Hay algunos relatos fascinantes de dentistas de la antigua tradición que utilizan una técnica poco conocida para extraer los dientes de una manera que no causa dolor ni sangrado al paciente.
Quizás piensas que un dentista convencional es la única opción aceptable para extraer los dientes.
Sin embargo, hay una técnica tradicional que fue transmitida de generación en generación, aunque desafortunadamente es una técnica que está desapareciendo. Sin embargo, la simplicidad y la eficacia de la misma, por no hablar de su misterio, no debe darse por sentada.
Aquí hay tres relatos de tres países diferentes donde se vio utilizar esta técnica tradicional.
Qiqihar, China
Un día de 1993, Sophie Liu estaba parada en la entrada principal de su oficina en Qiqihar, una ciudad del noreste de China, cuando vio que había un grupo de personas observando algún tipo de demostración en la calle.
Para saber de qué se trataba todo ese alboroto, Liu, por curiosidad, caminó hasta la plaza pública para echarle un vistazo.
Allí notó a un hombre que no parecía ser de la zona, y mucho menos del noroeste, a juzgar por cómo estaba vestido. (Aparentemente, los habitantes del noroeste se dan cuenta). Tenía una manta a su lado, con un montón de dientes encima.
Este hombre estaba extrayendo dientes de la gente, y no tenía ningún equipo de odontología.
“Quien tenga un diente enfermo que le duela, que venga y saque su diente”, anunció el hombre a la multitud, recuerda Liu en una conversación telefónica realizada con un reportero de La Gran Época.
Liu vio que el hombre tenía un pequeño frasco, “del tamaño de un pulgar”, desenroscó la tapa y la sostuvo junto a la mejilla del paciente al que le estaba sacando el diente.
Al paciente se le dijo que absorbiera el contenido de la botella a través de su mejilla.
Aunque Liu no pudo entender inmediatamente lo que sucedió durante ese proceso, aparte de ver el pequeño frasco abierto presionado contra la mejilla del paciente, lo que ocurrió después la dejó con una profunda impresión.
De su bolsillo, el hombre sacó un fósforo.
“En el momento en que presionó el fósforo contra el diente enfermo, el diente cayó”, observó Liu, agregando que fue un proceso muy rápido. “Después de ser extraído, la persona podía irse”.
“Esto lo vi con mis propios ojos”, declaró.
Cuando se le preguntó cuánto cobraba el hombre por diente, Liu dijo que no sabía, y que no vio a nadie pagar con dinero.
Liu dice que este es un tipo de técnica sobrenatural se encuentra entre muchas técnicas de la medicina tradicional antigua transmitida secretamente en China.
“Esto no es algo que cualquiera pueda usar”, dice.
Cabe señalar que el hombre que Liu observó que extraía los dientes a la gente probablemente sea el mismo hombre mencionado por el fundador de Falun Dafa, el Sr. Li Hongzhi, en su libro Zhuan Falun, bajo la sección “La curación en el hospital y la curación por qigong”.
El Sr. Li dio conferencias en Qiqihar a partir de 16 de julio de 1993, lo que coincide con el año mencionado por Liu.
Ciudad de Jammu, India
Un día de enero de 2015, una reportera de La Gran Época, Venus Upadhayaya, entrevistó a un hombre sikh que practica la odontología tradicional en el Bazar Gumat de la ciudad de Jammu, India. Su nombre es Rattan Singh, y él también utiliza lo que parece ser la misma técnica misteriosa descrita por Liu, con solo ligeras diferencias en la manera en que se realiza.
Para extraer un diente que duele con esta técnica barata, cobra solo 120 rupias indias (unos 1,70 dólares).
Singh le contó a Upadhayaya un poco sobre la droga especial, que tiene dentro de una curiosa botella. La droga, que es transparente pero acre, fue inventada por su abuelo, utilizada por su padre, y ahora él mismo. “Otros poseen esta droga, pero la mantienen en secreto”, dice Singh.
Upadhayaya observó a Singh aplicar su técnica de extracción de dientes a Vijay Kumar, de 67 años.
“Singh aplicó su medicina en la zona alrededor del diente, y en un minuto, se lo sacó”, afirma Upadhayaya. “No hubo sangrado ni dolor”.
“Ni siquiera sabía lo que había pasado”, dijo Kumar después de que le sacaron el diente con facilidad.
Los precios de Singh son modestos, y a pesar de la ausencia de equipo médico moderno, su técnica de extracción de dientes demostró ser muy avanzada. Es exactamente lo que cualquier paciente querría, siempre y cuando se atrevan a buscar a un hombre en una calle poco transitada, que no lleva la típica máscara y guantes de dentista.
Aunque esto para algunos puede ser un retroceso, quienes pueden mirar más allá de lo convencional prefieren la técnica simple, indolora y afilada de Singh.
“Tenía un cliente en Delhi”, dice Singh. “Le dijo a otro oficial de alto rango de Maharashtra [un estado costero a unas 1600 km al suroeste de Delhi], y vino desde allí a buscarme por este camino en Jammu”.
Su padre, de quien aprendió la técnica, le dijo que nunca engañara a nadie ni cobrara altos precios por sacar dientes.
Es por esta razón que Singh no es solo dentista de oficio, sino que además se gana el pan en un pequeño negocio de electrónica de su propiedad.
De hecho, solo utiliza esta técnica a pedido, y no la anuncia abiertamente.
Desafortunadamente, como sus hijos no están dispuestos a aprender a ser dentistas de esta antigua tradición, es posible que la técnica ya no se transmita en su familia.
Chiayi, Taiwán
El empresario taiwanés An Hong también fue testigo de este misterioso método de extracción de dientes sin el uso de anestesia, inyección, perforación, o lo que sea.
Hace unos 30 años, en Chiayi, en el centro de Taiwán, Hong acompañó a su padre a encontrarse con Wang Luxian, conocido por los lugareños por su extraordinario método para extraer dientes.
Wang, que en aquella época tenía unos 30 años, no operaba desde una clínica dental, sino desde un espacio abierto en el municipio de Minxiong. Él también tenía un frasco de medicina líquida, que abría y sostenía contra la mejilla del paciente, cercano a la zona del diente enfermo.
Él no usó un fósforo para extraer el diente, sino su mano. El diente salía sin dolor y el paciente no sangraba.
Hong le dijo a La Gran Época a través de Facebook que su padre le había dicho a Wang qué diente extraer, pero Wang malinterpretó, y accidentalmente extrajo un diente equivocado.
Así que Wang terminó quitándole dos dientes al padre de Hong, que por casualidad estaba en casa en el momento de la entrevista, y dijo: “No fue doloroso”.
No recuerda cuánto le cobraron a su padre, solo sabe que era barato. Además de extraerle los dientes, el hombre también vendía su droga líquida a cualquier persona interesada.
Hong dice que desde entonces no supo más de Wang , y cree que este método ya desapareció en Taiwán.
Cuando se le preguntó si estaría dispuesto a probarlo si lo necesitaba, Hong dijo: “Iría a un dentista de verdad, ya que no confío”, y añadió: “no tiene ningún equipo moderno”.
Aunque él eligió una clínica dental, Hong pudo presenciar la aplicación de este método alternativo, y puede dar testimonio de la eficacia del tratamiento tradicional.
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