Los periodistas nicaragüenses, que en los últimos días han sido blancos de agresiones, amenazas y asedios por parte de oficiales de la Policía y partidarios del régimen, temen perder sus vidas en las coberturas de manifestaciones antigubernamentales, que ya han dejado a un comunicador muerto.
«Cada vez que nosotros salimos a cubrir (una protesta contra el régimen de Daniel Ortega) estamos bajo el riesgo de perder la vida o perder a alguien que trabaja con nosotros», dijo este jueves a Efe la comunicadora Jennifer Ortíz, directora de la plataforma digital «Nicaragua Investiga».
Uno de los periodistas de esa plataforma digital, Hans Lawrence, fue hospitalizado el martes pasado luego de haber sido golpeado por un grupo de simpatizantes sandinistas tras cubrir una misa de cuerpo presente del poeta y sacerdote Ernesto Cardenal, que se celebró en la Catedral de Managua.
A esa misa acudieron decenas de oficialistas para llamar «traidor» al fallecido poeta y teólogo, e intentar boicotear la eucaristía.
Pareja presidencial azuza a sus partidarios
El reportero, de 21 años y que padece de epilepsia, recibió una cantidad no determinada de puñetazos y puntapiés en todo su cuerpo, que agudizó su condición de salud y ahora está bajo tratamiento, explicó Ortíz.
Al periodista, además de ser golpeado, le robaron su teléfono móvil y su equipo de transmisión, que incluía luces y un micrófono de corbata, todo valorado en 1.400 dólares.
El periodista David Quintana, del medio digital «Boletín Ecológico», que fue otro de los agredidos el martes pasado, advirtió que la pareja presidencial, compuesta por Ortega y Rosario Murillo, han azuzado a sus partidarios a atacar a los periodistas en el marco de la crisis sociopolítica que vive el país desde abril de 2018 y que ha dejado cientos de muertos.
«Ellos han llamado a la violencia, y han dicho que somos medios de comunicación de la derecha, y mentirosos», alertó Quintana, quien afirmó que ha sido golpeado en cuatro ocasiones desde que estalló la crisis y que, pese a eso, no se ha «exiliado, hasta ahora».
La prensa denuncia asedio
Hace tres semanas, un policía antidisturbios amenazó de muerte al periodista Yelsin Espinoza, de la plataforma digital «Nicaragua Actual» y quien recién regresó al país tras permanecer un año en el exilio por razones de seguridad.
«Acordate que sos de la Calle Real hijo de puta y te voy a palmar (matar) a tu familia», amenazó el antimotin al periodista cuando transmitía en vivo un piquete de protesta y corrió a refugiarse en un vehículo para evitar que le arrebataran sus equipos de trabajo.
El influyente diario La Prensa, el más antiguo de Nicaragua, ha denunciado un acoso policial contra su personal durante esta semana.
Según La Prensa, policías antidisturbios se han apostado en las afueras de su edificio para acosar y agredir verbalmente a sus trabajadores, y tomar fotos y datos de los que entran y salen del diario.
Tres violaciones por día
Según datos de la Fundación Violeta Chamorro en 2019 se registraron 1.267 violaciones a la libertad de prensa, lo que representa un promedio de tres por día.
Durante el 2018, tres días después de que estallaran las protestas, el periodista Ángel Gahona murió de un disparo cuando cubría maniobras policiales contra los manifestantes.
Por su parte, el movimiento Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua denunció esta semana que entre diciembre de 2019 y febrero 2020 se han registrado más de 400 delitos contra la libertad de prensa y 61 casos de violencia contra reporteros durante su labor profesional.
Desde 2018, Nicaragua vive una crisis sociopolítica que ha dejado al menos 328 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque organismos locales elevan la cifra a 684 y el régimen reconoce 200 y denuncia un intento de «golpe de Estado».
A continuación
Cómo el comunismo busca destruir la humanidad
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.