LOS ÁNGELES— Los residentes deseosos de volver a casa y examinar los enormes daños causados por el incendio de Eaton Canyon, en el noreste del condado de Los Ángeles, tendrán que esperar, dijeron las autoridades en una reunión para la comunidad el 10 de enero, en la que se ofreció una perspectiva mixta sobre la próxima semana, ya que los equipos de intervención inmediata se enfrentan a un incendio sin control que explotó en tamaño y solo se ha contenido en un 3 por ciento.
El fuego ya arrasó más de 14,000 acres, provocó la evacuación de más de 50,000 residentes, mató a seis personas y destruyó miles de estructuras, además de dejar a muchos más sin electricidad ni agua potable.
Muchos residentes no saben si sus casas siguen en pie.
«Todo Altadena sigue siendo una zona de evacuación», dijo el Capitán del Sheriff del Condado de Los Ángeles, Jabari Williams, en la reunión, disipando los rumores de que a los residentes con identificación se les permitiría entrar. «No se permite a nadie entrar en Altadena en este momento».
El área sigue siendo una «zona de peligro», dijo Williams, debido a los incendios activos, los cables caídos que podrían electrificarse, los árboles talados y los escombros que bloquean las carreteras.
A partir del viernes, las autoridades decretaron un toque de queda diario de 18:00 a 6:00 horas, en un intento de evitar saqueos y mejorar la seguridad pública en la zona de evacuación.
Aquellos que violen el toque de queda, dijo el capitán Williams, serán arrestados y sujetos a una multa de USD 1000 o tiempo en la cárcel.
El departamento del sheriff envió más de 500 agentes a Altadena, así como 30 guardias nacionales y varios agentes de la Patrulla de Carreteras de California para ayudar con el tráfico.
Una tregua antes de la tormenta
La buena noticia fue que la mejora de las condiciones meteorológicas significó que los bomberos, animados por un aumento adicional de recursos, finalmente tuvieron la oportunidad de evitar que el fuego se extendiera aún más.
«En ausencia de viento, no esperamos que el fuego haga ningún empuje significativo», dijo Dennis Burns, un analista de comportamiento del fuego con el Equipo de Gestión Interinstitucional de California asignado a la zona.
Después de días de vientos fuertes e impredecibles, el viernes marcó un punto de inflexión para los bomberos que trabajaban en el incendio, ya que la disminución de las condiciones meteorológicas extremas permitió a los equipos terrestres y aéreos trabajaran en la contención del perímetro.
«Nuestros equipos son realmente capaces de ir directamente en el borde del fuego, ya que no está ardiendo muy intensamente», dijo Burns, añadiendo que el terreno, “escarpado y accidentado”, impedía a los bomberos el objetivo de ciertas áreas, «por lo que tendrán que retroceder y dejar que el fuego venga a ellos».
James White, meteorólogo de incidentes para el equipo interinstitucional, dijo que los vientos extremos que impulsaron el fuego estaban cediendo día a día.
«Así que eso es una buena noticia —que proporciona un montón de oportunidades para la mejora de las condiciones en todo el incendio».
Esas condiciones mejoradas, declaró White, continuaban el viernes, por lo que el área quedaría «bastante protegida» de otro período de alerta roja a partir de la noche del sábado o la madrugada del domingo.
«Estamos rastreando la posibilidad de otro evento de Santa Ana la próxima semana que parece un poco más fuerte», dijo el meteorólogo, pero concluyó que el tiempo «eventualmente se volverá a nuestro favor».
Brian Ham, jefe de operaciones del Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios de California (Cal Fire), declaró que el fin de semana daría a los bomberos la oportunidad de prepararse para la próxima ronda de vientos.
«Hemos pedido recursos de fuera del estado: Oregón, Nevada, Texas y de todo el estado. Así que tenemos una gran cantidad de proposiciones y los recursos están llegando», dijo Ham, respecto a motores adicionales, camiones cisterna, excavadoras, equipos de mano y unidades aéreas en la zona.
Dado que los bomberos de todo el condado han tenido que lidiar con la escasez de recursos hídricos y los camiones cisterna, según Ham, estos refuerzos serán «un elemento importante» que ayudará a los bomberos a obtener una ventaja.
Los equipos locales también recibirán ayuda de sus homólogos mexicanos.
El Comandante de Incidentes Kevin Bohall, de Cal Fire, dijo que los bomberos mexicanos ya llegaron y serán asignados una vez que se evalúen sus habilidades y capacidades.
Más problemas con el agua y la electricidad
A partir de las 3 pm del viernes, los representantes de Southern California Edison, que suministra energía a Altadena, dijo 172,000 clientes seguían sin electricidad, de los cuales, 108,000 casos se debieron a la seguridad pública y a cortes para mitigar los riesgos de incendio.
La expectativa de vientos potencialmente peligrosos y las condiciones de alerta roja previstos a continuación podrían significar más cortes por seguridad pública, advirtieron los representantes.
«Esperamos que haya problemas durante el fin de semana y a principios de la semana que viene», dijo Cody Tubbs, del equipo de gestión de incendios de la empresa de servicios públicos, añadiendo que los cortes eran “una herramienta de último recurso” justificada por las peligrosas condiciones de viento de los últimos días.
David Reyes, director general interino de Pasadena Water and Power, que da servicio a las zonas adyacentes a Altadena, declaró que había 395 cortes conocidos que afectan a 65,000 cuentas.
La agencia aconsejó a los residentes a comprobar su sitio web para ver qué áreas tienen órdenes de no beber en el lugar el agua del grifo. Reyes añadió que más información acerca de cuándo el agua será segura para beber deberá estar disponible «a contar de la próxima semana».
Mientras tanto, los representantes de Southern California Gas Company advirtieron que una franja más amplia de residentes podrían ver afectados sus servicios.
«A medida que nos adentramos en la zona y evaluamos la situación, la devastación y los daños a nuestras instalaciones, estamos considerando la posibilidad de tener que tomar medidas un poco más drásticas y cortar el servicio a un área más amplia», dijo Rodger Schwecke, jefe de infraestructura de SoCal Gas.
Eso significa que los clientes no afectados por los incendios también podrían ver sus servicios cortados, dijo el Sr. Schwecke, antes de que comience el proceso de restauración «quirúrgica» y segura de la energía.
Durante la reunión virtual, una transmisión de chat en vivo, continuamente fue vibrando con preguntas de los residentes que buscaban saber si sus casas todavía estaban en pie y cuándo podrían determinar si cualquier propiedad personal era todavía salvable.
No hubo una respuesta inmediata y concluyente para determinar qué estructuras habían resultado dañadas o destruidas, pero los funcionarios dirigieron a los residentes a las páginas de redes sociales del Bosque Nacional de los Ángeles y del Departamento de Bomberos del Condado de Los Ángeles, donde se creará un sitio web para ayudar a la gente a determinar los daños.
Mark Pestrella, director de Obras Públicas del Condado de Los Ángeles, dijo que la agencia no estaba lista para autorizar el reingreso debido a la naturaleza activa del fuego y los peligros existentes, incluyendo cenizas, árboles caídos, y el suelo peligroso, además, el agua y el aire requeriría un análisis más detallado.
Según Pestrella, los sistemas de abastecimiento de agua en las zonas incendiadas siguen en entredicho, y el Estado exige a todas las agencias de abastecimiento de agua que emitan órdenes de no beber, ya que los posibles agentes patógenos, la ceniza y los materiales tóxicos suponen una amenaza.
Una vez puestos en marcha los sistemas de tratamiento, el proceso suele durar unas 48 horas.
«Aún no estamos preparados para empezar a contar ese tiempo».
El capitán Williams, del departamento del sheriff, declaró que está programado que el sábado comience a trabajar un equipo de búsquedas cuadra por cuadra, en toda la zona, para comprobar las estructuras de los daños. También pidió a los residentes a presentar informes de personas desaparecidas en persona en el Centro Cívico de Pasadena.
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