que, como la inflación es tan alta, la gente está conservando lo que puede para la comida y la vivienda y eliminando todos los demás gastos.
La inflación anual en Estados Unidos se aceleró hasta el 8.5% en marzo, el nivel más alto desde 1981. El índice alimentario subió un 8.8% interanual, mientras que el índice energético subió un 32%. El costo de la vivienda aumentó un 5%, que es una de las áreas que se espera que siga subiendo en los próximos meses.
El índice de precios al productor, que sigue la evolución media de los precios de venta de la producción nacional a lo largo del tiempo, también subió un 11.2% anual el mes pasado, echando por tierra las esperanzas de que la inflación se reduzca en los próximos meses.
John Frigo, director de comercio electrónico de BestPriceNutrition.com, una pequeña empresa del sector de los suplementos dietéticos, afirma que la inflación y los problemas de la cadena de suministro han perjudicado a su empresa.
«En el último año, en algunas marcas hemos visto entre 4 y 6 subidas de precios», dijo Frigo a The Epoch Times.
«Lo más evidente ha sido la creatina, que siempre ha sido un suplemento popular y barato», dijo a continuación, añadiendo que el precio de la creatina subió entre un 250 y un 350% en pocos meses.
El economista Arthur Laffer, que fue uno de los principales asesores del presidente Ronald Reagan, criticó a los economistas que afirman que la alta inflación es el resultado de un fuerte crecimiento económico.
La inflación es un «gran asesino» de la prosperidad, dijo Laffer a Fox Business el 22 de abril. Esta perjudica el crecimiento económico a lo largo del tiempo, ya que es «anti-producción», explicó Laffer.
«Además de hecho puede poner a la economía de rodillas en poco tiempo», advirtió, a menos que los políticos y el banco central tomen medidas inmediatas.
Además de la inflación, los propietarios de pequeñas empresas están sufriendo presión debido a la escasez de mano de obra y a la actual «Great Resignatión» (Gran dimisión), una masiva renuncia, según la Cámara de Comercio de Estados Unidos.
Para garantizar la continuidad de la recuperación en Main Street, la cámara pidió al gobierno de Biden y al Congreso que reduzcan las presiones inflacionistas sobre las empresas y aborden la crisis de escasez de mano de obra.
Nouriel Roubini, uno de los pocos economistas que predijo correctamente la crisis financiera mundial y el colapso de la burbuja inmobiliaria estadounidense de 2008, advirtió que «el panorama a medio plazo se está oscureciendo».
«Hay muchas razones para preocuparse de que las actuales condiciones de estanflación sigan caracterizando a la economía mundial, produciendo una mayor inflación, un menor crecimiento y posiblemente recesiones en muchas economías», dijo Roubini en un informe reciente.
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