El fabricante de vacunas Pfizer Inc, en una presentación a la Comisión del Mercado de Valores de EE.UU., escribió que sus ingresos por la vacuna COVID-19 se reducen en un 70 por ciento en 2023.
«El descenso se debe en gran medida a la reducción de las entregas contratadas y de la demanda en los mercados internacionales, así como a la reducción de las entregas contratadas por el Gobierno de Estados Unidos, debido a la transición a nuevas variantes de la vacuna en la mayoría de los mercados y a la transición a las ventas tradicionales en el mercado comercial de Estados Unidos, que comenzó en septiembre de 2023», escribió la empresa en la presentación, elaborada la semana pasada.
Los ingresos mundiales de la vacuna alcanzaron los USD 11,200 millones el año pasado, según la presentación. Sin embargo, eso está muy lejos de los números de 2022, cuando los ingresos de la vacuna de la compañía se situaron en USD 37 mil millones para el año, o alrededor del 70 por ciento.
Pfizer obtuvo ingresos récord en 2021 y 2022, superando los USD 100,000 millones el año pasado, después de desarrollar su vacuna con su socio alemán BioNTech SE, y el tratamiento antiviral Paxlovid por su cuenta.
El año pasado, la empresa recortó en varias ocasiones su estimación de ingresos para 2023 debido a la caída de la demanda de la vacuna y otros productos COVID-19. En un momento dado, la empresa redujo las estimaciones en USD 9000 millones.
El consejero delegado de Pfizer, Albert Boura, declaró entonces: «A medida que tengamos más claridad sobre las tasas de vacunación y tratamiento de COVID, estaremos en mejores condiciones de estimar el nivel adecuado de suministro para satisfacer la demanda».
Ese mismo año, la empresa anunció despidos, en parte debido a unos beneficios inferiores a los previstos.
«Se espera que el programa genere un ahorro de al menos USD 3500 millones, de los cuales USD 1000 millones se realizarán en 2023 y otros 2500 millones en 2024», declaró Pfizer en un comunicado de prensa de octubre. «Se espera que los costes únicos para lograr los ahorros asociados con el nuevo programa de reajuste de costes sean de aproximadamente USD 3000 millones, de los cuales se espera que la mayoría sean en efectivo. Estos costes incluirán principalmente indemnizaciones y costes de implantación».
La presentación se produce cuando los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. dijeron esta semana que recomiendan que los adultos mayores reciban otra dosis actualizada de refuerzo de la vacuna COVID-19, fabricada por Pfizer y Moderna.
En particular, la agencia no recomendó la vacuna de refuerzo para ningún otro grupo demográfico de edad. Anteriormente, había recomendado dosis de refuerzo y una serie inicial de vacunas para todas las personas a partir de los seis meses de edad.
Sin embargo, según las últimas recomendaciones, se aconseja a los adultos mayores de 65 años que reciban otra dosis de la vacuna COVID-19 actualizada, disponible desde septiembre, al menos cuatro meses después de la anterior. El comité consultivo de la agencia votó a favor de esta recomendación, que fue respaldada esta semana por la directora de los CDC, Mandy Cohen.
«La recomendación de hoy permite que los adultos mayores reciban una dosis adicional de la vacuna COVID-19 de esta temporada para proporcionar una mayor protección», dijo el director de los CDC en un comunicado de prensa emitido por la agencia. «La mayoría de las muertes y hospitalizaciones por COVID-19 el año pasado se produjeron entre personas de 65 años o más. Una dosis adicional de vacuna puede proporcionar una protección añadida que puede haber disminuido con el tiempo para las personas con mayor riesgo».
A finales del año pasado, los CDC alertaron que la adopción por parte de los estadounidenses de las últimas dosis de refuerzo de la COVID-19, así como de las vacunas contra el VRS y la gripe, era inferior a la del año anterior.
«Las bajas tasas de vacunación, junto con los aumentos en curso en la actividad nacional e internacional de enfermedades respiratorias causadas por múltiples patógenos, incluidos los virus de la gripe, SARS-CoV-2 (el virus que causa COVID-19) y RSV, podrían conducir a una enfermedad más grave y una mayor presión sobre la capacidad de atención médica en las próximas semanas», escribió la agencia en un aviso de salud justo antes de la Navidad de 2023.
Alrededor del 17 por ciento de los adultos y cerca del 8 por ciento de los niños se vacunaron por última vez, según los datos de los CDC en ese momento. Eso incluye alrededor del 36 por ciento de los adultos mayores.
«Estamos viendo que muy poca gente se vacuna esta temporada», dijo Cohen a finales del año pasado. «La voz del médico es muy importante para que la gente decida vacunarse o no».
Con información de Reuters.
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