La Policía del estado australiano de Nueva Gales del Sur solicitó este jueves la ayuda del Ejército para vigilar el cumplimiento de las medidas impuestas por la covid-19 en Sídney, en confinamiento por un brote de covid-19.
El comisionado de la Policía de Nueva Gales del Sur, Mick Fuller, informó en un comunicado que ha pedido al Ejecutivo de Canberra el despliegue de 300 soldados para «reforzar su presencia operativa» en Sídney y las comunidades aledañas, en donde habita casi un 25 por ciento de los 25 millones de los habitantes del país oceánico.
Pese al largo confinamiento, la variante delta ha causado desde que fue detectada a mediados de junio en Sídney más de 2600 infecciones locales y 13 fallecidos en Nueva Gales del Sur, cifra que incluyen los 239 casos locales y dos muertos reportados este jueves.
Fuller recordó que anteriormente los soldados han ayudado en la vigilancia de los centros de cuarentena para viajeros internacionales y durante el cierre de la frontera de Nueva Gales del Sur con el estado de Victoria en la segunda ola de covid-19, así como en crisis pasadas como las de los incendios.
La petición de Fuller se da después de que el gobierno de Nueva Gales del Sur le diera a la Policía local poderes para cerrar negocios, obras de construcción y otros establecimientos si éstos no cumplen con las medidas contra la covid-19.
El gobierno estatal también se impuso el uso obligatorio de mascarillas faciales al aire libre y redujo de 10 a 5 kilómetros, el radio de desplazamiento permitido en ocho municipios del oeste y suroeste de Sídney, actual epicentro de los contagios.
Australia, que mantiene sus fronteras internacionales cerradas y atribuye los brotes a la filtración del virus desde los centros de cuarentena de los viajeros, acumula más de 33,500 infecciones y 923 fallecidos desde el inicio de la pandemia, y ha administrado la pauta completa a poco más del 16 por ciento de la población mayor de 16 años.
La mayoría de los casos se produjeron durante la segunda ola por un brote en Melbourne el año pasado, lo que obligó al despliegue de mil soldados, la mayoría para vigilar los hoteles de cuarentena, y el resto para apoyo logístico y médico en el estado de Victoria.
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