Los daños causados por el huracán Beryl en Estados Unidos podrían ascender a 2700 millones de dólares, según un informe del 11 de julio de la empresa de modelos de catástrofes Karen Clark and Company’s (KCC).
Aunque la tormenta solo era de categoría 1 cuando tocó tierra en el condado de Matagorda (Texas), provocó inundaciones y tornados devastadores —y mortales— en el sureste de Texas y varios otros estados mientras giraba hacia el noreste, en dirección a Canadá.
Al menos siete personas han muerto en Texas, una en Luisiana y otra en Vermont.
Arkansas, Misuri, Illinois, Indiana, Michigan y Nueva York, también se vieron afectados.
La estimación de KCC tiene en cuenta «los daños asegurados de forma privada en propiedades residenciales, comerciales e industriales y automóviles, así como la interrupción del negocio». No incluye embarcaciones, propiedades en alta mar ni pérdidas del Programa Nacional de Seguros contra Inundaciones.
Cerca de 1,3 millones de clientes de servicios públicos siguen sin electricidad en Texas desde el 11 de julio. Se han confirmado al menos nueve muertes relacionadas con Beryl.
El modelo de KCC destaca los informes de árboles caídos sobre casas y coches, así como daños en tejados y otras estructuras, especialmente de zonas de Texas como Surfside Beach, Jamaica Beach, Galveston, College Station, Houston y Pasadena, Texas. También afirma que ya se ha informado de muchos vehículos inundados debido a la marejada ciclónica.
Pero los daños no han hecho más que empezar, y las inundaciones y tornados de Beryl no solo han afectado a la costa de Texas.
El estudio de daños del Servicio Meteorológico Nacional ha confirmado más de 20 tornados destructivos desde el 8 de julio, cuando Beryl tocó tierra.
Al menos nueve de esos tornados se registraron en Texas, siendo el mayor de ellos un EF-1 en la escala Fujita mejorada (EF), que mide la fuerza de un tornado en función de las ráfagas de viento de tres segundos producidas en el canal. La escala va de EF-0 (ráfagas de viento de 65-85 mph) a EF-5 (ráfagas de más de 200 mph en tres segundos).
Al tocar tierra cerca de Appleby (Texas), sus vientos máximos se estimaron en 110 mph y dejó una huella de más de siete millas de largo y más de 1200 yardas de ancho.
Luisiana, por su parte, sufrió al menos 12 tornados, el mayor de los cuales fue un EF-2 que comenzó en Pleasant Hill, Luisiana, y terminó en Mansfield, Luisiana. Durante sus 45 minutos de vida, este tornado produjo vientos estimados en 127 mph, recorrió más de 25 millas y cortó una trayectoria de más de 1600 yardas de ancho.
Se ha informado de una víctima mortal relacionada con el tornado. Un tornado EF-1 en Bossier Parish, Luisiana, con vientos máximos de 100 mph, provocó la caída de un árbol sobre una casa móvil, matando a una mujer de 30 años e hiriendo a sus dos hijos la tarde del 8 de julio.
Estos tornados causaron importantes daños materiales y arbóreos. Se levantaron casas rodantes y barcos, y se derribaron innumerables árboles, se dañaron tejados y casi se destruyeron iglesias.
Estos tornados causaron importantes daños materiales y arbóreos. Se levantaron casas rodantes y barcos, y se derribaron innumerables árboles, se dañaron tejados y casi se destruyeron iglesias.
El gobernador interino de Texas, Dan Patrick, confirmó el 9 de julio que había hablado con el presidente Joe Biden y había solicitado una declaración de emergencia de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés).
FEMA cubrirá todos los costes de «Categoría A», que cubre los costes de limpieza de escombros, y de «Categoría B», que cubre las medidas de protección de emergencia.
Según Patrick, esta ayuda cubrirá la mayor parte de los gastos necesarios y contribuirá a acelerar la recuperación de la región.
El 10 de julio, el gobernador de Luisiana, Jeff Landry, anunció que solicitaría la misma declaración federal de emergencia por catástrofe para ayudar en las tareas de recuperación de las zonas más afectadas por los tornados.
«Queremos asegurarnos de buscar todos los niveles de apoyo para las parroquias que siguen recuperándose de este devastador brote de tornados», dijo Landry en un comunicado. «Esta mañana he mantenido una magnífica conversación con la administradora [de la FEMA, Deanne] Criswell, y somos optimistas de que el presidente Biden y la FEMA aprobarán nuestra solicitud».
«Varias parroquias se enfrentan a grandes costes de limpieza y trabajos asociados a la tormenta. Esta declaración de desastre ayudaría a compensar gran parte de esos costes».
Se confirmó un tornado en el condado de Martin, Indiana. Un EF-0 con vientos de hasta 85 mph fue visto el 9 de julio con muy pocos daños reportados.
Entre el 10 y el 11 de julio se registraron seis pequeños tornados de corta duración en el noroeste de Nueva York. El mayor fue un EF-1 con vientos de hasta 110 mph. Recorrió 1.5 millas en cinco minutos antes de desaparecer. Se registraron muy pocos daños materiales.
El huracán Beryl también provocó mareas tormentosas, lluvias torrenciales e inundaciones.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica indica inundaciones activas y menores todavía en curso en el área de Houston, Bahía de Galveston, y se informa de inundaciones significativas en partes del río Misisipi entre Misuri e Illinois, Michigan, y porciones de Indiana a lo largo del río Wabash.
En Vermont, las inundaciones y las lluvias torrenciales han causado al menos un muerto y cuantiosos daños materiales. Más de 100 personas han sido rescatadas por equipos de rescate.
Los restos del huracán Beryl vuelven a adentrarse en el Atlántico 14 días después de aparecer por primera vez en el Atlántico Sur. Rápidamente se convirtió en un huracán de categoría 5 y atravesó a toda velocidad el sur del Caribe, golpeando las islas de Barlovento, Jamaica, las islas Caimán y la península mexicana de Yucatán. También afectó a las costas meridionales de la República Dominicana y Haití.
KCC prevé que las pérdidas aseguradas por el huracán Beryl ascenderán a 510 millones de dólares en el Caribe y 90 millones en México.
Con información de Associated Press.
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