Los placebos pueden reducir los indicadores cerebrales de angustia emocional incluso cuando la gente sabe que los está tomando, informaron investigadores.
Los científicos han documentado durante mucho tiempo que muchas personas suelen sentirse mejor después de tomar un tratamiento sin ingredientes activos simplemente porque creen que es real —conocido como el efecto placebo.
Ahora, la evidencia muestra que incluso si las personas son conscientes que su tratamiento no es «real» —conocido como placebos no engañosos— creyendo que los puede curar, esto puede conducir a cambios en la forma en que el cerebro reacciona a la información emocional.
«Solo piense: ¿qué pasaría si alguien tomara una píldora de azúcar sin efectos secundarios dos veces al día después de ver un corto y convincente video sobre el poder de los placebos y como resultado experimentara una reducción del estrés», dijo Darwin Guevarra, becario postdoctoral de la Universidad Estatal de Michigan y autor principal de un nuevo estudio de Nature Communications. «Estos resultados aumentan esa posibilidad».
Los investigadores comprobaron la eficacia de los placebos no engañosos en la reducción de la actividad cerebral emocional.
«Los placebos se basan en ‘la mente sobre la materia'», dijo el coautor Jason Moser, profesor de psicología. «Los placebos no engañosos nacieron para poder usarlos en la práctica rutinaria. Así que en lugar de prescribir una serie de medicamentos para ayudar a un paciente, se le podría dar un placebo, decirle que le puede ayudar y es probable que lo haga —si cree que puede, lo hará».
Para probar placebos no engañosos, los investigadores mostraron a dos grupos separados de personas una serie de imágenes emocionales en dos experimentos. Los integrantes del grupo de placebo no engañoso leyeron sobre los efectos del placebo y luego los investigadores les pidieron que inhalaran un aerosol nasal de solución salina.
Los investigadores dijeron a los participantes que el spray nasal no contenía ingredientes activos pero que les ayudaría a reducir sus sentimientos negativos si creían que lo haría. Los integrantes del otro grupo también inhalaron el mismo aerosol de solución salina, pero se les dijo que el aerosol mejoraba la claridad de las lecturas fisiológicas que los investigadores estaban registrando.
En el primer experimento encontraron que los placebos no engañosos redujeron la angustia emocional de los participantes, según lo que informaron ellos mismos. Es importante destacar que el segundo estudio demostró que los placebos no engañosos redujeron la actividad eléctrica del cerebro, reflejando el elevado nivel de angustia que alguien siente por los eventos emocionales, y la reducción de la actividad emocional del cerebro ocurrió en solo un par de segundos (por el placebo).
«Estos hallazgos proporcionan un apoyo inicial sobre que los placebos no engañosos no son simplemente un producto de un sesgo de respuesta —decirle a la persona en investigación lo que quiere oír— sino que representan genuinos efectos psicobiológicos», dijo el coautor Ethan Kross, profesor de psicología y gestión de la Universidad de Michigan.
Los investigadores ahora están siguiendo estos datos con un ensayo de placebo no engañoso en la vida real para el estrés que genera la COVID-19.
Los coautores adicionales son de la Universidad de Dartmouth.
Este artículo fue publicado originalmente en la Universidad Estatal de Michigan. Reproducido vía Futurity.org bajo la Licencia Creative Commons 4.0.
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