La Casa Blanca dice que está planeando una llamada con el presidente francés Emmanuel Macron para, entre otras cosas, reafirmar el compromiso de Estados Unidos de trabajar con uno de sus más antiguos aliados, dijo el lunes la secretaria de prensa Jen Psaki.
Esto se produce en medio de las consecuencias de una nueva asociación trilateral de defensa entre Estados Unidos, el Reino Unido y Australia. El acuerdo anunciado la semana pasada incluye planes para construir una flota de submarinos de propulsión nuclear para el ejército australiano y se produce después de que Australia y Francia ya hubieran llegado a un acuerdo de 66,000 millones de dólares en 2016 para los submarinos.
Funcionarios franceses afirman que se enteraron del nuevo acuerdo solo horas antes de que fuera anunciado el pasado miércoles por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, y el primer ministro australiano, Scott Morrison. Desde entonces, Francia ha retirado a sus embajadores de Canberra y Washington D.C. y ha amenazado con bloquear las conversaciones comerciales entre la Unión Europea y Australia.
El ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian, ha calificado la situación de «crisis», denunciando lo que llamó «hipocresía, desprecio y mentiras».
El secretario de Asuntos Europeos de Francia, Clement Beaune, declaró a Politico que «mantener la palabra es la condición de la confianza entre las democracias y entre los aliados».
«Por eso es impensable avanzar en las negociaciones comerciales como si no hubiera pasado nada con un país en el que ya no confiamos», dijo Beaune refiriéndose a Australia.
Psaki dijo a los periodistas, en la conferencia de prensa del lunes, que el gobierno francés se ha comprometido a mantener una llamada entre Macron y Biden, y que aún se está preparando.
«Lo que creo que hará el presidente en esa llamada es reafirmar nuestro compromiso de trabajar con uno de nuestros socios más antiguos y más cercanos en una serie de desafíos a los que se enfrenta la comunidad mundial», dijo Psaki. «Y, por supuesto, hablará de los recientes acontecimientos y de nuestro actual trabajo conjunto en una serie de cuestiones, ciertamente nuestro interés compartido en el Indo-Pacífico, pero también una serie de retos y cuestiones globales».
Cuando se anunció la semana pasada el acuerdo trilateral, conocido por el acrónimo AUUKUS, Biden reconoció la «importante presencia en el Indo-Pacífico» de Francia, y calificó al país de «socio y aliado clave para reforzar la seguridad y la prosperidad de la región».
El acuerdo abandonado entre Francia y Australia fue con el Grupo Naval, mayoritariamente de propiedad estatal francesa, para la adquisición de submarinos convencionales. Dicho grupo emitió un comunicado en el que afirmaba que había estado trabajando en el proyecto durante cinco años con equipos tanto en Francia como en Australia. El comunicado dice: «El análisis de las consecuencias de esta decisión soberana de Australia se llevará a cabo con la Confederación de Australia en los próximos días».
Psaki dijo que no tiene conocimiento de ningún plan para ofrecer a Francia ninguna recompensa por cualquier pérdida económica, pero reconoció que hay reportes que dicen que se prevé la pérdida de un par de cientos de puestos de trabajo franceses por el acuerdo.
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