El 11 de octubre, en Townsville, al norte de Queensland, un perro, al parecer cruce de pitbull de mayor tamaño, arrancó el brazo a su dueña, una mujer de unos 30 años, en un feroz ataque.
Ya existían denuncias previas contra el perro por comportamiento agresivo, tras haber atacado varias semanas antes.
La policía encontró a la mujer con el brazo amputado y sangrando abundantemente después de inmovilizar al agresivo perro en el interior de su domicilio.
Los agentes aplicaron un torniquete a la mujer antes de que llegaran los paramédicos, que más tarde encontraron el brazo desprendido con la esperanza de poder reimplantarlo. Fue trasladada al Hospital Universitario de Townsville, donde permanece en estado grave pero estable.
El sargento mayor Scott Warrick declaró a la prensa que en sus 37 años de carrera, el brazo amputado de esta mujer era una de las lesiones más graves que había visto provocadas por un animal.
«Las heridas de esta mujer son absolutamente terribles y le deseamos una pronta recuperación», declaró el sargento Warrick.
Aunque la policía intentó dominar al perro, éste seguía mostrándose agresivo. Se le practicó la eutanasia en el lugar de los hechos.
«Tengo perros, y ver un desenlace como éste es absolutamente desgarrador, y comprendemos que la gente esté disgustada», declaró Warrick.
Dijo que la policía no tenía otra opción, y añadió que el perro fue sacrificado de la forma menos cruel posible.
La mujer que sufrió el ataque era propietaria de otro perro más pequeño que ahora está al cuidado de la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (RSPCA).
Las leyes promulgadas recientemente estipulan que el propietario de un perro que mate o hiera gravemente a una persona puede ser multado con más de 100,000 dólares australianos (aprox. 67,000 dólares estadounidenses) o afrontar una pena de hasta tres años de cárcel.
Sin embargo, Warrick dijo que era poco probable que la mujer fuera acusada dada la gravedad de sus heridas.
Ataque reciente de un perro en Melbourne
Este ataque se produjo un día después de otro en Melbourne, en el que tres perros atacaron a su dueña.
También antes de la agresión se habían presentado varias quejas y preocupaciones sobre el comportamiento de los perros. La dueña fue hospitalizada y se encontraba en estado crítico el 11 de octubre.
En un primer momento, la policía intentó salvar a la mujer de sus perros usando gas pimienta antes de efectuar los disparos mortales.
La consejera delegada del ayuntamiento de Greater Dandenong, Jacqui Weatherill, declaró en un comunicado que el ayuntamiento está consternado por el incidente y sigue preocupado por el bienestar de la mujer.
«Ya hemos tomado medidas en respuesta a estas preocupaciones y visitamos la propiedad», declaró.
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