Una cadena de cafeterías propiedad de Coca-Cola se enfrenta a peticiones de boicot en el Reino Unido por el uso de material promocional en el que aparece la imagen caricaturesca de una persona transexual con prominentes cicatrices de una extirpación quirúrgica de los senos.
Costa Coffee, una de las principales cadenas de cafeterías de Gran Bretaña, se ha visto envuelta en una polémica por el uso de un dibujo animado en el lateral de una furgoneta de Costa Express, y sus detractores afirman que glorifica la cirugía de reasignación de sexo y alimenta la disforia de género.
«Están fomentando la mutilación de niñas sanas», escribió Laurence Fox, líder del partido Reclaim, en un posteo publicado en la plataforma de redes sociales X, antes conocida como Twitter.
«Espero que los boicoteen hasta que dejen de existir», añadió el Sr. Fox, puntuando su posteo con el hashtag #BoycottCostaCoffee.
Querido @CostaCoffee
Están fomentando la mutilación de niñas sanas. Espero que los boicoteen hasta que dejen de existir. #BoycottCostaCoffee pic.twitter.com/cphbdAkbZ3 — Laurence Fox (@LozzaFox) July 31, 2023
El posteo del Sr. Fox en la que pedía el boicot fue visto más de 3 millones de veces, y muchos otros usuarios criticaron duramente el mural, muchos de ellos afirmando que promueve la mutilación infantil.
Costa defiende el uso de la imagen
Costa Coffee no respondió inmediatamente a una petición de The Epoch Times para que comentara el llamamiento al boicot. Sin embargo, la empresa defendió su decisión de utilizar la ilustración por motivos de «inclusividad» en una declaración al medio británico Evening Standard.
«En Costa Coffee celebramos la diversidad de nuestros clientes, miembros del equipo y socios», declaró un portavoz de la empresa al citado medio.
«Queremos que todos los que interactúan con nosotros experimenten el entorno integrador que creamos, para animar a la gente a sentirse bienvenida, libre y orgullosa de ser ella misma sin vergüenza. El mural, en su totalidad, muestra y celebra la inclusividad», añadió la empresa.
Hubo algunas voces de apoyo al mural en las redes sociales, entre ellas la de la Dra. Helen Webberley, que en un posteo calificó la cirugía superior de «completamente rutinaria y normal» y dirige una clínica privada que ofrece procedimientos de cambio de sexo a niños en el Reino Unido.
Pero la mayor parte de las reacciones en Twitter parecían ser muy críticas.
«Si desean promover procedimientos médicos peligrosos en niñas pequeñas (que pueden necesitar ayuda cuidadosa y compasiva, no cirugía patrocinada por empresas), me abstendré de tomar café horrendo», escribió el abogado Jeremy Brier en un posteo, en el que compartía un hilo sobre el tema de Malcom Clark, director de documentales científicos nominado al Emmy que hace campaña contra lo que describe como «pseudociencia de la identidad de género».
El Sr. Clark, que en Substack escribió un ensayo crítico titulado «¿Mutilación con su café, señora?», argumentó en su hilo que una motivación probable para que las empresas adopten el marketing transgénero es intentar desviar la atención de la mala publicidad anterior.
«Hace poco se acusó a Costa de tratar tan mal a su personal que tuvo que aceptar una auditoría independiente», escribió el Sr. Clark.
«Todos aclaman el #Transwash», añadió, con el juego de palabras inspirado en el concepto de virtud de exhibición corporativa poco sincera en cuestiones medioambientales conocido como «green wash» (lavado verde).
Helen Joyce, directora de defensa de la organización de derechos humanos Sex Matters, declaró al medio de comunicación británico The Telegraph que el uso de la imagen glorifica la autolesión y alimenta la disforia de género.
«Es repugnantemente irresponsable por parte de Costa sugerir, vender e incluso glorificar la angustia mental, la disociación corporal y la autolesión entre las adolescentes», afirmó.
«Es de suponer que Costa piensa que está siendo ‘inclusivo’ con este mensaje. De hecho, está contribuyendo a alimentar un contagio social y un escándalo médico disfrazado de movimiento de justicia social», añadió la Sra. Joyce.
«Las acciones tienen consecuencias»
James Esses, cofundador de Thoughtful Therapists, un grupo de psicólogos preocupados por el impacto de la ideología de género en la juventud actual, escribió un artículo de opinión en The Telegraph el 2 de agosto, argumentando que la campaña es una «promoción desvergonzada de una marca» que también está «dañando el tejido mismo de nuestra sociedad».
«Es preocupante que empresas como Costa se arriesguen a sacar provecho de lo que puede ser una respuesta a una enfermedad mental, como la dismorfia corporal o la disforia de género», escribió Esses. «¿Qué tipo de mensaje enviaría a una joven adolescente, quizá descontenta con su cuerpo cambiante, ver que marcas reconocibles celebran la extirpación quirúrgica de los pechos por razones de ideología de género?».
Esses afirmó que la campaña de Costa es el último ejemplo de una serie de empresas que promueven «ideologías preocupantes» que perjudican a los jóvenes.
Añadió que es posible que algunas de estas empresas busquen intencionadamente provocar indignación con anuncios provocativos como el mural de Costa sobre la mastectomía trans, bajo el mantra de que «no hay mala publicidad».
«Ya es hora de que aprendan que sus actos tienen consecuencias», escribió Esses, señalando que el hashtag #BoycottCostaCoffee ya era tendencia en las redes sociales y pidiendo a más personas que se unieran al boicot.
Otras voces que apoyaron el anuncio fueron las de la publicación pro-LGBT Pink News, que publicó un artículo en el que elogiaba el mural como «audaz» y «hermoso» y una «bocanada de aire fresco», citando las palabras de la artista trans Fox Fisher, que ella misma se sometió a una cirugía en la parte superior del cuerpo hace aproximadamente una década.
El llamamiento a boicotear Costa Coffee se produce en medio de una oleada de reacciones contra el creciente uso de imágenes y personalidades transgénero en campañas de marketing, tanto en Gran Bretaña como en Estados Unidos.
La marca de calzado británica Dr. Martens se enfrentó a la reacción de los consumidores por ofrecer un par de botas en las que aparecía una persona transgénero con cicatrices de mastectomía, mientras que en Estados Unidos, Bud Light ha sido objeto de un largo boicot por su asociación de marketing con la influencer transgénero Dylan Mulvaney.
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